Profesor detenido en su colegio: «Tengo 14 denuncias por violencia de género, todas falsas»

    El 87% de los denuncias por violencia de género no acaban en condena. Pero el varón acusado sufre un verdadero calvario que, en muchos casos, supone detención por la Policía sin hacer ningún tipo de pesquisas.

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    Juan Antonio Luceño, 40 años,  es profesor. Y su vida transcurría como la de cualquier español medio. Tenía su trabajo, se enamoró de una mujer, Gema, se casaron y tuvieron una hija.

    Ambos trabajaban en el mismo colegio en Aranjuez. Él con una plaza y destino definitivo y ella en comisión de servicios. Mientras estuvieron casados, tuvieron una convivencia normal, con los altibajos normales de cualquier matrimonio.

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    «Nosotros habíamos tenido alguna discusión como cualquier otra pareja en la que yo podría no llevar la razón y ella sí; y al revés. Pero no había tenido ningún tipo de altercado», explica Juan Antonio en una entrevista a Actuall.

    Después de tres años de matrimonio a Juan Antonio le llega una demanda de separación junto a la petición de custodia exclusiva de su hija y comienza el calvario de las denuncias por violencia de género, hasta 14, todas absueltas y sobreseídas, como en el 87% de los casos.

    Juan Antonio se vio, de la noche a la mañana, esposado en el colegio, en plena hora punta de entrada de alumnos con sus padres y entrando en un coche patrulla para pasar el fin de semana en el calabozo.

    Hoy sigue luchando para lograr al menos la custodia compartida y no ser un mero «padre visitante».

    ¿Por qué ella empieza a denunciarle por malos tratos?

    Primero, para quitarme la custodia de la niña. Para asegurarse ella el camino ante la Justicia y quedarse de manera definitiva con la custodia. Yo quería la custodia compartida con ella, pero para garantizarse eso me denuncia.

    Para que un hombre en este país tenga la custodia compartida se tienen que producir dos condicionantes: Uno, que la mujer acceda. Y dos, que no hayas sido denunciado por violencia de género.

    En el momento en que un hombre es denunciado por así decirlo, pierde el derecho a tener la custodia compartida. Porque claro, somos los ‘maltratadores’, los malos de la película. Nos etiquetan y nos quitan ese derecho.

    «No tuvo ningún escrúpulo en meterme en la cárcel con denuncias falsas de violencia de género»

    ¿Cree entonces que las denuncias tenían carácter instrumental y que tienen ese carácter por recomendación de abogados o de alguna institución que haya atendido a tu mujer de forma previa a la separación?

    Por supuesto que sí. Lo tengo muy claro. Ella sola no hubiera actuado de la forma que actuó. Primero, sus amistades. Ella tenía una amiga que trabajaba en los juzgados de Madrid. Esa persona estoy segurísimo de que le ha aconsejado.

    Por otra parte, su abogado, le debió de decir, imagino:

    – ¿Qué es lo que quieres, Gema? ¿quieres la mitad de la tarta o quieres la tarta entera?

    – Quiero la tarta entera y lo que pase con ese chico pues me da exactamente igual. Como si le meten en la cárcel como si no; como si no tiene para comer.

    Le dio igual. Muchas veces me he preguntado si esa persona alguna vez me quiso. Porque yo me casé con ella y tuve una hija con ella. Es una pregunta que siempre me hago. Porque no tuvo ningún escrúpulo en meterme en la cárcel con denuncias falsas de violencia de género.

    El Instituto de la Mujer también le ha aconsejado, de forma segura, en todas las actuaciones para que yo pisara la cárcel.

    Aparte, están continuamente bombardeando en la televisión y en todos los medios de comunicación para que el hombre sea denunciado por violencia de género.

    Tengo, unas 14 denuncias por violencia de género. Dos de ellas han causado mi detención y una causó una orden de busca y captura en territorio nacional

    ¿Cómo supo que el Instituto de la Mujer había estado asesorando a su exmujer?

    No lo supe hasta que llegó el juicio en el que se formaliza la separación, le dan a ella la custodia de mi hija de forma total y yo me quedo en el papel de padre visitante para ver a la pequeña. Eso es lo que soy: un padre visitante.

    En esos momentos es cuando el abogado me da la información que la parte contraria ha suministrado y es cuando me di cuenta de que había estado involucrado el Instituto de la Mujer.

