¿Cómo ser unos buenos padres? Es la pregunta que hacen cada día millones de parejas. Y es que cada niño, cada situación y cada momento requieren una forma distinta de actuar, y para ello hay que estar preparados.
El profesor de la facultad de Educación de la Universidad de La Coruña, Víctor Arufe, asegura que hay ocasiones en las que los padres se dejan llevar por las peticiones que les hacen sus hijos, aunque sean pequeños.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahora«Los niños, por edad, tienen derecho a exigir todo aquello que se les antoje porque no son conscientes de los efectos que tienen a largo plazo en su desarrollo. Pero los padres también están en su derecho a decir que no, precisamente para educarles en valores como la responsabilidad, la espera, la frustración, el aburrimiento…», explica Arufe según ha informado ABC.
Y agrega: «El problema es que por comodidad, la mayoría de las veces, los padres ceden. Están demasiado ocupados con el trabajo y hay menos paciencia a la hora de aguantar berrinches».
En este sentido, este profesor indica una serie de tópicos que se pueden escuchar a niños que tienen padres «en peligro de extinción», al no estar influenciados por modas pasajeras del ámbito de la educación.
1. Todos mis amigos tienen más y mejores consolas que yo
Arufe explica que si unos padres escuchan esto con frecuencia es porque se preocupan de que su hijo no está en este mundo solo para jugar a decenas de videojuegos.
«Si le acostumbran a tener todas las consolas que salen nuevas, los padres serán grandes cliente de estas marcas de videojuegos, pero no serán buenos educadores»
Una o dos consolas pueden ser más que suficiente. «Una para casa y una portátil, para llevarla de viaje; con esto ya están cubiertas las necesidades básicas (si se le puede llamar así) del tiempo de ocio destinado a los videojuegos».
«Si le acostumbran a tener todas las que salen nuevas, los padres serán grandes cliente de estas marcas de videojuegos, pero no serán buenos educadores», sentencia.
2. Los padres de mis amigos les dejan ver «realities» y otros programas nocturnos
En este sentido, el profesor espeta: «Soy consciente de que esos «malditos» padres os perjudican a muchos de vosotros. Respirad y contad hasta 10 cada vez que escuchéis decir esto a vuestro hijo. Después, preguntadle qué le puede aportar para su crecimiento personal ver esos programas».
3. Quiero un perro y nunca me lo quieres comprar
Ante esta situación, aconseja preguntar al niño si él se hará responsable de todo lo que conlleva tener unas mascota: de bajarlo todos los días a hacer sus necesidades a la calle, lavarlo, limpiar lo que ensucia en casa, ponerle la comida y bebida a diario, llevarlo al veterinario, etc.
«Si aún así dice que sí, entonces un día lo lleváis a la protectora más cercana y allí preguntáis por el perro que mejor se adapte a vuestro hogar».
4. No entiendo por qué tengo que hacer tanto deporte
Si tu dijo te dice esta frase es buen síntoma. «Hay muchos niños comodones que no les gusta esforzarse. El deporte es un gran medio para trabajar los valores de esfuerzo, resiliencia, sacrificio, constancia… Valores que serán necesarios en el mundo adulto. Dejarse llevar por lo que quiere un niño sedentario es crear las bases de una persona condenada al sedentarismo».
El deporte es un gran medio para trabajar los valores de esfuerzo, resiliencia, sacrificio, constancia… Valores que serán necesarios en el mundo adulto
Y añade: «Desde pequeño debemos establecer un hábito hacia el deporte, y ser conscientes que al principio puede no gustar a los niños. Eso sí, no te pases inscribiéndole a muchos deportes».
5. Nunca me compras ropa de marca
«Y qué felices los hacemos cuando de repente un día le compras una sudadera Nike!», apunta Víctor Arufe. Lo importante es tener ropa, la marca es lo de menos.
«Debemos decirles que no siempre las marcas ofrecen calidad y que, incluso, si la compra puede que otros veinte niños lleven la misma prenda. Enséñale a valorar si le sienta bien, si le gusta el tacto de esa prenda, los colores, si ahorra dinero con la paga al no comprar una prenda de marca que es más cara, etc».
6. Mis amigos van a un restaurante de comida rápida una o varias veces a la semana y nosotros casi nunca
«Qué malos son los padres que no van casi nunca a los restaurantes de comida rápida y se preocupan por darle la mejor alimentación a sus hijos a base de caldos y comidas bien preparadas con ingredientes lo más naturales posible», ironiza.
Y a reglón seguido explica: «Estoy seguro de que cuando vaya a una hamburguesería u otro restaurante de comida rápida lo va a disfrutar mucho más que el niño que va tres veces por semana. Estas son las cosas que os agradecerán cuando sean adultos».
7. Todos mis amigos tienen móvil menos yo
También es típico que digan que todos los amigos tienen mejores móviles que él. «Si tiene móvil, tendrás que enseñarle a usarlo, gestionarlo, hacerle ver el gasto que conlleva para ti, decirle que lo cuide, que lo use a unas determinadas horas del día, que no envíe ni comparta cosas que puedan estar relacionadas con valores negativos, bullying, etc».
«Tendrás que emplearte a fondo para que no sea un niño o adolescente cuyos papás le han cedido al móvil la función de su tutoría y acompañamiento en la vida»
En definitiva, «que tendrás que emplearte a fondo para que no sea un niño o adolescente cuyos papás le han cedido al móvil la función de su tutoría y acompañamiento en la vida».
Si no tiene móvil, «invítale que te diga cinco razones importantes para que se lo compres. Me temo que no llegará a las cinco».
8. Todos mis amigos tienen Instagram
Con el tema de internet y las redes sociales, Arufe es claro y contundente. «Es increíble cómo muchos padres consienten que sus hijos menores de edad estén enganchados a diferentes redes sociales solo con el objetivo de compartir fotos de su cuerpo o estética corporal, llenas de filtros y desvirtuando la realidad. ¡El mundo no necesita cuerpos bonitos, necesita mentes sabias!».
9. Todos mis amigos se acuestan a la hora que quieren
Los niños deben tener hábitos y también horarios. El profesor recomienda establecer dos tipos de hora para acostarlos: la diaria adaptada al horario del colegio y la de fin de semana y festivos. Lo importante es que descansen las horas que recomiendan los expertos en pediatría y sueño.
Hay niños que van con mucho sueño al colegio y no rinden. No son capaces de prestar atención o seguir la explicación del profesor, lo que puede conducir al fracaso escolar.
10. A todos mis amigos les dan una paga mayor que la mía
«Acostumbrar a los hijos a recibir pagas grandes sin apenas hacer esfuerzo para conseguirlas es crear una obligación que no tienes por qué tener».
Conforme avance en edad —explica Arufe— te irá pidiendo más y más cuantía, y llegará un momento, a los 16 años, que te pedirá semanalmente 50 euros a los que no podrás acceder. Ahí empezará un conflicto familiar difícil de resolver.