Frente al mantra continuo de quienes defienden la educación pública a costa de la eliminación de la concertada, sorprende la sensatez de el texto del director de un centro de enseñanza secundaria en Andalucía, con con más de 750 alumnos y 60 trabajadores.
En una breve tribuna publicada en el diario Socuéllamos Digital, Rafael Vergara sostiene algunos argumentos muy sencillos para contemplar con buenos ojos a los centros concertados desde la enseñanza pública.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora1.- Es falso que los profesores sean peores en la concertada porque no han pasado por una oposición.
«Esto es una falacia», señala rotundo Vergara, quien sostiene que el sistema público de selección está basado en «un aprendizaje memorístico de una serie de temas que hay que desarrollar en cuatro horas y media junto con una aplicación de esos conocimientos». El mayor problema de este sistema, a su juicio es que «no se tiene en cuenta el concepto mismo que de la enseñanza se tiene, ni la implicación de la persona, ni el trabajo en equipo, ni la empatía profesional».
2.- Beneficios de la unidad de modelo educativo y valores.
En general, asegura Vergara, se considera que una supuesta mayor diverisdad en los perfiles del profesorado público se asemeja mejor a la pluralidad social y democrática a la que el alumno debe acostumbrarse.
Frente a ello, la concertada ofrece la ventaja de una uniformidad de modelo educativo y valores para los alumnos, en cuya etapa formativa «no viene mal una línea clara de trabajo y conducta», sostiene Vergara.
3. La concertada sale más barata
Aunque el argumento de que el Estado debe invertir todos sus recursos en la educación pública pueda parecer a priori más lógico, el director del centro público argumenta que «la concertada sale más barata, pues sólo se cubren los gastos del profesorado» a carego del erario público.
«A todas luces sale más rentable concertar plazas que crearlas», subraya Vergara.
4. Una oportunidad de libertad para las clases bajas y medias
La elección de centro «para las clases bajas y medias es una posibilidad que se abre con la escuela concertada» y que es imposible con la pública, por sistema y con la privada, por economía.
Rafael Vergara concluye su reflexión enmarcando el concierto educativo en los valores constitucionales: «¿Realmente pensamos que se trata de una opción de conciencia, de valores o de libre elección? Creo que cada uno debe buscar lo que cree mejor para sus hijosdentro de los valores de la Constitución. En esa línea, y no en otra, entiendo el concierto educativo».