En un fallo histórico que fortalece el movimiento a favor de la vida, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha desestimado el intento del lobby abortista por establecer un “derecho al aborto” en el caso Beatriz y Otros vs. El Salvador. Esta sentencia no solo representa un triunfo jurídico para El Salvador, sino que también sienta precedentes claves en defensa de la vida desde la concepción en toda la región.
El Caso Beatriz fue el intento fallido del lobby abortista para que la Corte Interamericana reconozca un supuesto “derecho al aborto”. Su objetivo era establecer un precedente jurídico en Iberoamérica equivalente a lo que fue la emblemática sentencia Roe vs. Wade de la Corte Suprema de Estados Unidos.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraY tal como sucedió en Roe vs. Wade los abortistas construyeron el caso sobre una mentira. El caso Beatriz se construyó sobre la premisa de que un “aborto terapéutico” hubiera salvado la vida de una joven mujer salvadoreña con un embarazo de alto riesgo, a quienes los medios llamaron Beatriz. Argumentaron que las leyes salvadoreñas que reconocen el derecho a la vida del niño por nacer y prohíben el aborto impidieron que los médicos puedan salvarle la vida.
Así como Jane Roe nunca sufrió una violación, Beatriz no murió a causa de las complicaciones de su embarazo o de la supuesta falta de aborto. Beatriz murió más de 4 años después en un accidente de moto.
La trayectoria de varios integrantes de la Corte Interamericana hacía pensar que los abortistas se saldrían con la suya. Y contra todo pronóstico, no tuvieron éxito. ¿La razón? Numerosas asociaciones pro vida de toda la región alzaron su voz por meses, denunciando la falsedad y tergiversación de los hechos.
La victoria pro vida no solo estriba en el fracaso de los abortistas. La Corte Interamericana no solo no les dio la razón a El Salvador, a sus leyes y médicos provida, sino que también estableció precedentes claves y beneficiosos para el movimiento provida en toda la región.
El Caso Beatriz: Manipulación y Verdad
Este caso empieza en el 2013. Beatriz, una joven de 22 años de escasos recursos de El Salvador, estaba embarazada de su segundo hijo. Beatriz ya había sido madre una vez, y su embarazo había sido difícil. Cuando dio a luz a su primer hijo los doctores le ofrecieron esterilizarse, pero ella rechazó la oferta porque quería ser madre nuevamente. Otro dato importante es que Beatriz tenía lupus, una enfermedad que, si no se trata, puede tener consecuencias graves.
Beatriz estaba feliz de estar embarazada por segunda vez. Asistía con regularidad al médico para chequearse, pero en uno de esos controles prenatales los médicos le informaron que su hijo en gestación tenía anencefalia, una malformación congénita que impide el crecimiento del encéfalo y que limitaría la vida de su bebé a unas pocas horas o, como máximo, meses.
Tras el diagnóstico, los grupos a favor del aborto tomaron su caso como bandera para promover el aborto en la Corte Interamericana y hacerle creer a Beatriz que moriría si continuaba con el embarazo.
El caso llegó a la Corte Suprema de El Salvador, pero después del análisis de todas las pruebas, la Corte reconoció que la vida de Beatriz no estaba en peligro.
Rafael Varaona, perinatólogo y doctor de Beatriz desde el inicio de su embarazo, señaló que el lupus eritematoso sistémico que tuvo Beatriz durante todo el segundo embarazo estuvo totalmente controlado, por lo que nunca estuvo en riesgo de perder la vida.
A Beatriz se le decidió practicar una cesárea a los seis meses para evitar tener sangrado debido a que la cicatrización de su cesárea previa no era adecuada. Su hija nació y la llamó Leylani. Nació viva, recibió mucho amor de su madre y horas más tarde debido a su condición, falleció.
Beatriz se recuperó de la cesárea sin ninguna complicación. Pero cuatro años más tarde, en 2017, Beatriz murió en un accidente de moto.
Esto levantó las antenas de los grupos abortistas, los cuales ya habían abandonado el caso, pero decidieron mentir y vincular la muerte de Beatriz al hecho de que no pudo acceder a su “derecho humano a abortar” y llevaron nuevamente el caso a la Corte Interamericana.
Precedentes Claves del Fallo
La Corte Interamericana, tras analizar el caso, concluyó que las leyes salvadoreñas que protegen la vida desde la concepción no vulneraron los derechos humanos de Beatriz ni estuvieron relacionadas con su fallecimiento. Además, estableció puntos fundamentales que fortalecen la defensa de la vida:
- La Corte rechazó las mentiras en el Caso Beatriz y reconoció que su muerte no estuvo relacionada con la prohibición del aborto en El Salvador, por lo que no se vulneró su derecho a la vida.
- Reconoció de la Dignidad del No Nacido: La Corte rechazó deshumanizar a Leylani, reafirmando que los derechos humanos no jerarquizan el derecho a la vida del concebido y el derecho a la salud de la madre, otorgándoles igual protección.
- No Reconoció del Aborto como Derecho: La Corte dejó claro que el aborto no puede ser considerado un derecho en el sistema interamericano, pues sería contradictorio considerarlo un delito y un derecho simultáneamente.
- Rechazo la “Violencia Obstétrica” como Argumento Pro-Aborto: Se señaló que la violencia obstétrica es producto de fallas en los protocolos médicos, no de las leyes que penalizan el aborto. Así, desmanteló los argumentos feministas que vinculan la legislación pro-vida con la violencia de género.
- Reafirmó la Soberanía Nacional de los países para legislar: En una decisión sin precedentes, la Corte Interamericana declaró que los países son libres de implementar sus recomendaciones sin imposiciones externas, fortaleciendo la soberanía de El Salvador.
Lecciones para el Movimiento Pro-Vida
La decisión de la Corte Interamericana demuestra que la defensa de la vida puede prevalecer incluso frente a presiones internacionales y manipulaciones mediáticas.
Este caso también pone de manifiesto la importancia de la organización y la unidad entre las asociaciones pro-vida de la región, que desempeñaron un papel crucial al exponer las falsedades promovidas por los grupos abortistas.
En este importante rol, Global Center for Human Rights merece una mención especial. Sus líderes, los esposos Sebastián Schuff y Neydy Casillas, dedicaron años de seguimiento, conectando y organizando esfuerzos en toda la región para que la Corte Interamericana respete el derecho nacional y la democracia. Por ejemplo, diseñaron y pusieron en funcionamiento la web casobeatriz.org para concentrar la información, promover actividades y facilitar la participación de miles de ciudadanos a través de una petición dirigida a los jueces de la Corte. ¡Todo un modelo a seguir de acción articulada en toda la región! En representación de Population Research Institute, me enorgullezco de haber sido parte de todo ello.
Un Futuro de Esperanza
Este fallo reafirma que las mejores prácticas para proteger tanto a la madre como al niño por nacer residen en protocolos médicos que respeten la vida, sin recurrir al aborto como solución.
Y lo más importante es que marca un punto de inflexión para la defensa de la vida en Iberoamérica. Envía un mensaje claro: los derechos humanos, incluyendo el derecho a la vida desde la concepción, no son negociables. En un momento donde el debate sobre el aborto sigue polarizando a las sociedades, esta victoria renueva la esperanza para quienes trabajan incansablemente en proteger a los más vulnerables.
La historia de Beatriz, lejos de ser una tragedia manipulada, es un recordatorio de que la verdad y la vida prevalecen, incluso frente a los intentos más agresivos de quienes buscan imponer agendas contrarias a la dignidad humana.
