Desde pequeña he sentido PMS [Proyección hacia el Mismo Sexo] y no era feliz. Me sentía un bicho raro, incomprendida y sola. Era muy infeliz porque yo no quería sentir lo que sentía. Siempre estaba triste. Mi deseo de siempre era casarme y formar una familia, y que esta familia estuviera formada por un padre y una madre. Hubo un día que hablé con personas cercanas a mí sobre lo que me sucedía, y aunque la gente lo respetaba y lo entendía, me seguía sintiendo infeliz. Me quería morir porque veía que no tenía ningún papel en este mundo. No podía dormir por las noches. Mi vida era una pesadilla continuamente porque no vivía acorde con mi naturaleza. Viendo estas personas lo que estaba sufriendo me quisieron ayudar y buscamos ayuda.
Encontramos ayuda en la Iglesia en el Centro de Orientación Familiar al que fui libremente. Y para mí fue una liberación lo que encontré, y me ha dado la felicidasd y las ganas de vivir. Como ya he mencionado, siempre me sentía un bicho raro, y si afirmaba y aceptaba que era homosexual, me suicidaba porque esa no es mi naturaleza. A mí me ha dado la libertad y el descanso saber que soy una mujer y que todo mi ser es femenino, que ha tenido impedimentos de madurar bien como mujer.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraY es verdad porque yo empecé a sentir PMS cuando mi madre me cortó el pelo como a los chicos, y empecé a sentirme un bicho raro porque no me identificaba con las chicas ya que ellas no llevan el pelo corto. Cuando llevaba el pelo corto y vestía con vestido me sentía un bicho raro. Cuando llevaba el pelo corto y pantalones me identificaba con los chicos porque ellos son así. Y ese fue el impedimento y la herida que hizo que no madurara bien mi feminidad.
En este Centro de Orientación Familiar de la Iglesia fue la primera vez que me sentí comprendida, acompañada y querida como soy. Me han acompañado para ayudarme simplemente a madurar mi feminidad que libremente yo he elegido y quiero hacer porque ahora soy feliz. Ahora vivo acorde con mi naturaleza que es la de ser mujer.
Ya no siento PMS porque ha madurado mi feminidad. Ya no miro a las mujeres como las miraba antes, sino que ahora me fijo en los hombres. No me han lavado el cerebro, ni he tomado ningún tipo de pastillas, ni me ha reparado nada. Ahora vivo con esperanza, alegría y paz. Tengo ganas de vivir, no de morirme.
Yo respeto que cada uno haga con su vida lo que quiera y que la viva como pueda, y si una persona quiere vivir su vida de manera homosexual, lo respetaré, y es más, la ayudaré en todo lo que necesite. ¿Por qué se me tiene que privar a mí de tener un acompañamiento? ¿No vivimos en un país libre? ¿Dónde está entonces la libertad? ¿No soy libre de hacer con vida lo que quiera y de vivirla como yo quiera? ¿No soy libre de elegir si quiero tener un acompañamiento, terapia, reunión, operación, clase o lo que sea? Estos acompañamientos son TOTALMENTE LIBRES. Ahí está la libertad que me quita el estado.
Monseñor D. Juan Antonio Reig Pla y B. V. solo ayudan a personas que libremente les han pedido ayuda. Debería haber más obispos y personas como ellos.
Desde España, Marta.
* Testimonio recogido por Es posible la Esperanza en apoyo del obispo de Alcalá de Henares, monseñor Juan Antonio Reig Pla, que mantiene un servicio de acompañamiento a personas con Proyección hacia personas del Mismo Sexo (PMS).