Azucena Hernández fue una de las grandes actrices del destape, la etapa posterior a la dictadura franquista, además de Miss Cataluña.Tenía una prometedora carrera cinematográfica y también teatral por delante hasta que tuvo en 1986 y con apenas 26 años un terrible accidente de tráfico que la dejó tetrapléjica.
Su caso fue muy conocido y salió en los medios de comunicación durante meses. Tras despertar en el hospital de La Paz de Madrid y ver que sólo podía mover la cabeza entró en una profunda depresión y en una entrevista con Iñaki Gabilondo hizo el primer alegato público en España a favor de la eutanasia. Ella quería morir antes que vivir así.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.
Suscríbete ahora«Me vinieron a ver muchísimos compañeros de profesión. Incluso el alcalde Tierno Galván me mandó un regalo», afirma. Tardó un año en poder volver a casa y ahí empezó el verdadero problema. «Entonces fue cuando me di cuenta de mi realidad. De mi cruda realidad. No me podía mover y eso era demasiado para mi madre y para mi hermano. Me sentía una carga»
Poco a poco Azucena Hernández fue cayendo en el olvido y las visitas se redujeron hasta casi desaparecer. Pero ahora ella sigue viviendo y lo hace en el Centro de Atención a Personas con Discapacidad Física de Guadalajara, siendo además muy feliz.
En una entrevista para El Mundo explica ese momento en el que quiso la eutanasia,una experiencia que podría ayudar a muchas personas. Entonces ella lo veía todo negro. «Mira…Ahora ya se me han quitado las ganas», cuenta Azucena al entrevistador.
«Me quería morir. Sentía que no podía haber nadie más desgraciado que yo en el mundo…Hasta que llegué aquí, a Guadalajara»
En ese momento, cuenta la actriz, «me quería morir. Sentía que no podía haber nadie más desgraciado que yo en el mundo…Hasta que llegué aquí, a Guadalajara». En este centro vio la luz al final del túnel y experimentó que no todo había acabado y que había motivos para seguir viviendo.
«En octubre se cumplen 30 años del accidente», recuerda pero aclara que «nunca he perdido el sentido del humor. Ni siquiera en los peores momentos».
Ahora en este centro convive con otras personas que han vivido dramas como ella, se divierte con ellos e incluso ven todos juntos las películas que esta actriz protagonizó antes de sufrir ese desdichado accidente en la carretera de La Coruña a la altura de Las Rozas.
Su testimonio y su capacidad para superar un sufrimiento que parecía no tener fin puede ayudar a otras personas que quieren morir a al menos reflexionar sobre que existe una luz más allá del gran dolor que viven y que se puede seguir viviendo y sobre todo, se puede ser feliz.