En el año 2013 el escritor Arturo Pérez Reverte ya hablaba de los primeros coletazos que los adalides de la ideología de género intentaban imponer en Navidad y que ahora ha explotado completamente con las cabalgatas de “reinas magas” impuestas por varios ayuntamientos gobernados por las marcas blancas de Podemos.

En su artículo publicado en XLSemanal, Pérez Reverte asegura: “Creemos que los ninos son gilipollas. Que no se enteran. Que podemos engañarlos con facilidad, haciéndolos cómplices de nuestros prejuicios, torpezas y limitaciones”.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.

Suscríbete ahora

Y para ello citaba la “moda reciente” de que en la cabalgata vayan reinas magas. Todo ello, a su juicio, “como cuota políticamente correcta” y para “cumplir con el qué dirán” pese a que muchos ninos se percatan de que Gaspar es una mujer disfrazada.

Para Perez Reverte el problema es que “la tradición se refiere a tres reyes varones. Y es la tradición precisamente, transmitida de padres a hijos, la que hace a los ninos que aún conservan la inocencia adecuada para esperar con ilusión la llegada anual de esos magos de Oriente, cuyos nombres y sexo conocen perfectamente, hasta el punto de que resulta imposible darles Baltasara por Baltasar”.

«Habrá polémica, claro. Sentido común versus matonismo ultrarradical. Acusaciones de machista intransigente a quien no trague»

Por ello, el escritor asegura que los “pequeños cabroncetes no tienen un pelo de tontos, en cuanto pasa por delante la carroza, huelen la tostada. Y se les fastidia así la fiesta, la ilusión, la fe en algunas cosas que, para bien de la Humanidad, es conveniente conserven durante el mayor tiempo posible, antes de que la vida les demuestre lo que hay bajo el cartón y el falso armiño de cada rey”.

Y como conclusión, Pérez Reverte indicaba que “en este país acomplejado y cobarde donde no caben un tonto, un sinvergüenza, un oportunista más, cualquier nueva idiotez triunfa que da gusto”.

Además, ya adelantaba lo que ocurría ahora. “Habrá polémica, claro. Sentido común versus matonismo ultrarradical. Acusaciones de machista intransigente a quien no trague. En consecuencia, las autoridades dispondrán cada vez más cabalgatas con la cuota adecuada de reyes y reinas, magos y magas, camellos y camellas, pajes y pajas. Todo sea por no discrepar. Y a los ninos, pues bueno, pues vale, pues me alegro. A ésos, que les vayan dando”. Así terminaba su artículo, un texto que escrito hace tres años describe la situación a la que ha llegado España.

Comentarios

Comentarios