Sigue la fractura interna en el Partido Popular. Hace tiempo que el desencanto que suscita la cúpula del partido trasciende la figura de Mariano Rajoy. Al hartazgo manifestado por las bases y plataformas afines a la formación –como Red Floridablanca– se han sumado en los últimos tiempos pesos pesados como José María Aznar, Jaime Mayor Oreja o Esperanza Aguirre, que apenas pueden contenerse en sus declaraciones.
La más vehemente, claro, es Aguirre, que ya no se corta un pelo cuando tiene que atizar a la actual cúpula del PP. Y últimamente se está convirtiendo en un ejercicio de lo más habitual, en parte por la presentación de su libro de título sugerente Yo no me callo (Editorial Espasa), y en parte por la deriva del propio partido, cada vez más alejado de las reivindicaciones de su militancia.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraLa semana pasada Aguirre incluso dejó caer la posibilidad de crear ¿otra formación política? al margen del Partido Popular. «Si el PP no es capaz de atraer a todos esos liberales y conservadores que creen en la libertad, la propiedad, el imperio de la ley, pues habrá que pensar en otra cosa». Una línea que, hasta el momento, la expresidenta de la Comunidad de Madrid no había cruzado en público.
«Lo que tiene que hacer el partido es ocuparse un poquito menos de la cúpula y un poquito más de los afiliados, los simpatizantes y los votantes», ha dicho Esperanza Aguirre recientemente
Aguirre es una de las figuras más críticas con el marianismo, especialmente con las políticas aplicadas en los últimos cuatro años. «Lo que tiene que hacer el partido es ocuparse un poquito menos de la cúpula y un poquito más de los afiliados, los simpatizantes y los votantes. No han desaparecido los españoles liberales conservadores, lo que tenemos que hacer es atraerles«.
Su crítica al PP se centra en un aspecto estratégico y dos de fondo. El estratégico son los recortes económicos y lo mal que han sido explicados a la ciudadanía. Los aspectos de fondo son la corrupción, que no se combatido con la energía necesaria; y, por fin, la indefinición ideológica.
Aznar amaga
Muy similar es la situación de Mayor Oreja, que hace años que no reconoce el partido en el que milita. El exministro del Interior también ha sido un asiduo en arremeter contra la claudicación del PP de Rajoy en asuntos como ETA, la defensa de la vida y la unidad de España. Ha llegado a calificar de «lamentable» el comportamiento del PP respecto al aborto y ha pedido la refundación del partido.
Aunque no se marchó a VOX cuando pudo haberlo hecho en 2014, dos años después Jaime Mayor no ve posible dar la batalla de las ideas dentro de la formación en la que llegó a ser ministro del Interior de la mano de José María Aznar. Otra cosa es que vaya a dar el paso. El expresidente, por cierto, ha llegado a amagar con renunciar a la presidencia de honor del PP.
Desde luego, el descontento de Aznar con Rajoy tampoco es una sorpresa. Al menos, desde el Congreso de Valencia en 2008, en el que su sucesor abrió la puerta de salida a quienes reivindican el legado liberal o conservador. Hoy las opiniones del expresidente del Gobierno aún tienen mucho peso entre la militancia y los votantes del espectro centro-derecha. Y Rajoy lo sabe.
Todo a la carta de un congreso abierto
¿Hay algún candidato que vaya a enfrentarse al actual establishment haciendo bandera de los principios y valores hoy denostados en el PP?
Pero el presidente del Gobierno está convencido de que la solución es un giro al centro, es decir, la renuncia a defender cualquier posición -excepto en economía- que le distinga sustancialmente de la izquierda. O sea, seguir la línea de la pasada legislatura: tecnocracia en detrimento de la batalla cultural, como si ambas fueran excluyentes.
A estas alturas los críticos con la gestión de Rajoy se preguntan si la celebración de un congreso abierto en el que se elija la nueva dirección del partido garantizaría la regeneración y la ansiada defensa de las ideas.
El motivo, claro, es que la jerarquía del partido garantizaría un resultado favorable a sus intereses. ¿Acaso hay algún candidato que vaya a enfrentarse al actual establishment haciendo bandera de los principios y valores hoy denostados en el PP?
Fuentes del PP consultadas por Actuall refuerzan esta hipótesis: los críticos, que los hay, están a la expectativa, mientras que los jovenes opositores a Rajoy se juegan todo a la carta del congreso interno.
Una apuesta que ni mucho menos es segura, ya que en un partido tan fuertemente jerarquizado no es difícil aventurar el resultado que depararían unas elecciones primarias.