El Papa ha defendido una sociedad europea «sanamente laica» donde no se contrapongan las figuras políticas y religiosas, al tiempo que ha arremetido contra el laicismo que cierra las puertas a los demás y a Dios.
«Han terminado los tiempos de los confesionalismos, pero –se espera– también el de un cierto laicismo que cierra las puertas a los demás y sobre todo a Dios porque es evidente que una cultura o un sistema político que no respete la apertura a la trascendencia, no respeta adecuadamente a la persona humana», ha destacado el Santo Padre en una carta.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLa misiva se enmarca en el 40º aniversario de la Comisión de las Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE), el 50º aniversario de las relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y la Unión Europea y el 50º aniversario de la presencia de la Santa Sede como Observador Permanente ante el Consejo de Europa.
En coincidencia con estos aniversarios, estaba programada, del 28 al 30 de octubre, una visita del cardenal Secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin a Bruselas, pero ha sido cancelada debido al empeoramiento de la emergencia sanitaria.
De esta manera, Francisco ha reclamado una Europa «sanamente laica, donde Dios y el César sean distintos, pero no contrapuestos». «Una tierra abierta a la trascendencia, donde el que es creyente sea libre de profesar públicamente la fe y de proponer el propio punto de vista en la sociedad», ha asegurado.
Asimismo, el pontífice ha pedido que Europa respete la «dignidad de todos» y sea «comunidad solidaria» al enfrentar el «desafío» de los flujos migratorios porque -según ha manifestado- las soluciones «parciales ya han demostrado su insuficiencia».
«No puedo callar ante el recelo respecto a los migrantes. Sólo una Europa que sea comunidad solidaria puede hacer frente a este desafío de forma provechosa, mientras que las soluciones mientras que las soluciones parciales ya han demostrado su insuficiencia», ha remachado.
El Papa ha destacado así que la «necesaria acogida» de los inmigrantes no puede limitarse a «simples operaciones de asistencia al que llega», a menudo escapando de conflictos, hambre o desastres naturales, sino que debe consentir su plena integración.
En la misiva, el Santo Padre ha analizado los problemas y las amenazas que sobrevuelan Europa sobre la que ha dicho que parece que pierde su «impulso». «No te detengas a mirar tu pasado como un álbum de recuerdos. Con el tiempo, aun las memorias más hermosas se desvanecen y acaban siendo olvidadas», ha advertido el Santo Padre.
Del mismo modo, ha señalado que si bien «muchos se interrogan con desconfianza sobre su futuro, muchos otros la miran con esperanza, convencidos de que todavía tiene algo que ofrecer al mundo y a la humanidad».
A este respecto también ha insistido en que no se trata de recuperar una «hegemonía política» o una «centralidad geográfica», ni tampoco de elaborar «soluciones innovadoras a los problemas económicos y sociales». «La originalidad europea está sobre todo en su concepción del hombre y de la realidad; en su capacidad de iniciativa y en su solidaridad dinámica», ha agregado.
Y ha exclamado: «Europa, ¡vuelve a encontrarte! Vuelve a descubrir tus ideales, que tienen raíces profundas. ¡Sé tú misma! No tengas miedo de tu historia milenaria, que es una ventana abierta al futuro más que al pasado»