Un adulto sostiene la mano de una persona anciana
Un adulto sostiene la mano de una persona anciana

La Comisión para la Eutanasia en Holanda alerta de que un médico ha decidido acabar con la vida de una mujer octogenaria, enferma mental, porque percibía que la mujer padecía un sufrimiento «innecesario».

Según detalla el diario El Mundo la octogenaria, que padecía Alzhéimer, vagabundeaba por los pasillos del centro de mayores donde su marido la ingresó por no poder hacerse cargo de ella.

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Al parecer, después de suministrarle una dosis de calmante en una taza de café y otra dosis con una inyección, el médico decidió darle una nueva dosis letal, aprovechando que parecía que se estaba quedando dormida.

A pesar de que la mujer se opuso propinándole un empujón, el galeno continuó con la maniobra para acabar con su vida.

El médico decidió que vivía «en un sufrimiento insoportable»

Un proceso «traumático» 

La Comisión holandesa para la Eutanasia sostiene que no hay indicions quemuestraes que la paciente quería morir y lamentó que el su muerte se produjo en un proceso «traumático» debido al empeño del médico en acabar con su vida.

Antes de que el Alzheimer no le permitiera expresar su voluntad, la mujer dejó establecido qu eno quería ser ingresada en un centro geriátrico ni «un hogar para ancianos con demencia».

Por otra parte, escribió en su testamento que le gustaría que le fuera practicada la eutanasia cuando ella misma «encuentre el momento adecuado para solicitarlo», cosa imposible debido a su estado. 

Sin embargo, el médico decidió que vivía «en un sufrimiento insoportable» y que ya no era «mentalmente competente». por lo que se aferró a sus últimas voluntades expresadas en el testamento para acabar con su vida.

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