Uno de las rendijas legales que se utiliza en Holanda para acceder a la eutanasia y el suicidio asistido es el caso en el que supuestamente existen problemas mentales y sufrimiento psíquico. Estos casos se prestan a la ambigüedad en el diagnóstico y en la práctica se han convertido en un auténtico coladero. Esta hipótesis ha sido confirmada por un estudio publicado esta semana en JAMA Psychiatry tal y como recoge el Diario Médico.
La investigación ha estado encabezada por Scott Y. H. Kim, psiquiatra y bioético en los Institutos Nacionales de Salud, que revisó las historias clínicas de la mayoría de los casos autorizados en Holanda alegando sufrimiento psiquiátrico entre 2011 y 2014.
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Suscríbete ahoraEl 56% de los pacientes no acepta un tratamiento válido
Según el estudio, en 37 de los 66 casos analizados (56%), los pacientes rechazaron un tratamiento indicado que podría haber sido útil. Esto contradice la ley que exige que en el caso de suicidio asistido, la enfermedad debe ser incurable.
A principios del año 2000 la ley exigía que la eutanasia debía de ser libre, voluntaria y consciente, demandándose por el paciente en casos de sufrimiento extremo o enfermedad incurable. En 2002 se extendió esta posibilidad a adolescentes de entre 12 y 16 años; en 2004 se extendió a ninos menores de 12 años y en 2006 extendieron la decisión de ejecutar a los médicos en casos de demencia.
Las clínicas creadas por movimientos proeutanasia
Uno de los principales problemas detectados en el informe es que una gran parte de los que piden la eutanasia acuden a centros especializados promovidos por asociaciones proeutanasia. En estas clínicas, sólo hay un médico y una enfermera que jamás han visto al paciente ni han tenido tratamiento con él.
Por ello, el informe afirma que es preocupante desde el punto de vista social que el diagnóstico más frecuente para recibir la eutanasia sea la depresión y que uno de los más recurrentes sea la soledad.
Estas circunstancias como la demencia, problemas psicológicos; la soledad o la depresión hacen dudar de la condición de “enfermedad incurable” exigida por la ley holandesa. Todo esto hace que Holanda se sitúe como cabeza de la eutanasia en Europa y como un ejemplo a seguir que está arrastrando a países como Bélgica y Suiza.
Un hombre quería la eutanasia porque era un «solitario» y su vida «un fracaso»
Esta falta de diagnóstico ajustado a la ley se aprecia en diferentes casos que el estudio relata. Un hombre se consideraba a sí mismo “un solitario sin remedio cuya vida había sido un fracaso”; una mujer indicó que “tenía una vida sin amor y que por tanto no gozaba del derecho a vivir”; y el de una viuda que afirmaba que su vida “era un infierno sin sentido»; aunque no padecía de depresión y podía comer y dormir sin problema alguno.
Paul S. Appelbaum, catedrático de Psiquiatría, Medicina y Derecho en la Universidad de Columbia escribió en un editorial adjunto al estudio que “los pacientes ignoren a su médico para ir a una clínica que existe sólo con fines eutanásicos, donde no son evaluados por un psiquiatra y este debe asumir decisiones tan complejas como son las relativas al nivel de enfermedad o sufrimiento me parece, en conjunto, el peor modo de implementar una ley”.