
Es lo que tiene la dictadura de lo políticamente correcto. En cuanto manifiestas algo que sale fuera de lo establecido, prepárate para ser la diana de las críticas.
Eso le ha ocurrido a la pareja de Matteo Salvini, líder de la Liga Norte y actual primer ministro y ministro del Interior de Italia. Elisa Isoardi, que ha sido modelo, presentadora y ha ganado premios de belleza, ha sido colocada en la diana por algunas de las fotos que ha colgado en su Instragam. ¿Su delito? Ser una mujer del siglo XXI y salir en una foto planchando una camisa del marido, cocinando o regando las plantas.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEso, en el imaginario de las feministas radicales, es el mayor crimen que se pueda pensar. Que una mujer diga, en este caso, muestre, que plancha, y que además plancha algo para su pareja, que cocina o hace labores de casa, parece ser que es impropio.
Además, que si uno echa un vistazo a su cuenta de Instagram, se da cuenta de que son un par de fotos entre cientos, pero eso da igual.
«Una mujer, aunque sea conocida, debe dar siempre luz a su hombre. Y la luz, el apoyo, la cercanía, muchas veces se dan haciéndose atrás, estando en la sombra»
Además, en una entrevista para una revista italiana, Oggi, se le ocurrió declarar que «una mujer, aunque sea conocida, debe dar siempre luz a su hombre. Y la luz, el apoyo, la cercanía, muchas veces se dan haciéndose atrás, estando en la sombra». Lo que siempre se ha conocido como «detrás de una gran hombre, siempre hay una gran mujer».
Pues claro, el establishment no puede permitir ese mensaje de una mujer, además de una mujer guapa -si ha ganado premios de belleza debe serlo-, de una mujer del siglo XXI… La respuesta, tal y como ha explicado El País, es lo que le dijo «la consejera municipal del Partido Democrático de Milán, Sumaya Abdel Qader, de religión musulmana, respondió a Isoardi con una imagen en la que ella aparecía sentada en el sofá, leyendo un libro mientras su marido se afanaba con la plancha. “Toma nota”, le lanzó a la exmodelo y más tarde comentó con ironía: “Mi marido Abdallah, que es dentista, se plancha él solo todas sus camisas, mis velos y la ropa de nuestros hijos».
Ese es el nuevo modelo que quieren presentar: una mujer empoderada -además en este caso musulmana-, que hace que el marido hagas las cosas de casa mientras ella lee -por lo que no pasaría anda, porque muchos matrimonios así lo hacen-. El problema es querer imponer ese modelo en el que ahora la mujer, queriendo hacerlo, no puede hacerlo porque muestra machismo.