    Vi no un documento, sino creo recordar que tres o cuatro documentos, de varios días en los que se había personado mi exmujer aludiendo crisis de ansiedad, crisis paranoicas y crisis de malos tratos, etcétera.

    «Algún que otro padre de forma gratuita ha ido comentando que no solamente soy un maltratador sino que también he abusado de mi propia hija»

    ¿Cuántas denuncias de temas relacionados con violencia de género le han interpuesto?

    Tengo unas 14 denuncias por violencia de género. Dos de ellas han causado mi detención y por lo menos una de ellas, la más grave, causó una orden de busca y captura en territorio nacional. La Policía no consiguió dar conmigo porque no me encontraba en Madrid.

    Tengo unas 14 denuncias falsas por violencia de género.

    ¿Cuántas de esas denuncias han terminado en una condena?

    Ninguna. Todo era falso. Todo lo que mi exmujer manifestaba en esas denuncias no tenía ni pies ni cabeza. Pero claro, se tramitaban de forma automática nada más presentarse en la Comisaría de Policía, dijera ella lo que dijese se lo admitían a trámite.

    Detenido a las puertas del colegio

    Eso provocó que fuera detenido en el colegio donde trabaja, ¿verdad?

    Fue el 15 de noviembre de 2013 cuando me sacaron detenido de mi puesto de trabajo, del colegio de Aranjuez y me llevaron con un coche patrulla que esperaba fuera a la Comisaría de Policía donde permanecí una noche entera.

    «Mi dignidad, mi honra, mi honorabilidad, todo. Todo se ha ido al traste y eso ya no tengo forma de recuperarlo»

    Le sacaron esposado del colegio, a primera hora de la mañana, con los ninos entrando, los padres y los compañeros de trabajo viéndolo todo. La denuncia fue sobreseída, pero el entorno del colegio se han quedado con la imagen de Juan Antonio esposado, ¿verdad?

    Por supuesto. Es más, el mismo día de mi detención las madres estuvieron comentando por WhatsApp que querían depurar responsabilidades, que la directora de mi centro abriera diligencias contra mí porque se supone que yo era un maltratador… Los padres, asustados, no querían, como es lógico, que un supuesto maltratador estuviera con sus hijos.

    Entonces estuvieron intentando que se investigara y, si procediese, que me echaran de mi puesto de trabajo, porque supuestamente yo era un maltratador. Hasta que finalmente una de las madres me dijo que les paró los pies a los demás padres puesto que ella era abogada y sabía del tema. Antes de colgarme el sambenito de maltratador les recomendó a los demás padres que dejaran de hacer juicios de valor sin tener prueba alguna.

    Me reincorporo a trabajar el lunes 17. Entonces es cuando se dan cuenta de que, por lo menos, yo no soy lo que aparentaba o lo que pretendían que aparentase.

    Luego me he enterado de que algún que otro padre de forma gratuita ha ido comentando que no solamente soy un maltratador sino que también he abusado de mi propia hija.

    «Te importa nada o casi nada vivir. Y si sigo aquí es por mi hija. He tirado hacia adelante para que el día de mañana mi hija Elena sepa lo que ha hecho mi exmujer».

    Desde entonces entiendo que, tanto con compañeros como a la hora de tratar con los padres como profesor, no deben ser las mejores condiciones para ejercer su trabajo.

    Pues hombre, mis compañeros muchos de ellos lo saben, otros fingen no saberlo y otros directamente hacen oídos sordos, no quieren saber nada ni se quieren meter en la vida de otra tercera persona.

    En confianza un padre me dijo que una compañera de su hija le había dicho que yo había estado en la cárcel.

    Para que vea que si ha tenido repercusiones: mi dignidad, mi honra, mi honorabilidad, todo. Todo se ha ido al traste y eso ya no tengo forma de recuperarlo.

    La escena de su detención en el colegio sobre todo ha debido dañarle mucho…

    En el momento en que me sacan a mí detenido ante la atenta mirada de padres, profesores, alumnos, la directora, el conserje, la conserje… pues mi reputación se viene abajo.

    Es muy muy duro. Se pasan momentos de ansiedad, de desesperación, de impotencia, de rabia… Hasta tal punto que requieres hasta desaparecer del asunto, de la vida. Te importa nada o casi nada vivir. Y si sigo aquí es por mi hija.

