Feliz Bolaños, ministro de la presidencial
Feliz Bolaños, ministro de la presidencial

El catalanismo independentista anda estupendo tras creer haber mordido en ‘chicha’. El asunto Pegasus coloca al gobierno contra las cuerdas, dicen.

Las alcantarillas del Estado han violado el estado de Derecho, denuncian.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Posible. Sobre todo después de saber que el Ejecutivo con el aval de las Cortes violó los derechos y libertades fundamentales al decretar el estado de alarma sin soporte legal ni justificación suficiente, según el Tribunal Constitucional.

Con estos gravísimos antecedentes, ¿cómo se va a exigir a los servicios de inteligencia que sean escrupulosos?

Pero el asunto deja al gobierno contra las cuerdas. Así que la salida ha sido hacerse también la víctima: el presidente Pedro Sánchez también fue espiado dos veces en mayo de 2021 y la ministra de Defensa Margarita Robles, una vez en junio de 2021. ‘Casualmente’ justo cuando se tramitaban los indultos a los golpistas del 1 de octubre…

  • ¿Quién espió al gobierno?
  • Fueron intervenciones externas
  • ¿Eso significa que nos espiaron desde el extranjero?
  • Las intervenciones de España se hacen con autorización judicial; como estas no se hicieron con autorización judicial las calificamos de externas.

De esta manera, Bolaños pretende criminalizar al CNI por actuar sin control judicial en una «democracia plena».

¿Qué país se va a fiar de España cuyo gobierno es capaz de dejar a su servicio de inteligencia a los pies de los caballos? Doble contra sencillo a que el apagón informativo se ha producido ya.

Y por si fuera poco, el gobierno impulsa que las CUP, ERC y Bidu puedan entrar en la Comisión de Secretos Oficiales.

Es imposible desautorizar más a un servicio de inteligencia con el vacuo intento de salvar el propio trasero.

Hay presidentes con altura de Estado; los hay mediocres; los hay malos y luego está la indignidad de Pedro Sánchez.

Enfrente, un Feijóo que acude a la casa de Bertín a ‘venderse’ como presidenciable:

  • Sé gestionar. Llevo 13 años en la Xunta de Galicia y antes gestioné el Instituto Nacional de Salud, con un presupuesto tres veces superior al de Galicia
  • Soy austero. Al llegar a la Xunta eliminé el 45% de altos cargos, me llamaban Feijóo I el austero.
  • Entiendo a los sindicatos. En Correos conocí la buena e importante labor que desempeñan los sindicatos.
  • No soy tan mayor. Fraga fue presidente hasta los 83 años; o sea que todavía me queda.
  • Soy honrtado. Mi abuela me enseñó a vivir con una honradez extrema.
  • Soy hecho a mi mismo.
  • Soy conservador. Mi tía es monja y mi padre tenía un hermano cura
  • Voté a Felipe en el 82. O sea, socialistas desencantados con el sanchismo, votadme.
  • Vox. No quiero hablar de pactos porque lo quiero es recuperar los votos del PP que se fueron a Vox
  • Tengo talante. Quiero negociar y llegar a acuerdos de Estado, pero sin ceder en lo escencial.
  • Soy previsible. Pelín aburrido, pero para divertirnos tenemos otras alternativas.

Curioso el pesimismo del padre: «Cuidado que cuanto más se sube, más grande será la bofetada». Quizás eso explica las precauciones incluso para la vida privada. ¿Activo o pasivo?

Sólo tuvo un error: afear a Ayuso su exceso de elogios:

Eso no lo he oído yo ni en privado

Eso no es verdad, responde Ayuso

He ahí la contingencia…

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