El próximo 16 de abril tendrá lugar en Nairobi, la capital de Kenia, la vista oral ante un tribunal en la que la multinacional británica del aborto Marie Stopes trata de lograr una sentencia que silencie a una mujer.
¿Por qué una de las más grandes empresas de la industria del aborto querría silenciar a una mujer? Porque se trata de una mujer valiente y decidida que en 2018 provocó una investigación y la suspensión de las lucrativas actividades homicidas de Marie Stopes.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraAnn Kioko, que trabaja en la Fundación CitizenGO como responsable de campañas para África, tuvo la audacia de denunciar en 2018 que Marie Stopes estaba actuando en Nigeria al margen de la legalidad promocionando el aborto so capa de «cuidado prenatal», algo prohibido.
La legislación nigeriana solo contempla la posibilidad de un aborto como parte de una actuación médica en la que ninguna otra actuación para salvar la vida de la madre, de acuerdo a la deontología médica y la lex artis.
La investigación que desplegaron las autoridades nigerianas sobre la industria del aborto neocolonial descubrió a menores de edad esperando a provocarse un aborto fuera de la ley y decretó la suspensión de las actividades de Marie Stopes.
Sin embargo, Marie Stopes logró a través de su poderosa influencia reiniciar su actividades a pesar de ser plenamente ilegales como había ratificado el Gobierno de Nigeria.
Ann Kioko denunció los hechos y fue a cuento medio de comunicaicón le dio un espacio para dejar patente que se estaban produciendo abortos ilegales en su país. ¿Cuál fue la respuesta de la industria del aborto? Cargar contra Kioko, denunciándola en los tribunales reclamando que no pueda hablar de ella. «Si no podemos esconder nuestra ilegalidad, impidamos que puedan hablar de ello», debieron pensar los directivos de Marie Stopes.
La plataforma CitizenGO ha iniciado una campaña de apoyo a Ann Kioko dirigida al ministro de Sanidad de Kenia en la que se anima al Gobienro de Kenia a mantenerse firme frente la presión de la multinacional del aborto y apuesten por castigar sus transgresiones legales. Al tiempo, reclaman «un mayor escrutinio de sus dudosas prácticas».
«Marie Stopes ha escupido en la cara a todos los kenianos con su total desprecio, no solo por las leyes de Kenia, sino por la vida humana en el útero», refiere la campaña de CitizenGO que ya ha sido suscrita por más de 10.000 personas.
No es la primera controversia en la que se ve involucrada Marie Stopes desde su fundación en 1976. Recientemente, una investigación de las autoridades británicas desveló que entre sus prácticas a habituales se encuentran: presionar a las madres para que aborten (de hecho, premian a sus trabajadores por hacerlo); inventar enfermedades o malformaciones con tal de que se produjera el homicidio prenatal; no esterilizar convenientemente el material quirúrgico; o tirar a los cubos de basura los restos de los bebés que habían descuartizado en el vientre de sus madres.