Ferrer-Dalmau: «Un soldado español es de fiar: en el extranjero los quieren a su lado»

    Su obra es un ejercicio nostálgico de la grandeza del carácter español en el campo de batalla. Ha retratado infinidad de episodios de la historia de España, aunque hay uno -asegura- que pintaría cambiando el campo de batalla por el de fútbol: la independencia de Cataluña.

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    A Augusto Ferrer-Dalmau muchos le conocen como el pintor de batallas. Su amor por la historia de España y lo castrense ha centrado su obra pictórica, repleta de episodios épicos de casi todas las épocas: desde el milagro de Empel (batalla en la que los tercios españoles aguantaron en manifiesta inferioridad el asedio holandés entre los ríos Mosa y Waal el 7 de diciembre de 1585, Día de la Inmaculada) o la batalla de Rocroi… o la resistencia de Agustina de Aragón ante los ejércitos napoleónicos.

    Su obra es un ejercicio nostálgico de la grandeza del carácter español -ahora tan denostado- en el campo de batalla. La carga del regimiento de Alcántara en Marruecos, la División Azul, las guerras carlistas e incluso la Guerra de Afganistan -que presenció junto a las tropas españolas- no se han librado de la maestría de su pincel.

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    Quienes sí se han librado de él -nótese la ironía-, son los catalanes, porque Ferrer-Dalmau abandonó su tierra hace siete años por la asfixia del nacionalismo, virus que corroe todos los recovecos de la vida social.

    ¿Qué batalla le hubiera gustado pintar en directo?

    La batalla de Possad en el cerco de Leningrado durante la Segunda Guerra Mundial. Me hubiera encantado verla en directo: los divisionarios estuvieron sitiados casi un mes en la cabeza de puente en un poblado. Siempre me ha parecido espectacular.

    ¿Su mejor cuadro?

    Siempre estoy orgullo del último que he pintado, pero últimamente estoy muy orgulloso de “El Milagro de Empel”. Conseguí plasmar lo que quería, el momento en el que los soldados están en el barro…

    ¿Nos gusta en España hablar más de nuestras derrotas -Trafalgar- que de victorias como Lepanto?

    Nuestras derrotas son victorias porque hemos sabido sufrir. Todas nuestras derrotas han sido gloriosas porque ha habido un sufrimiento detrás, y eso nos gusta a los españoles. Pero estamos muy acostumbrados a ganar batallas.

    ¿Cuál es su héroe de la historia militar española?

    Siempre me ha gustado mucho Zumalacárregui. Porque era carlista, porque era un militar de pies a cabeza, era un idealista. Siempre he tenido una imagen como muy romántica de él.

    El milagro de Empel
    «El milagro de Empel», una de las obras más destacadas de Augusto Ferrer-Dalmau.

    ¿Por qué lo castrense está bajo sospecha permanente?

    Se ha creado durante las últimas décadas un antimilitarismo que aún perdura, cuando no tiene ningún sentido. Los militares están haciendo una labor impresionante. La hostilidad hacia ellos se tiene que acabar y creo que cada día hay menos antimilitarismo.

    ¿Por qué los políticos tapan con eufemismos lo que siempre se ha llamado guerra?

    Aún no acabo de entender por qué cuando las tropas españolas se van al combate no se les hace una despedida. O cuando regresan cuando vuelven tras 6 meses no hay un recibimiento multitudinario. Eso a mí me subleva, me indigna. Se hace de tapadillo, es un complejo de unos cuantos que gritan y el resto se queda callado porque creen que no es políticamente correcto. En cambio, en otros países a los militares se les hace unas despedidas que aquí no tenemos. Aquí preferimos por la puerta de atrás.

    Ha estado y pintado en Afganistan: ¿aquello era una guerra?  

    Claro que era una guerra. Había riesgo, actividad. Se concedieron varias cruces rojas en acción de combate. Fuimos a combatir, no a pasear o a hacer de ONG. Estuve en 2012 con los españoles y en 2014 con los georgianos y marines estadounidenses.

    «Cualquier catalán que se sienta español en Cataluña vale por dos españoles»

    Y usted que ha visto otros ejércitos, ¿qué tal salimos de esa comparación?

    Somos de lo mejor como tropa y soldados. España está a la vanguardia. El español es un soldado de fiar, lo quieren a su lado. Saben que teniendo a los españoles cerca, tienen las espaldas cubiertas. Es un soldado que da garantía.

    ¿Acaso tiene el soldado español un espíritu especial?

    La experiencia que tengo es que el soldado español no ha cambiado en mil años. El soldado sigue siendo el mismo que estuvo en los tercios: disciplinados y muy preparados. Les gusta lo que hacen, ponen todo el alma y toda la pasión.

    En la guerra de los Balcanes la poblacion autóctona hablaba muy bien de los soldados españoles, de su cercanía…

    Empatizar con la poblacion que está sufriendo forma parte de nuestro carácter. No tenemos nada contra la poblacion, vamos a combatir al enemigo, no contra los civiles. Somos un pueblo muy alegre que le gusta compartir con otra gente.

