Un tribunal federal en Texas (Estados Unidos) dictaminó el pasado 5 de octubre que los médicos de todo el país ya no estarán obligados a realizar las llamadas cirugías de “transición de género” o “cambio de sexo” -que consisten en la mutilación y modificación externa de los órganos sexuales- si éstas atentan contra su conciencia o creencias religiosas.

La decisión del juez Reed O’Connor, del Distrito Norte de Texas, revocó un mandato del Gobierno de Barack Obama que obligaba a un médico a realizar este tipo de procedimientos en cualquier paciente, también en niños, incluso si el médico determinaba que la cirugía podía dañar a la persona o enfrentar sanciones y acciones legales.

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La anulación del mandato se realizó en el caso de Franciscan Alliance vs. Azar, después de que médicos de todo el país presentaron una demanda al sentir amenazados sus derechos de libertad religiosa.

“Hoy marca una gran victoria para la compasión, conciencia y buen juicio médico. Nuestros clientes esperan con alegría continuar atendiendo a todos los pacientes, independientemente de su identidad sexual o de género, y continuar brindando atención de primer nivel a pacientes transgénero para todo, desde cáncer hasta el resfriado común”, dijo Luke Goodrich, vicepresidente y abogado principal de Becket, que representó a los demandantes.

En 2016, el Gobierno de Obama emitió una regulación que requeriría que la mayoría de los médicos en todo el país (900.000 aproximadamente) realicen cirugías de «cambio de sexo».

El reglamento surgió de la Sección 1557 de la “Affordable Care Act” (Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio), que prohíbe la discriminación en la atención médica por motivos de raza, color, nacionalidad, sexo, edad o discapacidad. El Departamento de Salud y Servicios Sociales de los Estados Unidos (HHS, por sus siglas en inglés) interpretó que la “discriminación sexual” bajo esta regla incluye la identidad de género, lo que obliga a la provisión de cirugías de “transición de género”.

En respuesta a la regla, una alianza de más de 19.000 profesionales de la salud, nueve estados y varias organizaciones religiosas se combinaron en dos demandas contra el mandato, diciendo que ilegalmente requería que los médicos, en casos de objeción, violaran sus creencias religiosas o juramento hipocrático de no dañar al paciente. Becket representó a los demandantes.

En diciembre de 2016, dos tribunales federales fallaron contra el mandato, y en mayo de 2019 el HHS del gobierno actual propuso una norma para revertir la inclusión de la “identidad de género” dentro de la norma de no discriminación. 

Otra demanda contra el mandato, Nueva York vs. HHS, aún está pendiente en los tribunales federales.

En otros casos recientes en California, dos sistemas de salud católicos enfrentan demandas de dos mujeres que se identifican como hombres “transgénero”, que afirman que solicitaron histerectomías (extracción del útero) en hospitales católicos, pero se les negaron los procedimientos.

Goodrich, de Becket, dijo este martes en una serie de tuits que dos tribunales de circuitos federales diferentes, el Primero y el Quinto Circuito, indicaron que no existe consenso en la comunidad médica de que las cirugías de “transición de género” deban ser obligatorias.

“Los médicos y hospitales en estos casos argumentaron que no deberían ser obligados a realizar procedimientos que violen sus conciencias y puedan dañar a sus pacientes. El tribunal federal hoy estuvo de acuerdo”, tuiteó Goodrich.

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