El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, ha admitido hoy su «sorpresa» y la del resto de los prelados vascos por la presencia en el acto de entrega de las armas de ETA en Bayona del arzobispo de Bolonia, Mateo Zuppi, quien acudió «por su cuenta y riesgo» y no por mandato del Vaticano.
Munilla ha manifestado, en el programa que dirige en Radio María, que, «en la escenificación» de la entrega de las armas en la capital labortana «aparecieron un sacerdote metodista (el norirlandés Harold Good), y, para sorpresa de los obispos del País Vasco, también el arzobispo de Bolonia«, en alusión a Zuppi.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEsta labor la ha hecho Zuppi «por su cuenta y riesgo», según ha dicho Munilla
Tanto Good como Zuppi actuaron como testigos en el Ayuntamiento de Bayona de la entrega por parte del sindicalista Jean Nöel Etcheverry «Txetx» al coordinador de la Comisión Internacional de Verificación, Ram Manikkaligam, de la documentación correspondiente a la localización de los depósitos de armas de ETA.
Esta labor la ha hecho Zuppi «por su cuenta y riesgo», según ha dicho Munilla, quien ha explicado que el obispo de Bayona, Marc Aillet, tampoco había sido informado de la presencia del arzobispo en el acto de entrega de las armas.
Munilla: «La Iglesia no ha estado para nada implicada en eso»
«Puedo decir que el obispo de Bayona nos ha comunicado a todos los prelados que desde la Santa Sede, desde la Secretaría del Estado, le han comunicado que puede decir públicamente que el arzobispo de Bolonia acudió a título particular, sin ningún tipo de bendición ni explícita ni implícita de la Santa Sede», ha indicado Munilla.
El obispo donostiarra ha sostenido que, por lo tanto, «la Iglesia no ha estado para nada implicada en eso», tras lo que se ha mostrado irónico al comentar que la presencia de los dos religiosos puede significar «que este tiempo de laicismo ha terminado y a partir de ahora todo va a ser distinto».
Se ha preguntado si los organizadores de los actos del desarme «estaban verdaderamente necesitados y no sabían si podían servirse de alguien para darle un realce a un acto en el que querían escenificar no se sabe qué».
«Como no sabían a quién recurrir buscaron un obispo por su cuenta», ha añadido, tras lo que ha calificado de «significativo» el «intento de utilización de la Iglesia».