
Cuando el laicismo radical y el nacionalismo se unen el resultado es una campaña como la que está sufriendo el padre Custodio Ballester, párroco de la iglesia de la Inmaculada Concepción de Hospitalet de Llobregat, al que exigen que se marche de la localidad barcelonesa. Su delito: permitir la procesión legionaria durante la Semana Santa.
Se trata de dejar claro que en la nueva Cataluña no hay lugar para el discrepante. Y a ello dedica sus esfuerzos la alcaldesa Nuria Marín, del Partido Socialista de Cataluña, que no parará hasta lograr expulsar al padre Custodio de Hospitalet.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl método es sencillo: una triple pinza entre el consistorio, asociaciones vecinales y un grupo denominado Unidad contra el Fascismo. La asociación vecinal, por cierto, está subvencionada por el propio ayuntamiento.
Estas dos entidades han suscrito un manifiesto en el que exigen al obispo de Barcelona, Juan José Omella, el cese del cura porque «fomenta ideas anticonstitucionales», lo que resulta aún más grotesco viniendo de quien viene.
Claro que tampoco gusta que este sacerdote predique contra el aborto y haya servido en el Ejército antes de tomar los hábitos, circunstancias de las que también le acusan estas asociaciones.
Una misa por los difuntos de la División Azul
De esta forma el laicismo radical y el nacionalismo catalán están presionando al arzobispo Omella, para que les entregue la cabeza de Ballester en bandeja de plata, valga la metáfora. Por supuesto, nada de eso ha ocurrido, lo que ha aumentado el enfado de los promotores.
La última ofensiva, sin embargo, ha sido contra la misa celebrada por los caídos de la División Azul con motivo del 75 aniversario de la misma, así como de los difuntos de la hermandad.
Los radicales no perdonan al padre Custodio que permita que la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios exhiba el paso del Cristo de la Buena Muerte en Semana Santa
Aquello se celebró en noviembre, al igual que una exposición militar sobre este episodio histórico, lo que hace sospechar al padre Custodio de que se trata de la coartada elegida para caldear el ambiente de cara a la Semana Santa.

En realidad el objetivo final es el de prohibir la procesión legionaria que desde hace tres años recorre las calles de Hospitalet.
No perdonan al padre Custodio que su parroquia permita que la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios exhiba el paso del Cristo de la Buena Muerte en la procesión de Semana Santa.