El informe La familia del futuro. Una política familar socialista elaborado en 1972 por un grupo de políticos suecos puso las bases de lo que hoy se entiende por estado del bienestar. Dicho informe concluyó que «ningún ciudadano debía ser dependiente de ningún otro» con el objetivo de «crear una sociedad de individuos autónomos».
La realidad social que refuta este plantamiento es la familia, un entorno en el que todos dependen de todos y son acogidos por el mero hecho de existir. De esta manera, la implantación del llamado estado de bienestar tuvo un enemigo claro, de tal forma que su destrucción se hacía imprescindible para asegurar la fórmula de Estado hipertrofiado.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEsta es la tesis de partida de ‘Estado de bienestar y destrucción de la familia’, un breve ensayo publicado en los Cuadernos de Cristianismo y Economía de Mercado elaborados por el Centro Diego de Covarrubias y editado en Unión Editorial.
Su autor, José Ignacio del Castillo (Madrid, 1967) se formó en el colegio Nuestra Señora del Recuerdo en Madrid (a cargo de los jesuitas) y es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid. Completó su formación con estudios de posgrado en Economía en las Auburn Univesity, la Universidd Complutense de Madrid y la Universidad Rey Juan Carlos.
Castillo es también profesor visitante de la Universidad Francisco Marroquín de Guatemala, director del Master Value Investing y Teoría del Ciclo en el centro de estudios OMMA y director académico del Instituto Juan de Mariana.
Usted describe una serie de efectos del estado de bienestar en la familia: aislamiento, colapso del matrimonio, pobreza, indigencia y maltrato infantil, conflicto entre sexos, estatismo y burocratización… ¿Considera que el Estado de Bienestar es una suerte de plaga bíblica?
Nuestra tesis es que el estado de bienestar es instrumental en el proceso de erosión constante de la sociedad occidental en el que estamos inmersos. Es especialmente peligroso porque actúa como un caballo de troya, aparentando contribuir a la cohesión social y a facilitar la prestación de los servicios de socorro, crianza, educación etc. que toda sociedad necesita. La realidad es que promueve todos esos efectos que comenta.
¿Se equivocan las organizaciones en defensa de la familia al pedir mayores ayudas públicas en España, ya que están muy por debajo de la media de la Unión Europea?
Depende de lo que entendamos por familia y por ayudas públicas. Si de lo que hablamos es de dar cheques a madres solteras, por ejemplo, los efectos van a ser muy negativos. Si es construir una red pública de guarderías abiertas 24 horas o asilos, esta especie de caramelo envenenado, acelerará el proceso de destrucción. No todas las formas de familia son igualmente funcionales y mientras no tengamos eso claro y subvencionemos las formas más precarias, seguiremos en una espiral de decadencia.
En ‘Estado de Bienestar y destrucción de la familia’ hace un repaso de ataques a la familia desde la Grecia clásica hasta nuestros días. ¿Qué explicación tiene que la institución básica de la sociedad sea atacada en tiempos distantes y por ideologías diversas?
La familia es una institución que pone fuertes cortapisas a los ingenieros sociales y sus proyectos. También exige altas dosis de responsabilidad, de prudencia y de autodominio de las pasiones. Pone al «otro» como centro de nuestra existencia.
Todas esas cosas la hacen especialmente odiosas entre cierta gente.
«Para romper la familia es necesario entre otras cosas banalizar la sexualidad»
Con independencia de que estén conectados estos ataques ¿se trata de un proceso espontáneo o algo más bien programado?
Para responder a esa pregunta, recomiendo al lector que busque en Youtube Yuri Bezhmenov y vea sus videos sobre subversión ideológica o desmoralización de occidente.
Cuando se aprueban en una misma legislatura el divorcio express, el aborto como derecho, la ley de dependencia o el matrimonio homosexual, muy espontáneo no parece. Especialmente cuando se aprueban parecidas legislaciones simultáneamente en muchos sitios e incluso las Naciones Unidas y otros órganos de gobernanza mundial promueven abiertamente este tipo de agendas…
¿Es el modelo sueco el ejemplo perfecto de cómo el estado del bienestar debilita a la familia?
Sin duda. Está muy bien ilustrado en el documental de Erik Gandini La teoría sueca del amor. También puede verse en Youtube.
¿En qué lugar queda el papel educador de la familia en este esquema?
Residual en el mejor de los casos.
No suena muy halagüeño. Por otro lado, el fruto que debería ser más evidente tras la formación de una familia es la natalidad. Sin embargo, usted ha denunciado en la presentación de este cuaderno un «bombardeo cultural a favor de la anticoncepción». ¿Por qué sucede?
Para romper la familia es necesario entre otras cosas banalizar la sexualidad. El mantra es que la sexualidad debe separarse de la concepción y ambas del matrimonio… Por ello se promueven los anticonceptivos.