
Uno de los ‘mantras’ más utilizados por el lobby abortista y feminista es que muchas mujeres mueren por no existir leyes de aborto libre. Este argumento lo han repetido hasta la saciedad y poco a poco han conseguido que muchos países se crean tales argumentos. El apoyo de la ONU ha hecho el resto.
Sin embargo, hay países en los que, a pesar de las duras presiones recibidas, han seguido defendiendo a la mujer y a los ninos aún no nacidos. Y son precisamente las estadísticas de estos países desmontan todo el argumentario abortista.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraIncluso en Naciones Unidas se ha demostrado que los países provida son mejores para las mujeres. En 2013 expertos médicos en asistencia sanitaria materna hablaron ante la Comisión Jurídica y Social de la Mujer y dijeron que el aborto no es necesario para salvar la vida de la madre en cualquier circunstancia.
Los casos de Irlanda o Chile que desmontan a los abortistas
Los casos de Irlanda, Chile o Malta en los que el aborto ha estado tradicionalmente prohibido (en Irlanda han aprobado una ley recientemente y Chile va camino de ello), o con normativas más restrictivas como Polonia, muestran que la mortalidad materna es inferior o al menos igual que en países que permiten el aborto prácticamente libre.

Por tanto, la solución a los problemas de las mujeres no pasa por el aborto sino por un atención médica de calidad para las madres embarazadas. El caso más claro es el de Irlanda, cuya tasa de mortalidad materna es de las más bajas del mundo según los datos de la propia ONU y de la Organización Mundial de la Salud. En 2005 tuvo dos muertes por cada 100.000 mujeres.
Mientras tanto, en Polonia esta tasa de mortalidad era de cinco mujeres mientras que en Malta ascendía a nueve. En tanto que países con leyes completamente abortistas tenían tasas superiores, como en el caso de Holanda donde la cifra de mortalidad materna fue de 10.
El epidemiólogo Elard Koch afirma que el caso chileno «desafía la noción de que una legislación menos permisiva conduce a una mayor mortalidad por aborto”
Chile es otro claro ejemplo. Desde que prohibió el aborto en 1989 se ha producido una reducción enorme de la mortalidad materna. Y los datos lo avalan. En 2008, el país andino tuvo la segunda tasa más baja de este apartado de toda América, tan sólo por detrás de Canadá.
De hecho, superaba a Estados Unidos. Según los datos publicados por la revista científica PlosONE, Chile tuvo 16 muertes por cada 100.000 mujeres mientras que en el país norteamericano, con el aborto legal desde la década de los 70, esta cifra ascendía a 18.
El estudio del prestigioso epidemiólogo y experto en biología molecular, Elard Koch, analiza desde una perspectiva científica el caso chileno en su relación con el aborto y la mortalidad materna.

Su conclusión es abrumadora: “Tras el cambio de la ley de 1989, las muertes por aborto continuaron disminuyendo, desde 10,8 hasta el 0,39% por 100.000 nacidos vivos, lo cual, como materia de hecho científico, desafía la noción que una legislación menos permisiva conduce a una mayor mortalidad por aborto”.
Y estas normativas más provida tienen consecuencias evidentes, tal y como destaca el doctor Koch: “Nuestro país (Chile), al igual que Irlanda, muestra una de las tasas más altas de nacimientos con Síndrome de Down, sugiriendo que legislaciones menos permisivas, puedan contribuir a la prevención del aborto de estos ninos en el tiempo”.
Países como El Salvador, Chile, Polonia o Nicaragua, que prohibieron el aborto después de haberlo permitido previamente, no han visto incrementada su mortalidad materna
En 2010 la revista científica británica The Lancet incidía en este argumento que desmonta las tesis abortistas. La conclusión a la que llegaban era que “la evidencia científica muestra que la legalización del aborto no está asociada a la reducción de la mortalidad materna. En la base de los datos provistos por Hogan y colegas (autores del informe Maternal mortality for 181 countries, 1980-2008), países como El Salvador, Chile, Polonia o Nicaragua, que prohibieron el aborto después de haberlo permitido previamente, no han visto incrementada su mortalidad materna. En realidad, la misma se ha reducido. Sudáfrica ha visto incrementarse la mortalidad materna después de la legalización del aborto (…) Puede concluirse con certeza que la causa real de la reducción de la mortalidad materna es la implementación de mejores condiciones en el cuidado de la salud”.
Pero incluso el caso de África es significativo. La ONU y los lobbies abortistas han puesto siempre sus ojos en el continente africano para intentar imponer leyes que fomenten el aborto bajo el pretexto de preservar la salud de las mujeres.
La propia Organización Mundial de la Salud afirma que la mortalidad relacionada con el aborto es la responsable del 8,2% de las muertes maternas en los países desarrollados. Pues bien, en África, el Continente en el que se produce el 56% de las muertes maternas y donde en muchos países no hay leyes que permitan matar a los bebés, el aborto sólo está relacionado con el 4% de las muertes, es decir, muy por debajo de la media mundial.
La solución, programas médicos adecuados
La portavoz de Derecho a Vivir, Gádor Joya, señala a Actuall que “la práctica del aborto no mejora el índice de salud maternal en aquellos países en que las leyes son más permisivas, ya que el aborto no es saludable para la mujer”.

En su opinión, “la práctica de abortos provocados es un factor de riesgo para que los índices de salud maternal empeoren, por las complicaciones que pueden tener”.
Por ello, la pediatra incide en que “lo que disminuye la tasa de mortalidad materna son los programas de salud materno infantil adecuados y enfocados en el cuidado de la mujer embarazada y los cuidados perinatales adecuados”.