La salud de Donald Trump siempre ha estado en el candelero. Hace unas semanas se publicaron varios artículos sobre la alimentación del presidente y ahora lo que ha salido a la palestra es su salud mental.
¿Realidad o maniobra política para deshacerse de un mandatario anti-establishment?
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEl periódico Politico ha informado de un encuentro que un grupo de legisladores demócratas y un senador republicano tuvo con la Dra. Bandy Lee, psiquiatra y profesora de la Universidad de Yale.
En el informe que les ofreció la doctora, consideraba que la necesidad de Trump de expresarse constantemente, y sin filtro, a través de su cuenta de Twitter «es una indicación de que se está viniendo abajo debido al estrés«.
El debate sobre la salud mental del presidente y su capacidad de ejercer el cargo ha crecido en los últimos días a raíz de los comentarios de Donald Trump en las redes sociales sobre el conflicto con Corea del Norte.
El presidente ha tildado al líder norcoreano de «hombre cohete«, «bajito y gordo», y ante la velada amenaza de Kim Jong-un de disponer de un botón nuclear, Trump le respondió que el suyo es «mucho más grande y poderoso».
De esta manera, en Washington empieza a retumbar la posibilidad de aplicar la Vigésima quinta enmienda.
Ésta permite que el vicepresidente y la mayoría de su Gabinete pueda cesar al presidente si le considera «física y mentalmente incapaz de desempeñar las competencias y deberes de su cargo».
Incluso este tema ya ha aparecido en las preguntas que se hace en las comparecencias de prensa de la Secretaria de Comunicación de la Casa Blanca.
En ella Sarah Huckabee Sanders defendió al presidente Trump y aseguró que la población debería «estar preocupada de la salud mental del líder del Corea del Norte», y no de la de Donald Trump.
La psiquiatra consultada, Bandy Lee, es editora de un libro titulado El peligroso caso de Donald Trump, en el que 27 psiquiatras y psicólogos ofrecen un punto de vista consensuado de que el estado mental del actual presidente representa un peligro para la nación y para su salud. En el libro hablan de la impulsividad de Donald Trump como un síntoma de hedonismo extremo, o también lo califican de narcisista patológico, de paranoia, de sociopatía… Lo tiene todo
En un libro califican a Trump de impulsivo, de hedonista extremo, de narcisista patológico, de paranoico, de sociópata…Lo tiene todo
La misma Dra. Lee en su libro también habla de estado de inestabilidad frecuente, de pérdida del sentido de la realidad, de claros signos de volatilidad y de comportamiento impredecible, o de atracción hacia la violencia como medio de adaptación.
Además, ha sido invitada en las últimas semanas a dar conferencias ante otros legisladores, como la que organizó la congresista demócrata de Connecticut, Rosa de Lauro, en su casa, o en un ayuntamiento, invitada por el congresista demócrata de Maryland Jamie Raskin. Éste último ha propuesto un proyecto de ley para crear una comisión que evalúe la aptitud de Trump para el cargo.
El proyecto de ley fue considerado una broma al inicio pero el runrún de los últimos meses ha provocado que reciba más apoyos por parte de varios legisladores demócratas y que los medios generen presión hablando de la 25ª Enmienda.
La historia de la psiquiatría está llena de casos en que los profesionales de la salud mental son «explotados» con fines políticos
Pese a la imagen apocalíptica que se muestra de Trump, otros psiquiatras han criticado la actitud de este grupo de médicos al considerar que estaban rompiendo la regla Goldwater, el nombre que se le da a la Sección 7 de la los Principios de Ética Médica de la Asociación Americana de Psiquiatría, por la que se declara no ético dar una opinión profesional sobre una figura pública sin haberla examinado personalmente, y sin haber recibido el consentimiento de la misma para hablar públicamente sobre su salud mental.
Incluso el Dr. Jeffrey Lieberman, un antiguo presidente de la Asociación Americana de Psiquiatría, calificó el libro editado por Lee de «psiquiatría hortera, indulgente y fatua«.
Según Lieberman, pese a que Lee y el resto de psiquiatras «actúan de buena fe y convencidos de que cumplen con su obligación moral», la historia de la psiquiatría está llena de casos en que los profesionales de la salud mental son «explotados» con fines políticos como los doctores que cubrieron las políticas eugenésicas de los nazis y los que ayudaron a confinar en psiquiátricos a disidentes chinos.
Los psiquiatras no pueden usar sus conocimientos para señalar a funcionarios elegidos con diagnósticos neurosiquiátricos sin pruebas suficientes y sin conocer las circunstancias
«Aunque los imperativos morales y cívicos justifiquen hablar claro a los ciudadanos contra las injusticias del gobierno y sus líderes, eso no significa que los psiquiatras puedan usar sus conocimientos médicos para señalar a funcionarios elegidos con diagnósticos neurosiquiátricos sin pruebas suficientes y sin conocer las circunstancias», ha escrito Lieberman.
El presidente Trump se someterá el próximo 12 de enero a su primer examen físico como presidente.