Con el paso de los años, muchos de los que participamos en la Rebelión Cívica durante el mandato de Zapatero hemos llegado a albergar un cierto sentimiento de tristeza y de desánimo.
Aquellos fueron años de muchos sacrificios y de mucha entrega. Años en los que el patriotismo se puso a prueba en las calles, por ejemplo, durante las manifestaciones convocadas por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) contra la negociación entre el gobierno de Zapatero y la banda terrorista ETA. Fueron años en los que los medios afines al gobierno socialista acusaban de “fascismo” a las víctimas que no pasaban por el aro de la infamia, unas expresiones como las publicadas en tiempos por la propaganda proetarra para justificar sus crímenes.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraUna noche ante una llama que recuerda a los que dieron su vida por España
Durante aquella Rebelión Cívica, en la noche del 27 al 28 de junio de 2006 estuve en Madrid en una Velada por las Víctimas que se celebró en el Paseo del Prado, junto a la Plaza de la Lealtad, donde una llama recuerda siempre a los que dieron su vida por España.
Fue entonces cuando conocí a un hombre al que ya admiraba, un andaluz tímido, quizá uno de esos españoles de a pie al que no habría conocido si los terroristas de ETA no hubiesen asesinado a sus dos sobrinas y a su hermano en el atentado contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza el 11 de diciembre de 1987. Aquel fue el inicio de una amistad que aún perdura.
Una amistad de esas que se ha forjado en momentos difíciles, porque aquel hombre, Francisco José Alcaraz, ha tenido que soportar de todo por el simple hecho de no renunciar a la Memoria, la Dignidad y la Justicia para los suyos.
Soportando ataques de ambos lados por mantenerse fiel a su principios
Cuando Alcaraz dejó la presidecia de la AVT en marzo de 2008, tras soportar no sólo las infamias del PSOE y sus aliados, sino también las zancadillas del PP -que lleva mal que haya asociaciones que no controla-, pudo haberse quedado en su casa y haber encontrado por fin la tranquilidad que tanto le había faltado durante algunos años. No lo hizo. Siguió defendiendo la Memoria, la Dignidad y la Justicia desde su nueva asociación, Voces contra el Terrorismo (VCT, cuyo logotipo tuve el honor de diseñar).
La nueva entidad se convirtió en el Pepito Grillo de un movimiento cívico que se iba plegando poco a poco a las presiones de los políticos. Alcaraz siguió actuando con la independencia y con la honradez que le habían caracterizado, esta vez no sólo para denunciar las afrentas del PSOE, sino también la traición del PP a las víctimas en cuestiones como las actas de la negociación con ETA y el permiso parlamentario para negociar con los asesinos, asuntos que Rajoy “olvidó” en cuanto llegó al poder. Y como Alcaraz no se dejaba controlar, si antes recibía ataques de medios afines al PSOE, empezó a recibirlos también de los hooligans del PP.
La venganza contra Alcaraz fue especialmente miserable: en 2012, al cumplirse 25 años del atentado de Zaragoza, el gobierno de Rajoy le excluyó del homenaje a sus propios familiares asesinados por ETA
Unos meses después de la llegada de Rajoy al poder, y cuando ya estaba claro que no sólo mantendría las leyes ideológicas de Zapatero, sino también los compromisos adquiridos por el PSOE con ETA, Alcaraz escribió en Libertad Digital un artículo titulado “Crónica de una decepción”, en el que -entre otras cosas- denunciaba el rechazo del Partido Popular a apoyar una propuesta de UPyD para ilegalizar a Amaiur y a Bildu. Las palabras de Alcaraz en aquel artículo resultaron ser proféticas: “Mariano Rajoy ha comprado esa idea de que algo habrá que darles a los terroristas y para ello, no tiene que mover un dedo. Tan sólo tiene que dejar estar todas las concesiones realizadas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, mantener viva la Vía Nanclares para seguir excarcelando y acercando etarras, no instar a la ilegalización de Bildu o Amaiur, posponer la renovación del Constitucional para que sea este tribunal el que culmine el proceso con sus decisiones sobre Sortu o la Doctrina Parot, y no hacer nada para detener a la cabeza de la serpiente, Josu Ternera“. De hecho, a día de hoy, siete años después, Ternera sigue sin ser detenido.
La miserable venganza contra Alcaraz por no dejarse controlar
Por entonces escribí una entrada señalando lo que le esperaba a Alcaraz por mantenerse fiel a sus principios. Ya habían empezado los ataques contra otras organizaciones cívicas que el PP no controlaba. La venganza contra Alcaraz fue especialmente miserable: en 2012, al cumplirse 25 años del atentado de Zaragoza, el gobierno de Rajoy le excluyó del homenaje a sus propios familiares asesinados por ETA. Eso ocurrió unos meses después de que uno de los voceros mediáticos de Génova 13 animase a echar a las víctimas díscolas fuera de la sociedad democrática, y eso mientras los proetarras desembarcaban en las instituciones. En diciembre de 2017, al cumplirse 30 años del atentado en el que perdió a su hermano y a sus dos sobrinas, Alcaraz, su familia y VCT fueron una vez más excluidos del homenaje. Una infamia.
Después de tantos desprecios de otros, hoy Vox hace justicia
Después de todos esos años de zancadillas y de traiciones, me he preguntado muchas veces cómo una persona tan íntegra y tan valiente como Francisco podía haber acabado en un rincón de la vida española, rechazado por unos y por otros, tan sólo con el apoyo de otras personas valientes e íntegras como el periodista Luis del Pino, que le ha seguido invitando a sus programas en esRadio.
Es en situaciones así cuando te das cuenta de que lo más valioso que puedes seguir ofreciéndole a alguien es una amistad sincera, para lo bueno y sobre todo para lo malo, algo tan sencillo pero a menudo tan difícil como seguir ahí aunque los demás le den la espalda, que es -al fin y al cabo- ese tipo de valiosa amistad que yo he recibido de Alcaraz todos estos años. Es por eso que me ha alegrado mucho leer que Vox ha elegido a Francisco como su senador de designación autonómica.
Será el primer parlamentario nacional de ese partido, y con él Vox entra por la puerta grande del Parlamento llevando intactos esos principios por los que Alcaraz ha soportado tantos sacrificios, tantas zancadillas y tantos desprecios: Memoria, Dignidad y Justicia. Mi aplauso para Francisco José Alcaraz y mi agradecimiento a Vox por esta elección.
* Publicado originalmente en Contando Estrelas.