    Hace siete años abandonó Cataluña. ¿Por qué se marchó?

    Estaba harto del nacionalismo y de discutir con la gente. No estás cómodo porque estás con amigos y al final siempre sale el tema del nacionalismo. No quiero discutir más, ahí os quedáis. Quiero mi vida tranquila.

    ¿Se está volviendo una heroicidad vivir allí para el que no es nacionalista y lo dice públicamente?

    Sí, porque es ir contracorriente. Aunque hay mucha gente en contra de la independencia, el entorno y los medios de comunicación presentan a los no nacionalistas dando la impresión de que son marginales. Esto no puede ser. Cualquier catalán que se sienta español en Cataluña vale por dos españoles. Y lo digo bien alto.

    Augusto Ferrer-Dalmau
    Augusto Ferrer-Dalmau en su estudio. / Antón Muñoz.

    ¿El español se crece en las situaciones adversas?

    Siempre. Cuando peor lo tenemos, más nos crecemos.

    ¿Entonces lo que está sucediendo en Cataluña puede ser una oportunidad para revertir la situación?

    Tarde o temprano habrá una revulsión contra el nacionalismo. En Cataluña hay una casta que vive muy bien y no produce nada, el nacionalismo es un gran negocio. Y llegará el momento en el que los catalanes se den cuenta de que es una tomadura de pelo, que esto no conduce a ningún sitio y no produce ningún beneficio. ¿Adónde vamos? Tarde o temprano habrá una contra.

    A la hora de la verdad, ¿son minoría los independentistas?

    En Cataluña hay un censo de más de cinco millones y al nacionalismo lo apoyan 1,8 millones, es decir, la mayoría de catalanes no juegan a esto porque su problema es llegar a fin de mes, trabajar y no tener problemas. Llegará un momento en el que los que apoyan el nacionalismo y lo están pasando mal se darán cuenta de que los que viven en la oligarquía viven con impunidad y a todo trapo.

    «En Cataluña hay silencio informativo. Hay mucha gente e intelectuales que claman contra el nacionalismo, lo que ocurre es que si no aparecen en los medios, no existen»

    ¿Se ha imaginado dibujando la independencia de Cataluña?

    No, nunca. Cataluña siempre será España. En ese caso pintaría un derbi Barcelona-Lleida. Para mí, esa es la independencia de Cataluña. Habría una final Barcelona-Mollerusa. Yo no me imagino a Messi jugando un derbi con el Martorell cobrando lo que cobra. Para unas cosas quieren independencia, para otras, no. La pela es la pela.

    Carga del río Igan por el Regimiento Alcántara, obra de Ferrer Dalmau
    Carga del río Igan por el Regimiento Alcántara, obra de Ferrer Dalmau

    ¿Echa en falta medios de comunicación independientes en Cataluña?

    En Cataluña hay silencio informativo. Hay mucha gente e intelectuales que claman contra el nacionalismo, lo que ocurre es que si no aparecen en los medios, no existen. Claro que faltan medios independientes, pero no tienen subvenciones. Hay un monopolio de la prensa espectacular. Mientras lo tengan pueden contar lo que quieran.

    ¿Cuánto afectó la cesión de las competencias en Educación a las comunidades autónomas?

    Fue un momento muy duro para los que tenemos un sentimiento español. Cuando la cultura y la escuela pasan a un Gobierno con una mentalidad nacionalista, todo va enfocado a ello. Se ha manipulado la historia y a los chavales.

    ¿Es tan agresivo este virus nacionalista en la escuela?

    Sí, pero tiene su contra. Porque el español tiene ese punto que se rebela, así ha pasado a lo largo de la historia. Por mucho que quieran embotarlos con el catalán, los chavales navegan en internet en español, el mundo ya está abierto. No me los imagino navegando en catalán. Se van rompiendo fronteras. Y eso es imparable. Llegará el día en el que digan “y todo esto, ¿para qué?” Si me remonto al Mundial de fútbol de 2010 todos los pueblos de Cataluña se llenaron de banderas de España. Necesitamos tener motivos de patriotismo. Hay que enseñarles en la escuela quiénes somos y de dónde venimos, que se sientan orgullosos.

    Entrevista realizada a: Augusto Ferrer-Dalmau

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    Licenciado en periodismo por la Universidad CEU San Pablo de Madrid. Tomó la alternativa en Intereconomía -semanario Alba, La Gaceta, Los Últimos de Filipinas, Dando Caña, 12 Hombres sin vergüenza- de la mano de Gonzalo Altozano y Kiko Méndez-Monasterio, de los que aprendió incluso algo de periodismo. Más tarde escribió para los digitales La Información y Periodista Digital. Viajó a Irak antes que a Roma, le apasionan la Historia y la tauromaquia. Nazareno de Sevilla.