    He tirado hacia adelante para que el día de mañana mi hija Elena sepa lo que ha hecho mi exmujer. Es decir, su madre. Es que no tiene ni pies, ni cabeza, ni nombre.

    «La Policía me detuvo sin hacer ningún tipo de pesquisa»

    ¿Sabe si la Policía hace algún tipo de averiguación previa en su entorno antes de la detención?

    No ninguna, directamente en cuanto la denunciante interpone la denuncia somos los hombres detenidos y puestos a disposición judicial; se nos encarcela y al día siguiente o a los dos días pasamos a declarar ante su señoría.

    En mi caso concreto me detiene la Policía sin hacer ningún tipo de pesquisa, de investigación para comprobar de forma mínima si es verdad o es mentira lo que dice esta señora sobre si yo soy un maltratador o no.

    Denunciado por acoso cuando estaba en el trabajo

    Hubo una segunda detención. ¿Cuáles fueron las circunstancias?

    Mi exmujer me habló de repartirnos los días previos de las vacaciones de verano para estar supuestamente los dos con la niña a tiempos iguales y accedí, aunque eso no lo ponía la sentencia, dije que sí, todo escrito por correo electrónico.

    Cuando fui a recoger a la niña en la fecha que ella me había indicado, no solamente no me la entregó, sino que interpuso una denuncia falsa por violencia de género en la modalidad de acoso.

    Cuando yo vi que no me entregó a la niña, me volví a mi puesto de trabajo en un tribunal de oposiciones en Madrid. En esa franja horaria en la que estaba trabajando ella dijo que la estaba acosando. Desde las 11 de la mañana aproximadamente, hasta las dos de la tarde.

    Luego su pareja, muy bien aleccionada, fue a juicio y contó la misma película. Es más, que me había visto, que había visto hasta mi coche. Mi abogado le preguntó: «¿Está usted seguro de que mi defendido es un acosador?». – «Sí, sí, sí», respondió.

    Entonces el abogado sacó el justificante del tribunal de oposiciones de la Comunidad de Madrid. Se le cayó la cara de vergüenza tanto a uno como a otro. Los dos están pillados por denuncia falsa de violencia de género.

    «He interpuesto una querella por tres delitos de denuncia falsa continuada de violencia de género más una denuncia por falso testimonio contra su pareja»

    ¿Ha presentado denuncias por ello?

    Sí, están tramitadas y el Juzgado de Instrucción número 1 de Ocaña ya ha actuado de oficio por una de las denuncias falsas que me ha interpuesto.

    ¿Qué otro tipo de denuncias le han interpuesto?

    Otra denuncia falsa por violencia de género es la modalidad de cambio de cerradura.

    Ella está pillada mintiendo en sede judicial por un supuesto cambio de cerradura. A consecuencia de ello está imputada por el Juzgado de Instrucción número 1 de Ocaña por denuncia falsa de cambio de cerradura y la fiscal le pide unos doce o trece mil euros de multa.

    Aparte de eso, he interpuesto una querella por tres delitos de denuncia falsa continuada de violencia de género más una denuncia por falso testimonio contra la pareja de ella por mentir al afirmar que yo estaba acosando cuando estaba trabajando.

    Su exmujer también le ha acusado de intentar matarla chocando con un coche, ¿no es así?

    Esto ocurrió el 1 de octubre de 2015. Me denunció falsamente porque se supone que yo había embestido mi coche contra el suyo hasta en cuatro ocasiones, produciéndole un esguince cervical y dañando el vehículo.

    La misma fiscal la pilló mintiendo y cambiando su testimonio en cuatro ocasiones. No solo no me preguntó a mí nada, sino que no se creyó nada de su testimonio; no presentó ningún parte de lesiones de ese día; no presentó el atestado de la Policía…

    A ver cómo se supone que lo he hecho yo si resulta que no hay ninguna prueba.

    Escondido de la Policía «peor que un etarra»

    Un día, Juan Antonio recibió una llamada de la Policía, indicándole que se presentara en la Comisaría. No le dijeron el motivo, sólo que era importante y que le incumbía muy directamente.

    Tras la experiencia de la primera detención, Juan Antonio llamó a su abogado que le recomendó que no fuera a trabajar… y algo más.

    ¿Por qué le recomienda su abogado que no vaya a trabajar?

    Porque con total seguridad me iban a volver a detener en mi puesto de trabajo. Mi abogado no sólo me recomienda eso sino que duerma en paradero desconocido junto con mi hija como si fuera un delincuente, un etarra, un asesino.

