Maya Karmokar es una mujer cristiana que vive con su madre en Bangladesh, en la aldea de Kajura. Hace apenas unos días, se encontraba durmiendo en su casa, cuando unos desconocidos entraron en su habitación y le prendieron fuego tras rociarla con gasolina.
Esta cristiana relata, según informa AsiaNews, que la agresión ocurrió de manera repentina, tanto que ni siquiera pudo reconocer a sus agresores. «No logré identificar quiénes eran, sólo sentí el fuego que quemaba mi piel y comencé a llorar del dolor».
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraSus gritos desesperados fueron los que atrajeron la atención de sus familiares que llegaron justo a tiempo para salvarle la vida. Al llegar de urgencia al hospital, los médicos vieron que tenía graves quemaduras en gran parte de su cuerpo.
Sin embargo, en el hospital sólo pudo permanecer un día, ya que no puede costear el tratamiento especializado. A causa de las condiciones de pobreza en las que vive, Maya ha tenido que regresar a su casa porque no puede permitirse un tratamiento mejor.
Ataques indiscriminados a las minorías religiosas
Ahora, de vuelta al lugar donde la atacaron, su propia casa, recibe la atención sanitaria de un médico local. Este mujer cristiana no entiende el motivo de la agresión y afirma que «¡Yo no tengo enemigos, no sé por qué quieren matarme!»
Un familiar de la víctima confirma que la mujer mantiene un trato cordial con todos los vecinos y tampoco entienden la violencia brutal que estos desconocidos ejercieron contra ella, por lo que piden que se haga justicia.
Este ataque se suma a los muchos que reciben los cristianos cada día en la región de Jessore (situada en el sudoeste del país). La comunidad católica de Shimulia está formada por cerca de 4.000 fieles, en su mayoría pobres y necesitados.
Pero los cristianos no son los únicos que sufren ataques violentos, también los miembros de otras minorías como hindúes y budistas, e incluso los musulmanes moderados se han convertido en el blanco de agresiones.