Tengo 26 años y hace cinco que recibo un acompañamiento por parte del COF de Alcalá y en concreto por B.V.; cuando comencé a acudir a las sesiones con ella, llegué con un sufrimiento tremendo, llevaba una vida homosexual totalmente reconocida, tuve pareja durante más de un año, mis padres aceptaban o mejor dicho respetaban mi decisión y todo se mantenía en una calma tensa, puesto que en algunos momentos no me encontraba a gusto con mi condición.
Fue una persona de confianza, la que escuchó hablar del COF de Alcalá y me dio el contacto para ir a ver B.V. En aquellos momentos no era consciente de todo lo que me pasaba; estaba sufriendo pero no sabía por qué, porque todo en mi vida iba bien.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraAnteriormente estuve en los psicólogos y orientadores de mi instituto y me decían que el problema era que no me aceptaba del todo y esa serie de cosas, que creo que no eran ciertas, porque a la vista estaba que no ocultaba mi vida homosexual a nadie.
Fue tras dos años en la Universidad, y tras haberlo dejado con esa pareja con la que estuve, cuando tras varias dudas me decidí acudir a ir a hablar con esa persona. Soy cristiano y no veía nada raro en ir a hablar con alguien que era cercano a mi forma de pensar. Nunca mi fe supuso ningún problema con mi orientación sexual, siempre me sentí acogido en mi grupo parroquial.
Si yo fui a hablar con B.V. por primera vez, fue libremente y porque necesitaba escuchar de alguien con experiencia en este tema, alguna palabra que me ayudara a comprender porque estaba sufriendo (sin tener por qué). Sinceramente me chocó el sitio en el que estuvimos hablando y esas cosas, pero enseguida pude comprender que en ese sitio podía encontrar paz en mi corazón, que era lo que sinceramente necesitaba.
En cinco años han pasado muchas cosas, momentos de alegría, momentos de ánimo, y desánimo y también momentos en los que he dejado de ir al COF, etc. Pero realmente, tras un tiempo de rebeldía, básicamente porque quería hacer mi vida sin escuchar las recomendaciones que me daban, no he sido feliz. Reconozco y afirmo mi tendencia homosexual y no me avergüenzo de ello.
Lo que si me avergüenza es haber perdido momentos importantes en mi vida viendo pornografía, buscando desesperadamente contactos o alguien que me quisiera de verdad, cuando, siendo sinceros, en el mundo gay eso es difícil de encontrar tanto en la calle (salvo que salgas por las zonas de ambiente) como en las redes sociales (con mayoría de perfiles falsos y grandes índices de promiscuidad).
Conozco a la perfección todo lo que se mueve en la vida gay y en la vida de la Iglesia, concretamente en Alcalá, porque he frecuentado los dos sitios. Defiendo a capa y espada la labor de B.V. y de las personas que voluntariamente acuden a acompañar a personas con distintas dificultades en el COF, así como a Monseñor Reig Plá por ser valiente y acogernos cuando en ningún otro lugar se han ocupado de nuestro sufrimiento. Estas personas hacen lo que hacen desde el amor al prójimo y a Jesucristo, en quien creemos firmemente.
* Testimonio recogido por Es posible la Esperanza en apoyo del obispo de Alcalá de Henares, monseñor Juan Antonio Reig Pla, que mantiene un servicio de acompañamiento a personas con Proyección hacia personas del Mismo Sexo (PMS).