Es lo que tiene la ideología de género llevada al límite. Que el cosido sociológico artificialmente creado se desgarra por alguna costura.
Es lo que ha sucedido en Canadá. El pasado mes de diciembre fue elegida como presidenta de la Federación de mujeres de Quebec, Gabrielle Bouchard.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraEste grupo es el más grande de la provincia y representa a más de 300 grupos feministas y a otras 700 miembros individuales.
Hasta aquí todo normal. El problema está en que las críticas no han tardado en surgir por el hecho de que Bouchard es una transexual, nacido hombre.
Y las críticas no han venido de la Conferencia Episcopal o de los cristianos evangélicos o de asociaciones de hombres… Las críticas han venido del campo feminista.
Concretamente por parte de Denise Bombardier, escritoria y columnista, y Diane Guilbault, que dejó la Federación en 2013 y comenzó otro grupo de mujeres.
Los activistas transgénero están destrozando «la realidad de los dos sexos para imponer una espantoso prisma en el que no existirían más ni hombres ni mujeres»
La primera de ellas ha planteado la pregunta de si «una mujer trans es una mujer real» y ha afirmado que los activistas transgénero están intentado «destrozar la realidad de los dos sexos para imponer una espantoso prisma en el que no existirían más ni hombres ni mujeres».
Por su parte Guilbault ha afirmado en el National Post que «la experiencia de una mujer que ha nacido siendo mujer es completamente diferente de un hombre que en un momento dado decide presentarse a sí mismo como una mujer».
Y es que Bouchard se ha presentado como alguien en una posición única, ya que ha vivido de manera privilegiada como hombre bajo el techo de cristal, y ahora es parte del grupo oprimido «bajo ese techo» tras su transición.
Esas costuras que se resquebrajan son las que ha destacado siempre asociaciones como REAL Women of Canada, ya que concuerdan con Guilbault en que esas críticas son realistas.
«La experiencia de una mujer que ha nacido mujer es completamente diferente a la de un hombre que decide un día que es de otro género». «Somos diferentes, es lo que hay», ha afirmado Gwen Landolt, su vicepresidenta.
«No puedes cambiar tu sexo; has nacido como eres. Puedes creer que eres un perro, o que eres negro cuando eres blanco, pero eso no te hace diferente. Eres lo que eres».
La elección de Bouchard «muestra qué ridículo» es intentar cambiar al otro sexo, ha añadido. «No puedes cambiar tu sexo; has nacido como eres. Puedes creer que eres un perro, o que eres negro cuando eres blanco, pero eso no te hace diferente. Eres lo que eres«.
También ha intervenido Georges Buscemi, presidente de Campagne Quebec Vie, que cree que la elección de Bouchard ha puesto a los progresistas y a los medios de comunicación progres en un dilema al enfrentar la causa feminista con la causa transgénero.
«Es una especie de educado o embarazoso silencio», ha afirmado Buscemi. «Creo que todo el mundo piensa «esto es ridículo, pero no podemos decirlo«.
En resumen, a la ideología de género le ha salido un inesperado frente: las feministas. Y no es el primero. Que sean precisamente las feministas las que digan que «has nacido como eres» y que «creer que eres negro cuando eres blanco» es un error, tira por la base todo el tinglado de mentiras surrealistas de esa construcción artificial.
