Crónica desde Barcelona / La nueva censura es arcoíris

    El totalitarismo de nuestros días no se impone a la manera del siglo XX con dictaduras, ahora es más sutil, basta con impregnar todas las capas de poder y lograr el milagro de que todos los partidos del parlamento español impongan una ideología -la de género- con multa al disidente.

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    Ignacio Arsuaga
    El presidente de HazteOir.org, Ignacio Arsuaga, es escoltado por la policía municipal ante los ataques de una turba LGTB en Pallejá (Barcelona) / EFE

    Javier Torres / Enviado especial a bordo del autobús de HO

    Son la vanguardia del sistema y el papel de víctima es una impostura que hasta al menos subvencionado de los LGTB debería causar vergüenza. Seis agentes de la policía municipal observan sin inmutarse -apenas a unas decenas de metros- el tumulto formado ante una gasolinera de Pallejá (Barcelona): Ignacio Arsuaga, presidente de Hazte Oír, atiende a los medios de comunicación para informar sobre el autobús de la asociación que tiene previsto llegar a la capital catalana en unos minutos.

    Algunas personas creen que La Sexta da información.

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    Una turba de radicales (¿extrema izquierda?, ¿lobby gay?, ¿o es ya la misma cosa?) rodea y acosa con total impunidad a Arsuaga, que es insultado (fascista, homófobo…), agredido a empujones y rociado con huevos y salsa kétchup.

    Los municipales, ajenos como en un pleno de ayuntamiento, no intervienen hasta que un miembro de Hazte Oír les da el aviso de que las cosas se pueden poner aún más feas si no llegan a tiempo.

    Minutos antes y en este mismo lugar la alcaldesa de Pallejá, Ascensión Ratia -pañuelo arcoíris al cuello- declara a la prensa su hostilidad hacia el bus que dice que los ninos tienen pene y las ninas vulva. ¡A dónde vamos a llegar, doña Ascensión!

    El caso es que los municipales muestran una sorprendente pasividad que sólo se rompe al mismo tiempo que los huevos en la cara de Arsuaga.

    El pasto es verde

    El odio es desbordante en los rostros de los congregados, y aquí la transversalidad es total: insultan los jovenes -algunos encapuchados- y también los mayores, que compiten en combatividad con el entusiasmo del novicio en su bautismo de fuego.

    También hay esteladas, que no hay miseria a la que no se apunte el independentismo. Hoy, qué curioso, repiten los gritos y consignas de sus odiados madrileños: «No pasarán». Cuando se trata de combatir al fascismo la Defensa de Madrid es también la suya propia.

    La realidad biológica es tabú para un establishment que se esmera en librar una persecución contra quien esto sostiene que ya la quisiéramos para Otegui o cualquier violador

    Lo dijo Chesterton: llegará el día en que será preciso desenvainar una espada por afirmar que el pasto es verde. El día es hoy. La realidad biológica es tabú para un establishment que se esmera en librar una persecución contra quien esto sostiene que ya la quisiéramos para Otegui o cualquiera de los violadores que campan a sus anchas gracias a la derogación de la doctrina Parot. Menos mal que Europa era la solución y España el problema. Aunque esta es otra historia.

    Quizá porque Cataluña y Barcelona siempre han ido a la vanguardia española (¡qué gran periódico!) de todo lo que Europa exportaba con alegría, la Generalitat es el alumno aventajado de Bruselas y no le tiembla el pulso en escarmentar a un autobús que, sostiene, incumple la ley LGTB catalana. Dos obviedades y el dibujo de un nino y una niña motivaron el secuestro del vehículo tras horas retenido en la autovía.

    Autobús de HazteOír
    El autobús de Hazte Oír retenido por la policía autonómica catalana / EFE

    En su interior había material de lo más peligroso: libros, pancartas y alguna pegatina. Dicen que del ridículo no se vuelve, pero este viernes un agente de la policía autonómica catalana -mozo de escuadra- requisó los 471 libros que había en el bus -ni uno más, ni uno menos, los contó uno a uno- que denuncian la imposición de la ideología de género en las escuelas.

    La luz de un candil

    Es probable que el policía no se haya leído ninguna de las 10 leyes LGTB vigentes en Madrid, Cataluña, Andalucía, Galicia, Canarias, Baleares, Extremadura, País Vasco, Murcia y Navarra que imponen multas a quienes no comulguen con las ruedas de molino del progresismo. O tragas o pagas.

    Hazte Oír lo sabe bien porque lo está sufriendo en sus carnes y hasta muy entrada la noche no pudo sacar el autobús -inmovilizado en una cochera municipal- de Barcelona. Pero no sin la penúltima humillación: borrar absolutamente toda la serigrafía, incluido el dibujo del nino y la niña.

    No se trata de librar ninguna batalla de ideas. Se trata de ganar por asfixia ideológica, sin debate alguno, ese inútil escollo de quien se sabe en posesión de la mentira más absoluta

    El totalitarismo de nuestros días -dijo un historiador español- no se impone a la vieja manera del siglo XX con dictaduras que al menos no disimulaban, ahora es más sutil, basta con impregnar las capas de poder y lograr el milagro de que absolutamente todos los partidos del parlamento español impongan una ideología -la de género- con multa al disidente. Consenso rosa.

    No se trata, claro, de librar ninguna batalla de ideas. Se trata de ganar por asfixia ideológica, sin debate alguno, ese inútil escollo de quien se sabe en posesión de la mentira más absoluta. Por eso en el fondo todo es miedo.

    De seguir así muy pronto los heteros habrán de reunirse clandestinamente, a la manera de los que padecen una adicción, entorno a la luz de un candil y hablando bajito, como sólo hacen quienes temen escandalizar.

    Por eso si hoy resucitara cualquier revolucionario se frotaría los ojos al ver que para serlo en 2017 basta con decir que dos más dos son cuatro. Quizá es que hoy para ser un maldito hay que ser un bendito.

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    Licenciado en periodismo por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Tomó la alternativa en Intereconomía -semanario Alba, La Gaceta, Los Últimos de Filipinas, Dando Caña, 12 Hombres sin vergüenza- de la mano de Gonzalo Altozano y Kiko Méndez-Monasterio, de los que aprendió incluso algo de periodismo. Más tarde escribió para los digitales La Información y Periodista Digital. Viajó a Irak antes que a Roma, le apasionan la Historia y la tauromaquia. Nazareno de Sevilla.