Lo reconocen abiertamente: hay temor a que Manuela Carmena utilice su influencia para impulsar el cambio de nombre del Valle de los Caídos.
¿Y apoyar la exhumación de los restos mortales de Franco? Eso sería ir demasiado lejos, sobre todo porque se estaría cometiendo un delito tipificado en el código penal: la profanación de tumbas.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl trasfondo del asunto, sin embargo, guarda toneladas de ironía: Mariano Rajoy ha sido el responsable del nombramiento de Carmena como vocal del consejo de administración de Patrimonio Nacional. Desde allí la alcaldesa podemita tendrá capacidad de decisión sobre el futuro del conjunto monumental construido durante el franquismo entre 1940 y 1958.
Esta circunstancia preocupa y mucho a la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos, que advierte de que estará enfrente de quienes quieran hacer cualquier tropelía en el monumento. «A Rajoy y a su Gobierno le importa muy poco el Valle de los Caídos», declara a Actuall el presidente de la asociación, Pablo Linares.
Otra de las grandes ironías es que una de las ideas de Carmena es rebautizar el lugar como «Valle de la Paz», el mismo nombre que planteó el general Franco en su momento. Por ello la alcaldesa de Madrid recibió críticas desde la izquierda que entendía que ese nombre ‘blanqueba’ la figura de Franco. El caso es que por aportar estas y otras ocurrencias la regidora cobrará 2.000 euros al mes por asistir a un par de reuniones mensuales.
Un monumento turístico de primer orden
Ni siquiera esto es lo que más enfada al presidente de la asociación en defensa del Valle. Lo que le irrita de verdad es que del consejo de administración de Patrimonio Nacional no forme parte la alcaldesa de San Lorenzo de El Escorial, localidad a la que, recordemos, pertenece el complejo monumental en el que están enterrados Franco y José Antonio Primo de Rivera.
Pero Rajoy ha preferido a Carmena. «Es escandaloso que alguien que ha demostrado su animadversión al Valle va a tener capacidad de decisión. Si Carmena quisiera exhumar a Franco cometería un delito», reflexiona Linares.
«Carmena está liderando una ofensiva contra todo lo que tiene que ver con la época de Franco, podría hacer cualquier cosa», dice el presidente de la Asociación Para la Defensa del Valle de los Caídos
La inquietud es máxima entre los defensores de que el Valle de los Caídos siga siendo un monumento turístico de primer orden. Desde hace tiempo el PSOE -ahora con el apoyo entusiasta de Podemos e IU- pretende transformar el monumento en un «centro de la memoria» y desenterrar a Franco. Una cuestión que no parece fácil en tanto que la familia de Franco ya ha dicho en multitud de ocasiones que no va a dar su permiso para la exhumación.
Con Carmena en Patrimonio Nacional, claro, se reactiva la ofensiva de la izquierda por dinamitar todo cuanto representa el Valle. Y no necesariamente en el sentido literal, aunque a algunos no les falten ganas. «Carmena ya está liderando desde el ayuntamiento una ofensiva contra todo lo que tiene que ver con la época de Franco. Ella es como un elefante en una cacharrería, podría hacer cualquier cosa», sostiene Pablo Linares.
La lápida de los ocho carmelitas fusilados
Desde prácticamente su llegada al Palacio de Correos en Cibeles, la alcaldesa de Ahora Madrid ha aplicado con entusiasmo la Ley de la Memoria Histórica para eliminar el nombre de numerosas calles de la capital de España que hacían referencia a personas vinculadas al franquismo.
Entre los objetivos de la alcaldesa podemita destaca el de cambiar el nombre del Arco de la Victoria situado en el barrio de Moncloa. Antes de eso ya se ha visto envuelta en algunas polémicas.
Por ejemplo, cuando su concejal de Cultura, Celia Mayer, ordenó la retirada de una lápida que recordaba el fusilamiento de ocho carmelitas durante la Guerra Civil. El Consistorio se vio obligado a rectificar y reponer la placa, ya que los ocho jovenes asesinados no lo fueron por razones políticas, sino por ser religiosos, hasta el punto de que la Iglesia los ha beatificado.
El 28 de noviembre de 2011, varios expertos nombrados por el PSOE propusieron levantar la losa de granito de 1.500 kilos de la sepultura para exhumar los restos de Franco
De una u otra forma la alcaldesa recoge el guante lanzado por el expresidente Rodríguez Zapatero. Al final de su mandato, el 28 de noviembre de 2011, varios expertos nombrados por el PSOE propusieron levantar la losa de granito de 1.500 kilos de la sepultura para exhumar los restos de Franco. Pero el inmediato cambio de Gobierno paralizó la idea.
Para materializar este proceso revanchista, Manuela Carmena se rodeó de nombres de lo más polémico. Para liderar la Comisión de Memoria Histórica puso al frente de la misma a la histórica comunista Francisca Sauquillo, mientras que la cátedra de la Memoria Histórica que asesora al ayuntamiento lo dirigía Mirta Núñez Díaz-Balart, hija de la primera esposa de Fidel Castro.
La prueba del sectarismo de Carmena son los errores cometidos en la lista de las calles que ha querido suprimir, con notable falta de rigor histórico.
Como lo demuestra que atribuyera al comandante Demetrio Zorita el bombardeo de Guernica –lo cual es imposible porque faltaban cinco meses para que hiciera el curso de piloto-, por poner un ejemplo.