    ¿Qué le dijo la Policía a su abogado?

    A él sí le indicaron que me habían llamado para detenerme, cosa que a mí no me había comunicado la Policía.

    ¿Cuál fue el siguiente paso?

    Al día siguiente fuimos a la Comisaría para aclarar el asunto y entrar y salir. Porque, si entro yo solo, no salgo nada más que a juicio rápido sin poderme defender, sin poderme preparar el juicio, sin poder hablar con mi abogado…

    ¿Cómo se sintió tratado?

    Peor que un etarra, peor que un asesino, peor que un violador… Simplemente por el hecho de ser un padre, por ser un hombre heterosexual en este país en el que somos perseguidos y vilipendiados.

    Nos privan de nuestro derecho de presunción de inocencia; nos privan de nuestros derechos más íntimos.

    Pese al sobreseimiento y archivo de las denuncias, quedan los antecedentes policiales. ¿cómo ha logrado salir de estos archivos?

    Eso se llama cancelación de antecedentes policiales. Es un proceso largo en el cual hay que mover muchos papeles y hay que esperar.

    Cuando tenemos el papel que dice que el caso está sobreseído y archivado es cuando podemos empezar a tramitar esa cancelación de antecedentes policiales. No son judiciales. Porque si fuesen judiciales eso no se puede borrar.

    Después se rellenan unas instancias y una documentación que te da la Policía o bien la puedes descargar a través de la página oficial del Ministerio del Interior. Finalmente hay que personarse en la Sección de Penados y Rebeldes para pedir un certificado que indique que nunca he sido condenado.

    Junto con eso y otro formulario más, que se rellena en la Comisaría de Policía, lo único que queda es esperar y al cabo de unos meses es cuando te llega la carta a casa indicando que esos antecedentes policiales han sido cancelados.

    ¿En qué situación judicial se encuentra ahora mismo? 

    Todas las denuncias que ha interpuesto mi expareja contra mí y la pareja de esta persona contra mí han sido sobreseídas y archivadas.

    Puesto que se les ha pillado denunciándome falsamente he emprendido acciones legales.

    Cuando vas a interponer una denuncia en cualquier comisaría de este país dice claramente una nota informativa que «se advierte a todos los ciudadanos que interponer una denuncia falsa es constitutivo de delito y está penado y perseguido por la ley».

    Esta señora lo ha hecho más de una y dos y tres veces. Y precisamente por eso es por lo que la he denunciado.

    ¿Por qué cree que ha hecho todo esto? 

    Lo que siempre ha buscado en mí es la destrucción total. Primero, quitarme a mi hija, quitarme y asegurarse que ella iba a tener la custodia total y absoluta de mi hija y con ello, por supuesto, mi casa y el tema económico porque le estoy pasando una pensión.

    ¿Después de esto qué le queda? Pues destruirme y meterme en la cárcel. Pidió tres años de cárcel para mí por un delito inexistente (el del coche).

    Siempre es lo mismo. Cuando denuncia ella pide. ¿Qué es lo que pide? Órdenes de protección, en todas y cada una. Órdenes que siempre han sido denegadas por parte de la justicia, que no han visto fundamento jurídico contra mí.

    «Somos ya más de cuatro millones y medio de hombres afectado por esta ley de violencia de género que lo único que hace es destruir la familia, destruir a los hombres»

    ¿Qué conclusión saca de todo esto?

    Somos ya más de cuatro millones y medio de hombres afectado por esta ley de violencia de género que lo único que hace es destruir la familia, destruir a los hombres, y hacer que los varones rechacemos a las mujeres cuando realmente no todas las mujeres son malas.

    No todas las mujeres son así. Hay bellísimas personas. Hay mujeres buenas y las hay que no son tan buenas. Y las hay que ponen denuncias falsas por violencia de género. Igual que hay hombres buenos y hay hombres que no son tan buenos y los hay también muy malos.

    La violencia no tiene género.

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    Nicolás de Cárdenas fue inoculado por el virus del periodismo de día, en el colegio, donde cada mañana leía en su puerta que “la verdad os hará libres”. Y de noche, devorando los tebeos de Tintín. Ha arribado en su periplo profesional a puertos periodísticos de papel, internet, televisión así como a asociaciones cívicas. Aspira a morir diciendo: "He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe".