Resultado comparativo de las elecciones autonómicas de Madrid (2019-2021).
Resultado comparativo de las elecciones autonómicas de Madrid (2019-2021).

Tanto como el salario mínimo o la confusión entre imprimir billetes y crear bienestar, uno de los dogmas de fe para los socialistas de todos los partidos es la creencia en la suma cero. Es decir, en que la prosperidad de unos conlleva indefectiblemente la pobreza de otros. De muchos, por lo general. Para ellos, la riqueza no se crea: se reparte. De alguna manera, consideran que desde que el mundo es mundo la única forma de progresar en términos económicos es hacerlo a costa de los demás.

El dogma también es aplicable a la política. Es cierto que la elección de un partido en las urnas supone necesariamente la renuncia a optar por otro y eso es suma cero en sentido estricto. Más allá, sin embargo, políticos, periodistas y sesudos expertos asumen en España que el panorama actual de bloques impide un trasvase de izquierda a derecha o viceversa. Votación tras votación, dan por hecho que serán pocos los votantes que transitarán de un bloque a otro, propiciando así un escenario de suma cero dentro de cada uno de ellos. Una subida del PP requeriría un descenso de VOX. Un aumento del PSOE, una bajada de Podemos. Y así. Una asumida división inamovible por la que una u otra mitad sólo podría imponerse si imperase la abstención en su contraria.

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El paso de 30 a 65 escaños de Ayuso no se produjo a costa de la opción más parecida a ella, sino de la clamorosa bajada de sus diferentes

Una asunción simplona, maniquea, casi suicida, reflejo de la desesperanza que condena a los españoles a nacer, vivir y morir de izquierdas o de derechas, según la convicción de políticos, periodistas y sesudos expertos. Como el que nace del Betis o del Racing de Santander. Una teoría no por extendida menos falaz y grosera, que las elecciones del pasado martes destrozaron como pocos comicios en la historia reciente de nuestro país.

La admirable victoria de Isabel Diaz Ayuso, que triplicó en votos a un PSOE relegado al tercer lugar, no fue el fruto de la abstención del bando de la izquierda. Al revés, de la extraordinaria participación de casi todos los madrileños llamados a las urnas. Aún más, tampoco conllevó un derrumbe de VOX. Bien al contrario, la lista encabezada por Rocío Monasterio subió en votos, porcentaje y escaños respecto a 2019. El paso de 30 a 65 escaños de Ayuso no se produjo a costa de la opción más parecida a ella, sino de la clamorosa bajada de sus diferentes.

“VOX ha mantenido su base” decía uno de esos sesudos expertos el martes por la noche. Como si el número de votos fuese algo así como la asistencia de los aficionados al estadio de su equipo: unas veces van todos, otras, algunos. Un análisis levemente más profundo muestra que el partido de Abascal creció con más fuerza en los lugares donde el PSOE se desplomó de manera más llamativa. Seguramente, muchos madrileños que en 2019 optaron por Monasterio, ahora lo han hecho por Ayuso y la subida de VOX se ha cimentado entre electores tradicionalmente socialistas.

No hay bloques, sino ciudadanos libres que, allá donde se les permite serlo, eligen las opciones que respetan su condición. No hay dogma. Ni suma cero. Bien les valdría aceptarlo cuanto antes a los políticos, periodistas y sesudos expertos agarrados al mantra de unir a la derecha, a sabiendas de que es un error.  

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Miembro de la Fundación Civismo. Dedicado al comercio internacional, el multilateralismo y las relaciones transatlánticas e iberoamericanas. Español afincado en Estados Unidos por su trabajo en instituciones financieras internacionales y antes en la Embajada de España en Washington. Colaborador habitual en prensa online. 'We few, we happy few'.