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Un ministro del Reino Unido informó que se realizará una consulta pública sobre el uso permanente de píldoras abortivas en casa, una política que solo iba a estar en vigencia hasta el fin del confinamiento por la pandemia de COVID-19.

Según informó el medio local The Mirror el 29 de agosto, James Bethell, ministro de Innovación en el Departamento de Salud y Asistencia Social, dijo que habrá una consulta pública “sobre el uso permanente en el hogar de ambas píldoras para el aborto temprano con medicamentos”.

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En marzo 2020, el Departamento de Salud y Asistencia Social del Reino Unido anunció que las leyes de aborto del país estaban cambiando para permitir que las mujeres de hasta 10 semanas de embarazo completen un aborto con medicamentos desde casa, después de una consulta telefónica o en línea con un médico. 

El cambio se aplicó en todo el país, pero solo tuvo efecto práctico en Inglaterra, ya que la administración domiciliaria de abortos ya está permitida por la ley escocesa y galesa.

Según The Mirror, desde que la medida se puso en vigencia cerca de 90.000 mujeres han tomado las dos píldoras para realizarse abortos en casa a través de una consulta telefónica.

Un aborto con medicamentos, a veces llamado aborto químico, es un proceso de dos pasos que involucra la ingestión de mifepristona y misoprostol. La mifepristona efectivamente mata de hambre al feto al bloquear los efectos de la hormona progesterona, provocando un aborto espontáneo. El misoprostol se toma hasta dos días después e induce el parto.

La ley ya permitía a las mujeres tomar el segundo medicamento en casa, después de tomar el primero en una clínica médica con una consulta personal con un médico.

La decisión del Gobierno de permitir que las mujeres tomaran ambas píldoras abortivas en casa inicialmente se limitaría a dos años o hasta el final de la crisis del coronavirus.

El Real Colegio de Obstetras y Ginecólogos había estado recomendando expandir a nivel nacional la accesibilidad a los medicamentos para el aborto mediante el uso de la telemedicina desde antes del brote de COVID-19, más recientemente en diciembre de 2019.

Quienes se oponen a los cambios advirtieron que carecen de suficientes garantías para las mujeres, como una ecografía para confirmar la fecha del embarazo, la confirmación de la identidad de la paciente y la detección de señales de advertencia de abuso sexual de menores.

Los grupos provida también advirtieron que los medicamentos pueden tener efectos secundarios graves e incluso mortales. Señalaron a Estados Unidos, donde la Administración de Medicamentos y Alimentos  (FDA) registró 24 muertes de mujeres asociadas con los medicamentos, así como más de cuatro mil casos con efectos adversos desde 2000.

Críticas a la medida

El Obispo Auxiliar de Westminster (Reino Unido), Mons. John Sherrington, dijo en marzo que estaba “conmocionado» por la medida y cree que permitir que las mujeres se sometan a abortos prematuros en casa durante la pandemia las “pondrá aún más en peligro”.

“Entendemos por qué el Gobierno desea mantener a las mujeres lejos del hospital en este momento, pero nos sorprende escuchar que el Secretario de Estado de Salud planea introducir medidas temporales para permitir la telesalud y el aborto con píldoras en casa sin ninguna supervisión médica presente”, dijo.

También advirtió que “estas medidas cambian fundamentalmente el acceso al aborto en Inglaterra y Gales en el futuro previsible”. 

“Si bien estos son tiempos de emergencia, estas medidas ponen en peligro aún más a las mujeres que, por ejemplo, se ven obligadas a tomar decisiones por parte de parejas abusivas y actúan sin ninguna consulta adecuada. Disminuyen la seriedad con la que se deben tomar estas decisiones y los peligros físicos y psicológicos de la administración de estas drogas en el hogar”, añadió.

ADF International, una organización de defensa legal basada en la fe, describió las nuevas medidas como el cambio más significativo a favor del aborto en Inglaterra desde que la práctica se legalizó en 1967.

Robert Clarke, subdirector de ADF International, dijo que “exponer a las mujeres vulnerables a los abortos en el hogar es una decisión que el Gobierno ha tomado demasiado a la ligera”.

“Esta excepción a la ley del aborto podría tener un efecto duradero sobre cómo se maneja el aborto en el Reino Unido, dejando a las personas más vulnerables en mayor riesgo. Si los proveedores de servicios de aborto pensaron que la ley necesitaba un cambio, hay formas adecuadas y democráticas de abordar esto”, añadió.

Liz Parsons, directora de defensa de la organización benéfica provida “Life” del Reino Unido, advirtió que los cambios “harán que sea casi imposible descubrir problemas subyacentes de salud mental, coerción o abuso, dejando a estas mujeres sin la ayuda y el apoyo real que necesitan desesperadamente”.

“Es una absoluta vergüenza que el lobby del aborto se aproveche de la terrible situación en la que nos encontramos, con COVID-19, para instigar el mayor cambio a la Ley del Aborto de 1967 que hemos visto en años, sin ninguna consulta pública”, dijo Parsons cuando se anunciaron los cambios en marzo.

* Publicado originalmente en ACI Prensa.

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