Para algunos la Navidad empezó a finales de octubre cuando los grandes almacenes comenzaron a vender decoración, a ofrecer el catálogo de juguetes para los Reyes Magos o cuando abrieron los mercados de productos navideños.
Para otros muchos la Navidad es un día especial muy concreto y comienza con el Adviento, con la preparación de la Natividad, el nacimiento de Jesucristo en Belén. Recuerdo que hace muchos años un sacerdote me preguntó cuál iba a ser mi regalo para el cumple de Jesús. Me sugirió que fuera preparando buenas obras, que me portara bien con mis padres y amigos y que rezase por mi familia y aquellos que lo necesitaban. Animo a todos los lectores a que sigan preparando o a que comiencen a preparar el día de Navidad y sus regalos para el Niño Dios.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraDe mi infancia me vienen a la memoria recuerdos recogiendo en el campo musgo, cortezas y piedras con mi padre para montar la base del belén. Con mi madre y mi hermano añadiríamos después las montañas que construíamos con periódicos y también unos ríos de papel de aluminio. Finalmente colocaríamos las figuras. ¡Era una maravillosa actividad de un fin de semana!
He de reconocer que no todas las figuras tenían el mismo tamaño, que había ovejas más grandes que los pastores que las apacentaban, que a alguna lavandera le faltaba un brazo y que, en ocasiones, se colaron cebras, leones o hasta hipopótamos en ese belén. Sólo estaba claro que el Nacimiento era lo más importante y que Herodes era el malo. Éramos niños y disfrutábamos mucho la actividad. Además, día a día, acercábamos a los Reyes Magos hacia el portal, cambiábamos el orden o castigábamos a alguna figura a un sitio menos visible.
Hoy en día, treinta años después, esa actividad ni es tan fácil ni, por supuesto, políticamente correcta. La corrección política evita o limita los belenes en lugares públicos, en los escaparates de comercios y negocios y además genera otros problemas. Al querer satisfacer a todos se olvidan las tradiciones y se niegan derechos básicos. La cobardía se disfraza de respeto y se elimina la ilusión y la imaginación.
He recibido un texto por redes sociales que me parece tristemente gracioso y, lamentablemente, una buena descripción de estos nuevos tiempos. Es un anónimo que está montando un belén y se encuentra desconcertado, se titula: “Solicito un asesor jurídico en materia de Derechos Humanos para colocar el Nacimiento sin violentar la ley y siendo políticamente correcto”.
¿Cuándo se hace de noche en el belén deben dejar de trabajar el panadero y el herrero? ¿Cómo puedo limitar el trabajo a 35 horas semanales?
Me basaré en la idea original, aunque adaptaré el lenguaje y plantearé reflexiones y preguntas:
¿Cómo y dónde coloco a los Reyes Magos? ¿Qué regalo debe llevar cada uno? ¿Quién debe ofrecer el oro para que nadie me califique de racista? ¿Cómo cumplir con la legislación de protección animal sin poner en riesgo a los Reyes Magos? ¿Y el permiso de importación de los camellos como especies exóticas?
¿Si pongo a los Reyes Magos delante de los pastores seré clasista y estaré despreciando a aquellos que trabajan en el sector primario y secundario? ¿Si los pongo detrás estaré actuando en contra de los ancianos?
¿Cómo contentar a los ideólogos del género? ¿Debo poner el mismo número de pastores que de pastoras? ¿Cómo marcar que las pastoras estaban empoderadas? ¿Debe haber cuotas?
¿Cuándo se hace de noche en el belén deben dejar de trabajar el panadero y el herrero? ¿Cómo puedo limitar el trabajo a 35 horas semanales y reconocer su derecho a la huelga? ¿Por qué el burro sigue dando vueltas en la noria y los peces se mueven incluso de noche? ¿Me pueden multar por ello?
Ya en el propio belén pueden surgir muchas más dudas y problemas. ¿Se cumple la normativa de seguridad hotelera? ¿Por qué utilizar un buey y una mula que emiten CO2 a la atmósfera para calentar el establo en vez de unas placas fotovoltaicas? ¿Si digo que son animales de compañía de la Sagrada Familia ya sí son aceptables?
Estas preguntas suponen una parodia de lo que se ha convertido, o podría convertir, la vida social y política en España. Muchos países vecinos o del norte ya se han convertido en este tipo de parodia.
Recomiendo recordar lo importante, lo que celebramos en Navidad y no es otro acontecimiento tan sencillo y tan complejo, tan simple y tan majestuoso que el del Nacimiento de Dios en Belén.
Finalmente tengo dos consejos para el lector. El primero es que deje a los niños que monten el belén, que jueguen con las figuras, que muevan unas u otras y que disfruten con ello recordando la importancia del Nacimiento del Niño Dios en Belén.
El segundo es que ofrezca un buen regalo a Dios en su cumple cada vez más próximo.
¡Feliz Navidad!