El actor británico Jeremy Irons, que acaba de regresar a las pantallas en ‘Batman contra Superman’, ha enfurecido hasta la histeria a los guardianes del pensamiento único al dar -en una entrevista concedida al diario de izquierdas The Guardian-, gracias a Dios de que la Iglesia condene el aborto que, ha añadido, «daña a las mujeres; es un tremendo ataque mental, y físico a veces».
Como llevaba escrito en su cuerpo desnudo una de las Femen que asaltaron el Congreso, el aborto es ciertamente «un sacramento» para la progresista cultura de la muerte y no, como pretenden, un inocuo procedimiento médico que los católicos se empeñan en demonizar por deporte.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl aborto es intocable y su defensa cubre multitud de ‘pecados’ para el progresista, de modo que con él pueden saltar por los aires las garantías de consentimiento informado que obligan a otros ‘procedimientos médicos’, la natural desconfianza de la izquierda por los patronos y empresarios, las más elementales normas de prudencia…
¿Cuántas organizaciones hubieran salido indemnes de una revelación tan atroz como la que proporcionaron los vídeos en los que se ve a empleadas de Planned Parenthood, la multinacional americana del aborto, reconociendo alegremente que venden piezas de seres humanos?
Por eso no extrañará a nadie que el lobby se haya levantado en armas contra el popular actor, a quien llaman de todo menos bonito, desde «retrasado» a «saco de mierda», y eso que Irons se confiesa ‘pro-choice’ y cree que la mujer debe tener derecho a abortar; pero meramente sembrar dudas o insinuar una reflexión es bastante para que el estamento abortista sienta amenazado su monumental negocio. La cultura de la muerte exige una eterna vigilancia.
“En un sentido, gracias a Dios que la Iglesia católica dice que no lo permitirá, porque de otro modo nadie va a decir que es un pecado», osó decir Irons a The Guardian. «Los pecados son acciones que nos dañan», añadió.
Una feminista dice en ‘Marie Claire’ que ignoren a Irons y que obtengan toda la información que deseen sobre el aborto en Planned Parenthood
«Asegurar que los abortos son dañinos no solo es altamente irresponsable, es que no puede estar más lejos de la verdad», señala en la revista Marie Claire fuera de sí Mehera Bonner, quien señala que no puede opinar porque nunca ha tenido un aborto y urge a sus lectoras a ignorar completamente las declaraciones de Irons y obtener toda la información que deseen sobre el aborto de la misma multinacional que se beneficia de él, Planned Parenthood.
En la publicación feminista Jezebel es donde Madeleine Davies llama al actor “estúpido saco de mierda» y le exige que se calle la boca.
En el Inquisitor, Amy Feinstein advierte a Irons que ha escandalizado y enfurecido a muchas de sus fans al «excederse» con sus opiniones sobre el aborto. La libertad de expresión tiene límites, ¿no?, e insinuar que el aborto no sea una pura bendición es el verdadero pecado para estas arpías.
La Inquisición progresista es muy estricta, y no basta con defender hasta el último todos los dogmas de la modernidad como, por otra parte, hace Jeremy Irons: es obligado callar cualquier duda o vacilación y jamás insinuar la conveniencia de reflexionar sobre estas verdades de fe.
¿No permitiría matrimonio gay una modalidad de incesto? se pregunta el actor de ‘Casanova’ y ‘Batman y Superman’
De hecho, no es la primera vez que Jeremy Irons se gana los furibundos rapapolvos de los sumos sacerdotes de lo políticamente correcto. Ya en abril de 2013, en una entrevista concedida al Huffington Post -una vez más, sosteniendo el líneas generales opiniones ‘adecuadas’-, se atrevió a expresar ciertas dudas sobre el matrimonio homosexual: «Realmente no tengo una opinión firme sobre el asunto… en Inglaterra tenemos… no se llama ‘matrimonio’, sino ‘unión civil’… parece que ahora están luchando por el nombre, y me preocupa porque significa que de algún modo degradamos, o cambiamos lo que es matrimonio. Simplemente, me preocupa».
Irons llegó a preguntarse que, puesto que la prohibición del incesto se explica por el temor a defectos congénitos en la descendencia, si el matrimonio gay no permitiría una modalidad de incesto donde la reproducción está descartada.