El escritor Juan Manuel de Prada ha publicado en ABC hoy una columna sobre el ‘Aborto y Mundialismo’, en la que analiza cuáles han sido las estrategias para su expansión y cuál es el camino para combatirla.

«El antinatalismo es un producto de la ideología liberal, que por un lado exalta la autonomía de la voluntad y el individualismo; y, por otro, postula un orden económico que requiere que los trabajadores reduzcan su prole, para que sus salarios sean más bajos», así comienza el último artículo de Juan Manuel de Prada en ABC, en el que hace un repaso de cómo los antinatalistas lograron el mayor éxito de sus vidas: que la mujer (en especial las feministas), abanderase el aborto.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

Suscríbete a Actuall y así no caerás nunca en la tentación.

Suscríbete ahora

«Durante décadas», continúa el periodista, se «pudo realizar tranquilamente estos fines mediante la aplicación de métodos malthusianos y eugenésicos» hasta que al acabar la II Guerra Mundial salió a la luz que Hitler era un ferviente defensor de la eugenesia. Había que cambiar de estrategia.

«el instrumento para esta ejecución fueron las organizaciones supranacionales surgidas con las excusa de mantener la paz»

Según cuenta De Prada «el instrumento para esta ejecución fueron las organizaciones supranacionales surgidas con las excusa aspaventera de mantener la paz entre las naciones  y el objetivo real de configurar un Nuevo Orden Mundial que asegurara la supremacía del Dinero».

En estos planes suelen tener muchas participación plutócratas de la talla de  la talla de Rockefeller III o Bill Gates, que ayudaron a que la ONU desarrollase un «intenso plan de acción a nivel planetario de los llamados derechos reproductivos».

Para ello utilizaron dos vías: La primera coercitiva, con la política del hijo único en China como máxima expresión. Y la segunda mucho más eficaz que cuajó en torno a la célebre sentencia de Roe vs. Wade, que legalizaba el aborto en EEUU.

«Es mucho más barato que suministrar dinero negro a los gobernantes corruptos es emponderar diractamente a las mujeres  exacerbar en ellas que al concepto nefasto de libertad postulado por la ideología liberal que as convertía en cipayas chillonas de aquella sórdida religión avizadora por Chesterton, que a la vez que exalta la lujuria prohíbe la fecundidad» concluye De Prada.

Sólo anade un cosa más en su artículo, y es que para combatir el aborto sólo hay un modo y consiste en oponerse políticamente a los designios del mundial»

Comentarios

Comentarios