El Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil, el general José Manuel Santiago, explicaba ayer domingo, -en respuesta a una pregunta de la rueda de prensa del comité técnico del Coronavirus-, cómo se combatía desde el cuerpo militar las supuestas noticias falsas: “Estamos trabajando con nuestros especialistas en dos direcciones. Una, a través de la Jefatura de Información, con el objetivo de evitar el estrés social que producen todas estas series de bulos. Y otra de las líneas de trabajo es también minimizar ese clima contrario a la gestión de la crisis por parte del Gobierno”.
¡¿Qué?! ¿Cómo es posible? Pero lo dijo llana y sencillamente, además mirando varias veces el papel que tenía delante. Imposible el equívoco.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraCuerpos especializados de la Guardia Civil están dedicados, entonces, a perseguir la oposición o minimizar su alcance, esforzados en lavar la cara al gobierno de Pedro Sánchez.
Un nuevo escándalo está servido y no hace sino confirmar una vez más, cómo está operando el gobierno social comunista de España en la destrucción de las libertades: primero, la brigada antibulos, luego la propuesta de violación de la Constitución por parte del Centro de Investigaciones Sociológicas, y ahora la ilegal y deshonesta dedicación del honorable cuerpo de la Guardia Civil al servicio de la imagen del gobierno y su desafortunada gestión.
El ministro del Interior Fernando Grande Marlaska tuvo que salir después a dar explicaciones, pero sus palabras y el histórico de manifestaciones del ministro no ha hecho sino aumentarlo. Recordemos que fue Marlaska quien el 11 de abril reconoció que su gobierno se dedica a monitorizar las redes sociales en busca de mentiras -en vez de remediar los errores en la gestión y abastecer de material de calidad a los profesionales médicos y sanitarios para salvar vidas, y pedir perdón por el continuo de mentiras vertidas desde el propio gobierno-.
Marlaska quiso excusar al Jefe del Estado Mayor de la Guardia Civil porque según él había sido un “lapsus del general al contestar”. “Evidentemente, estamos en un estado de Derecho, lo hemos dicho por activa y por pasiva, que el estado de alarma no cambia ni modifica en nada esos términos” dijo el ministro queriendo tranquilizar, pero sin éxito.
Iván Redondo, la persona que dirige la imagen y la comunicación del Gobierno es también la persona encargada de perseguir los supuestos bulos o mentiras de todos menos los que parten del propio Gobierno
Lapsus o una verdad por descuido
La palabra ‘lapsus’ proviene del latín y significa ‘resbalón’, ‘desliz’, ‘error’. Está recogida en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española como una “falta o equivocación cometida por descuido”. Aunque en nuestro modo de hablar habitual nos referimos a ‘lapsus’ cuando se nos escapa algo que es verdad por descuido. Aquí nos ha influido mucho el pensamiento expuesto por el famoso médico neurólogo austríaco Sigmund Freud quien sostenía que todos los lapsus linguae (errores de la lengua) son filtraciones del inconsciente, como grietas por las que sale nuestro inconsciente, a menudo con una sinceridad que sorprende al mismo hablante.
Tanto si fue una verdad reconocida abiertamente y estaba escrita, pues fue leída por el general, como si fue una verdad expresada por descuido, lo que no cabe ninguna duda, como recuerda este lunes el diario El Confidencial, es que la misma persona que dirige el Gabinete de la Presidencia del Gobierno y es estratega clave del presidente socialista Pedro Sánchez, Iván Redondo, es quien también dirige el principal organismo dedicado a la lucha contra la desinformación, la Oficina de Coordinación Cibernética (OCC) del Ministerio del Interior.
Y como publica este lunes José María Olmo, jefe de investigación del diario El Confidencial, “los efectivos de la OCC tienen orden de comunicar inmediatamente cualquier hecho relevante vinculado con la desinformación al Departamento de Seguridad Nacional, un organismo dependiente de Presidencia del Gobierno que, desde enero, coordina Iván Redondo, responsable también de la Secretaría de Estado de Comunicación”.
O sea que Iván Redondo, la persona que dirige la imagen y la comunicación del Gobierno es también la persona encargada de perseguir los supuestos bulos o mentiras de todos menos los que parten del propio Gobierno, obviamente, y de calificar, por tanto, qué es mentira y qué no.
El escándalo estaba y está servido y no hace sino extenderse. Continuará.