A la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, no le afecta la polémica que ha provocado con la celebración de la cabalgata de los Reyes Magos, pues según ha declarado en Radiocable este año han logrado entremezclar las «dos naturalezas» de estas fiestas, la laica y la cristiana, e insiste en que se ha respetado la segunda «escrupulosamente».
Para la alcaldesa la cabalgata es simplemente una «expresión artística» y «lo más bonito de esta tradición» es que se basa en la «imaginación y la fantasía». Una imaginación que la llevó a representar en la propia cabalgata el largo viaje de los tres reyes magos por los cinco continentes, con nativos americanos (aunque Jesús naciese casi 500 años antes del descubrimiento del nuevo mundo), personajes de dos metros de la Antártida, etc.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEs por ese mismo «viaje», según ha comentado Carmena en la radio, que sus majestades llevaban esas prendas tan llamativas, pero no ha dado más detalles para explicar bien de que cultura prevenían las telas o el porqué de la raquítica barba de Gaspar.
Lo que sí que ha logrado el Gobierno de Ahora Madrid es remarcar el aspecto laico de la Navidad
Lo que sí que ha logrado el Gobierno de Ahora Madrid es remarcar el aspecto laico de la Navidad, que ha pasado del ostracismo al protagonismo en apenas unos meses. Como con el veto a la participación de un colegio de educación diferenciada por discriminación a sus alumnos al separarlos por sexo en algunos cursos (una elección que escogen muchos padres pero que para Carmena es una discriminación que no se puede permitir en una ciudad tan avanzada como Madrid).
O vetando y reduciendo los belenes en la capital, como el desaparecido belén de la Puerta de Alcalá, sustituido por unas cuantas flores, aunque respuesto por unos jovenes. Una suerte parecida sufrió también el belén de Cibeles, que depende del Ayuntamiento, que se vio reducido a 30 piezas cuando el año anterior gozaba de 200.
A pesar de que la alcaldesa reconoce que hay personas a la que no les ha gustado este planteamiento, dice haberse quedado con las «caras de ilusión» de los ninos y promete intentar que el año que viene «le guste a más gente». Tal vez tenga preparados más vetos por nuevos motivos.