En menos de dos días, 50.000 ciudadanos de toda España se han sumado a la movilización social para evitar el intento de ‘juicio sumarísimo’ contra el cardenal Antonio Cañizares en las Cortes Valencianas.
Miles de personas se han dirigido a los buzones electrónicos de los portavoces del PSV, Ciudadanos y del Partido Popular para pedirles que no formen parte del linchamiento mediático y público al que está siendo sometido el cardenal.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEsta recogida de firmas ha sido promovida por HazteOír.org que ha sido el mecanismo que han utilizado los ciudadanos para defender la libertad de expresión de Antonio Cañizares. Su presidente, Ignacio Arsuaga, ha celebrado esta movilización social «porque ha logrado impedir un ataque del poder contra el derecho fundamental del pensamiento y de expresión de las propias creencias».
«Estos ataques son una muestra de la intolerancia de la ultraizquierda», asegura Ignacio Arsuaga
Arsuaga ha afirmado que los ataques que está sufriendo Cañizares «son una muestra de la intolerancia de la ultraizquierda». Sin embargo, esta ofensiva ideológica y política contra el arzobispo valenciano podría continuar, tal y como sostienen desde València en Comú (ligado a Podemos), que promueven su reprobación desde el ayuntamiento de Valencia.
Cañizares ha sufrido en sus carnes una campaña de desprestigio e insultos por ejercer su derecho a expresarse con libertad. Sus ideas sobre la ideología de género y la defensa de la familia es algo intolerable por parte de la izquierda radical.
HazteOir.org, «vigilante» ante más ataques
Desde HazteOir.org se asegura que estarán «vigilantes» y que alertarán a los ciudadanos «si consideran que la libertad y los derechos fundamentales están en riesgo», debido al interés y a la voluntad de movilizarse por esta causa que han manifestado los ciudadanos de a pie.
Debido a la polémica que ha suscitado este intento de atentar contra la libertad de expresión, Arsuaga afirma también que «la condena a monseñor Cañizares es también una condena a los valores democráticos que inspiran las reglas de nuestra convivencia».