Jaime Ignacio del Burgo Tajadura, ex diputado del PP y ex presidente de la Diputación Foral de Navarra, lo tiene claro: Mariano Rajoy debe dejar el liderazgo del Partido Popular. Al igual que el expresidente de Murcia Alberto Garre, del Burgo apuesta por renovar el partido para evitar otro caso como el de la UCD.
Abogado, miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y profesor de derecho foral público de la Universidad de Navarra, del Burgo comenzó su carrera política en Unión del Pueblo Navarro pero terminó por pasarse el PP, partido en el que todavía milita.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraPor su interés reproducimos su artículo de El Mundo sobre el futuro del presidente en funciones, Mariano Rajoy:
Según cuenta en el artículo, del Burgo ya advirtió de los peligros presentes a Rajoy en junio del año pasado una vez conocidos los resultados de la últimas elecciones autónomicas y municipales. El exsenador confiesa «que a finales de 2014 había considerado un deber de lealtad elevar por escrito al presidente Mariano Rajoy mi petición de que adoptara medidas audaces y valientes para limpiar al PP del lodo de la corrupción».
Entre las propuestas que le hizo estaban «la creación de sendas comisiones gestoras en Madrid y Valencia para sofocar el incendio en dos de los principales focos de corrupción de nuestro partido». También que, «tras las elecciones de mayo de 2015, tuviera lugar en el mes de septiembre de ese mismo año un congreso extraordinario para la refundación del partido, con renovación total de la dirección nacional, y la elección democrática del candidato a la presidencia del Gobierno».
Y le advertía: «Está ciego quien no quiera ver que se avecina un ‘tsunami’ político capaz de arrasar el sistema democrático. Es un espectáculo lamentable ver al PSOE suplicar a Podemos, cuyo certificado de nacimiento revela que pertenece a la familia de la extrema izquierda, que le preste sus muletas para llegar al poder, sin percatarse de que se arriesga a recibir el abrazo del oso y verse envuelto en un nuevo Frente Popular».
Concluía su advertencia diciendo que «estoy seguro de que Mariano Rajoy, que es un gran patriota y un hombre de Estado, será consecuente con ello y escuchará no sólo el enfado de sus ‘barones’ -maldita palabra-, sino sobre todo el de sus militantes y electores, pensando siempre -como gusta repetir- en el interés general de España. Si no quiere que vayamos, y él el primero, por la senda de UCD».
«Mi larga experiencia política me hacían intuir que la corrupción nos iba a conducir al hundimiento»
El tiempo ha dado la razón al expresidente de la Diputación foral: «Mi larga experiencia política y el contacto con la gente me hacían intuir que la corrupción nos iba a conducir al hundimiento. Y así ha sido».
En su análisis de la situación política actual del Burgo reconoce que «de nada sirve haber sido la lista más votada, si al final no se cuenta con apoyos suficientes para formar Gobierno. Es la nuestra, para bien o para mal, una democracia parlamentaria. Se mire como se mire, la pérdida de 60 escaños es un tremendo batacazo».
E insiste en que «lo peor es que seguimos atrapados en la tela de araña de la corrupción. Ya sé que no es casualidad que de pronto hayan aflorado asuntos que venían investigándose desde bastante tiempo atrás. Pero el problema es que para resistir el vendaval de todos contra el PP resulta imprescindible que los hechos no sean ciertos y para nuestra desgracia en la mayoría de los casos lo son».
Ante la gravedad de la situación el académico volvió a insistir en su mensaje a Mariano Rajoy el pasado 16 de febrero y le aconsejó que «ante el fracaso más que probable del PSOE en su propósito de formar gobierno, como así ha ocurrido, era vana la esperanza de que pudiera afrontar con éxito un nuevo proceso de investidura en solitario o en compañía de Ciudadanos».
«La gaviota chapotea en el charco de la corrupción y es incapaz de remontar el vuelo»
El golpe de la corrupción ha sido tremendo para el partido, por ello la petición del popular es una refundación completa del partido. «La gaviota chapotea en el charco de la corrupción y es incapaz de remontar el vuelo. Por eso, la única opción es, a mi juicio y al de mucha gente de buena voluntad, que antes hoy que mañana el presidente dé un paso atrás y confíe esa titánica tarea a una persona o a un equipo de personas que reúnan las condiciones necesarias de integridad y prestigio para conducir el proceso».
Y para ello es fundamental que «además de renunciar a presidir el Gobierno permitiendo un nuevo candidato del partido elegido, no designado, en la Junta Directiva Nacional -ya que quizás no haya tiempo para organizar un proceso de primarias-, el presidente Rajoy debiera anunciar que, en el supuesto de que haya nuevas elecciones generales, no volverá a repetir como candidato».
Del Burgo exculpa a Rajoy pero no deja lugar a dudas: «Sin duda el interesado pensará que esto no es justo y que su retirada sería tanto como reconocer su culpabilidad. Mariano Rajoy tiene derecho a salir de La Moncloa por la puerta grande y la cabeza muy alta, pero no es de culpa de lo que toca hablar ahora sino de la asunción de responsabilidades estrictamente políticas».
«Es hora de pensar en lo que conviene a España por encima de intereses personales o partidistas, por muy legítimos que puedan ser. Se dice que una retirada a tiempo es una victoria. Sé que lo más difícil para un político es reconocer que su tiempo ha pasado, por muy brillantes que sean los resultados de su gestión en el pasado. Hacerlo en el momento adecuado demuestra grandeza de espíritu y sentido de Estado» zanja el abogado.
Y concluye el artículo diciendo que «unas nuevas elecciones, en las actuales condiciones de nuestro partido, serían con toda probabilidad letales para el sistema democrático y para la continuidad del proceso de recuperación económica, imprescindible si se quiere fortalecer el Estado del Bienestar y luchar contra la pobreza y la desigualdad».
