Piqué, Leguina, Macarrón: recetas para acabar con el suicidio demográfico de España

La embajadora de Hungría, Enikó Gyóri, el exministro de Industria, Josep Piqué, el expresidente de Madrid, Joaquín Leguina, el catedrático de Filosofía del Derecho, F. J. Contreras, la magistrada Carmen González y el director de Renacimiento Demográfico, Alejandro Macarrón, proponen recetas para paliar la baja natalidad española.

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Aunque aún no está en el centro del debate político en España, el declive demográfico es un asunto que preocupa cada vez más a distintos sectores de la sociedad, ya que en 2015 España registró una tasa de natalidad de 1,33 hijos por mujer, la tercera más baja de la Unión Europea.

Este problema -que no sólo afecta a España, sino a toda Europa- ha sido abordado este lunes en el II Foro #Stopsuicidiodemográfico celebrado en el salón de actos del diario ABC y organizado por la Asociación de Familias Numerosas de Madrid.

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En el acto han participado la embajadora de Hungría en España, Enikó Gyóri, el exministro de Industria, Josep Piqué, el expresidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, el catedrático de Filosofía del Derecho, Francisco José Contreras, la magistrada superior de la Audiencia Provincial de Cuenca, Carmen González y el director de la Fundación Renacimiento Demográfico, Alejandro Macarrón Larumbe.

El problema demográfico ya ha sido abordado con medidas eficaces en países como Hungría. Su embajadora en España, Enikó Gyóri, ha desvelado algunas de las recetas que el primer ministro Viktor Orban ha llevado a cabo para paliar el descenso de natalidad, entre ellas la de las reducciones fiscales: 33 euros al mes por un hijo, 82 euros al mes por dos hijos, 322 euros por tres hijos y 430 euros mensuales por cuatro hijos.

Robots o trabajadores

Por su parte, el exministro de Industria, Josep Piqué, ha señalado que el ocaso demográfico que atraviesa todo occidente («que además sus valores están en retroceso») guarda mucha relación con la geopolítica.

Para el exministro de José María Aznar actualmente se está produciendo un auge mundial de los países que no comparten los valores occidentales. Según Piqué la sociedad civil tiene que presionar al poder político, pues una de las causas de la baja natalidad es el cortoplacismo impulsado por los distintos gobiernos en los últimos tiempos. Por ello cree que la demografía cobra ahora más importancia que nunca, ya que «en ella está el destino» de una nación. «Antes éramos menos, pero producíamos más».

Alejandro Macarrón: «¿Soluciones? Concienciar a la población del problema, estudiar a fondo el fenómeno, implementar incentivos económicos y generar un cambio cultural y de valores sociales»

El director de la Fundación Renacimiento Demográfico y autor de “El suicidio demográfico de España”, Alejandro Macarrón, ha asegurado que este problema no es exclusivo de España ni de occidente, sino de medio mundo. «La caída de la natalidad no sólo se ha producido en países donde hay anticonceptivos, también en los que no hay anticonceptivos».

Las consecuencias de este descenso de la natalidad, sostiene Macarrón, es el empobrecimiento económico y la paulatina extinción de la sociedad. «Y llegado a ese caso no veo a los robots sustituyendo a las personas», ha explicado.

La situación demográfica es preocupante para este ingeniero de telecomunicación, que ha recordado que en los últimos 50 años la tasa de natalidad mundial ha caído a la mitad. En su opinión, las soluciones pasan por concienciar a la población del problema, estudiar a fondo el fenómeno, hacerlo prioritario desde el punto de vista político e implementar incentivos económicos y, por último, generar un cambio cultural y de valores sociales.

Joaquín Leguina: «Las mujeres quieren tener el doble de hijos de los que tienen y no pueden, es un problema gravísimo»

El expresidente de la Comunidad de Madrid, Joaquín Leguina, ha comenzado su intervención señalando que el envejecimiento de la población no tiene que ver con la esperanza de vida, sino con la fecundidad, «por eso hay que aumentar la tasa de fecundidad».

Asimismo Leguina ha abordado el problema del sistema de pensiones español, algo que en su opinión no está provocado por la caída de la natalidad. «Hay cuatro millones de parados», ha recordado.

Otro de los factores que Joaquín Leguina ha destacado es el de la falta de ayudas a la maternidad. «Las mujeres quieren tener el doble de hijos de los que tienen y no pueden, es un problema gravísimo».

Francisco José Contreras: «La caída de la natalidad fue una de las causas de la decadencia del Imperio Romano. Las sociedades con muchos hijos son culturas de futuro; las que tienen pocos conducen a un declive de esa cultura»

La magistrada Carmen González ha destacado que para paliar la falta de natalidad en España deben producirse 260.000 nacimientos más al año. «La situación es grave, ahora nacen 150.000 niños menos que en 1980, llevamos 35 años por debajo de la tasa de reemplazo generacional».  

Asimismo, González ha denunciado que en España habría que tener 21 hijos por familia para obtener las mismas ayudas que en otros países europeos reciben por 3. «Hay que eliminar las trabas administrativas porque al que quiere formar una familia y tener hijos no se le ayuda».

¿Inmigración, una solución?

Por último, el profesor de Filosofía del Derecho de la Universidad de Sevilla, Francisco José Contreras, ha ahondado en el reto que supone el cada vez mayor envejecimiento de la población. «En 2050 habrá un jubilado por cada 1,5 trabajadores».

Contreras ha recordado episodios históricos con similares problemas. «La caída de la natalidad fue una de las causas de la decadencia del Imperio Romano. Todas las sociedades con muchos hijos son culturas de futuro mientras que las sociedades con pocos hijos conducen a un declive de esa cultura».

Uno de los mantras rebatidos por Contreras se refiere al de solucionar el declive demográfico con la inmigración. «La inmigración jamás solucionará este problema, y menos la inmigración que no se adapta como es el caso de la islámica».

En ese sentido ha añadido que sería imposible por dos motivos: habría que recibir a 600 millones de inmigrantes hasta 2050. «Tampoco es seguro que dentro de 20 años Europa sea atractiva para los propios inmigrantes».

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