¡Qué triste es el sino de los antifascistas! Una y otra vez anunciando el retorno del fascismo, al que nunca consiguen vencer. Si existe el fascismo eterno, también existe el antifascismo eterno, pero éste sería el movimiento político más fracasado de la historia. Entonces, como dice Emilio Gentile, “el antifascismo está destinado a una continua derrota”.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl antifascismo no pudo erradicar a su enemigo en 1945 y el fascismo ha resurgido con tanta potencia en el siglo XXI que no sólo se apodera de Madrid, otra vez, sino que, además, ha expulsado de la política al titán de la coleta, quien, como un Sansón redivivo, abandonó los plácidos jardines de Moncloa para enfrentarse a él.
Adolf Hitler fracasó en el ‘pustch’ de la cervecería, en 1923, por el que intentó hacerse con el poder en Múnich. Mientras se encontraba en la cárcel, optó por la vía electoral para alcanzar el poder, lección que después de la Segunda Guerra Mundial aplicaron todos los revolucionarios comunistas en Europa. Sin embargo, en Madrid en 2021, el ‘pustch’ de la cervecería ha triunfado.
Madrid entera se ha convertido en un inmenso barrio de Salamanca
“El pueblo de los barrios, nuestro pueblo, nos ha abandonado, Irene”, dijo anoche Pablo. Y ella, la compañera de chalé, de escaño, de coche oficial y de consejo de ministros, gritó: “¡Esos deplorables no se merecen que les salvemos del fascismo! ¡Ahí se queden con Ayuso y con Abascal!”.
Pasmo en el estado mayor de la Brigada Pedrete. Ana Pastor, Esther Palomera, Jorge Javier Vázquez, Ángels Barceló, Ignatius Farray, Elvira Lindo, Carlos Bardem, Almudena Grandes, Fernando Trueba y tantos otros monigotes progres sospechan que las audiencias de la SER están tan infladas como los porcentajes de voto de los partidos de izquierdas que asigna Tezanos. “Angels, ¿y si tuvieras la décima parte de oyentes que esos ‘youtubers’ fachas que se han ido a Andorra para no ser solidarios con los pobres?”. “¡Qué dices, Gemma! ¡Nosotros no somos Televisión Española!… ¿verdad?, ¿verdad?”
Los sociólogos y consultores marcaron a los periodistas y políticos la siguiente línea: las izquierdas pueden ganar si “el pueblo” sale a votar en la misma proporción que “los fachas del barrio de Salamanca”. ¿Y cómo convences a los vecinos de Usera o Fuenlabrada de que te voten?, ¿con subvenciones al coche eléctrico y cuotas en los consejos de administración para los miembros del lobby LGTB? Pues más bien no. ¡Con el coco facha! Ayuso es trumpista y Vox es fascista… o nazi. Y se añade la amenaza de que como formen gobierno la derecha extrema con la extrema extrema derecha suprimirán los institutos y la sanidad pública. ¡Qué gran idea! ¡Encarga a Cristina Fallarás que lo diga en la SER, que sabe cómo llegar a la gente!
Las izquierdas trataron de asustar a los vecinos de los barrios humildes con la inminencia de un gobierno casi nazi
La guinda fue Pablo Iglesias la antevíspera de las elecciones anunciando campos de concentración en El País: “El nazismo no empezó con los campos de concentración. No digo que sean situaciones equivalentes, pero la ultraderecha es uno de los mayores peligros para la democracia en este momento”.
Los peligros para la democracia no son los millones de parados, las subidas de impuestos y de la luz, los pactos con separatistas, la destrucción de la legalidad, la corrupción, los miles de inmigrantes ilegales… No, es la instalación de un Dachau en Cadalso de los Vidrios vigilado por militantes de Vox.
¿Y cómo reconoces a esos fascistas cuando no llevan ‘fachaleco’ y no tienes a mano a Antonio Maestre para que descifre sus mensajes ocultos? Porque los ves en las terrazas de los bares tomando copas y esparciendo el virus. Y eslóganes como “Que hable la mayoría” y “Mientras dudamos, ellos votan”.
La superioridad intelectual de la izquierda le lleva a Insultar al electorado o considerarlo idiota
Bueno, pues habló la mayoría y la izquierda ha sufrido una de sus mayores derrotas en Madrid, tanto más resonante cuando en febrero Pedro Sánchez parecía en la cima de su popularidad, después de que el ‘ministro de Mortandad’, Salvador Illa, fuese el candidato más votado en las elecciones al Parlamento catalán.
El 4 de mayo votó más de 76% del censo electoral, doce puntos por encima de la participación de hace dos años. Y las izquierdas pasaron del 47,6% al 41% (¡cuánto funcionario, empleado de ONG y politólogo hay en Madrid!). La derecha y el fascismo subieron del 31% a casi el 54%.
Quizás insultar al electorado o considerarlo idiota no sea una buena estrategia de campaña…
Mientras tanto, para prepararme para el Desfile de la Victoria, me voy a tomar uno de mis gin-tonics.