El cardenal guineano Robert Sarah es uno de los pesos pesados de la Iglesia Católica. Desde su cargo como prefecto para la Congregación para el Culto Divino se ha convertido además en la voz principal de los católicos africanos.
Robert Sarah es también uno de los mayores exponentes del sector que con más ahínco defiende la familia. De hecho, durante el último Sínodo fue uno de los grandes referentes y ante los envites de los obispos alemanes llegó a asegurar que África salvará a la Iglesia y a la familia ante la deriva de Occidente.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEsta claridad la ha vuelto a manifestar en una reciente entrevista en L´Occidentale y que recoge Infocatólica. En ella, el cardenal habla de la homosexualidad y de la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en numerosos países de Europa y Norteamérica.
“África luchará de modo enérgico para no aceptar esta desviación, porque es contra natura”, afirma con rotundidad el purpurado y añade que “ningún pagano puede pensar y creer verdaderamente lo que vemos aquí en Occidente”
Cardenal Sarah: «Hombre y mujer no son nada sin un tercer elemento, fruto de su amor: una nueva vida, un nino»
El prefecto vaticano incide en la entrevista en que “el hombre está hecho para la mujer. La mujer está hecha para el hombre” por lo que asegura que “el hombre no es nada sin la mujer, y viceversa”. Pero además va más allá al afirmar que “ambos son nada sin un tercer elemento que es el fruto que nace de su amor: una nueva vida, un nino”.
A su juicio, “el llamado ‘matrimonio homosexual’ es puro egoísmo. No hay ningún fruto. Un amor que no hace nacer nada no puede destruir la verdadera felicidad, la verdadera complementariedad”. Y añade: “un hombre no puede completar a otro hombre; como se puede probar, nunca tendrá éxito. Es la naturaleza. Hasta los pájaros lo saben”.
Por otro lado, el cardenal Sarah habla de la coherencia que deben tener los cristianos en todos los ámbitos de su vida. El problema que el prelado observa en el mundo de hoy es “ser cristianos realmente verdaderos en la actualidad, en la economía, en la política, en el arte, en la cultura, en la vida familiar…”.
Por todo ello, el prefecto observa que el “ser cristiano debe reflejarse necesariamente en la vida práctica. Y cada uno de nosotros está inmerso en la sociedad”.