“Había visto mucha pobreza en África del oeste, de muchos tipos, pero nunca tanta ni tan dramática como en Sudán del Sur. Recuerdo que al principio no podía decir ‘Aleluya’ en la misa, porque el contexto era realmente terrible”.
Con esta frase, la misionera española Yudith Pereira (Madrid,1966) explica a Actuall la situación que se vive en el país más joven del mundo, pero que desde su nacimiento ha vivido una guerra tras otra.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraCinco años antes de la independencia de Sudán del Sur (2011), los obispos locales pidieron ayuda a todas las congregaciones religiosas para crear las estructuras básicas que permitieran al país seguir adelante.
Un país sin escuelas ni hospitales
Así surgió en 2006 la iniciativa Solidarity with Sourh Sudan donde precisamente la misionera religiosa de Jesús-María es la directora asociada del proyecto, y desde Roma canaliza los recursos que reciben desde todo el mundo. “La iniciativa nació para responder a la llamada de los obispos de allí. Antes de la independencia del país, todo estaba devastado y la gente volvía desde el norte musulmán a sus tierras. No había ni hospitales, ni escuelas, ni Iglesias. Nada de nada. Además, ninguna congregación podía hacerlo frente sola, y se decidió reunir a religiosos de muchas congregaciones diferentes para formar comunidades intercongregacionales mixtas que respondiesen a todas estas necesidades”, señala.
En un escenario tan devastador, comenzaron creando dos escuelas de magisterio, una escuela de enfermeras y un proyecto agrícola
Y en un escenario tan devastador, ¿por dónde empezar?. “Tras esta primera unión, -continúa- en 2008 se formaron cinco comunidades a la vez. Decidimos comenzar por la educación y la formación porque son esenciales. Por ello, se montaron dos escuelas de magisterio, una escuela de enfermeras y comadronas y un proyecto agrícola. Y, después, una comunidad pastoral y logística en la capital de Sudán del Sur, Yuba, para asistir a la Conferencia Episcopal en lo que fuera”.
Cada día alimentan a 1.500 niños desplazados
Desde entonces no sólo han formado a más de 3.000 maestros y a más de 500 enfermeras y comadronas, sino que diariamente dan comida a un gran número de niños.“Llegan muchísimas personas,refugiados de los campos en los que trabajamos, vecinos, familias de nuestros alumnos. Todos huyen por miedo, con lo puesto… sin escuela, sin suficiente alimento ni atención sanitaria. Es un drama. Solo en una comunidad, cada día se alimenta a 1500 niños desplazados”, asegura, añadiendo: “las milicias, además, están secuestrando, violando y masacrando a niños”.
De todas las historias que ha conocido, la misionera tiene claro cuál es la que recuerda con más dolor: “Un trabajador nuestro, que se negó a enrolarse con una milicia, y lo torturaron y quemaron vivo delante de su mujer e hijos pequeños”.
La misionera española:“Todas las personas somos vulnerables en Sudán. Incluso violaron a una religiosa y la animamos a irse, pero no quiso».
Situaciones que también viven las religiosas en su propia piel. “Todas las personas somos vulnerables en Sudán. Incluso violaron a una religiosa y la animamos a irse, pero no quiso. Los misioneros a pesar de todo son felices allí y lo viven con pleno sentido”, recuerda.
Un mensaje de esperanza
Para esta religiosa lo más duro de esta misión es “palpar la tragedia y volver a la realidad de Europa”. E insiste: “Vivo con una herida, una brecha interior, la misma que en nuestro mundo”.
A pesar de vivir en un escenario con tanto dolor, Yudith Pereira detalla que el objetivo de todas las congregaciones es dar un testimonio de unión y servicio. “Nuestros alumnos son de todas las tribus. La lucha política ha degenerado en una batalla étnica. En ese contexto, cuando los niños y los adultos nos ven a cada uno de un color, de un origen, de una congregación diferente, hombres y mujeres viviendo juntos, a su servicio… creen y comprueban que pueden hacer lo mismo. Vivir unidos en la diversidad y servir a los que más lo necesitan. Aprecian así que la educación es lo que puede crear paz y un futuro mejor en el país”, defiende.
el Papa Francisco decidió dar un donativo a esta iniciativa y presidió su vigilia en la Basílica San Pedro del Vaticano
El Papa Francisco apoyó la iniciativa con un donativo
Un testimonio que ha llegado hasta el Papa Francisco quien, en noviembre de 2016, decidió dar un donativo a esta iniciativa y presidió su vigilia en la Basílica San Pedro del Vaticano. “El Papa quería viajar a Sudán del Sur, pero no pudo venir. Entonces, dijo que no quería quedarse lejos de la realidad, y buscó los recursos de varios sitios para dar donativos. Creemos que uno de esos donantes le habló al Papa de nosotros”, afirma.
En este sentido, la misionera española hace un llamamiento a sus patriotas españoles: “Que conozcan la realidad de lo que está pasando para que cambien la mirada ante los inmigrantes que llegan sin nada, que sientan que son personas iguales que nosotros y que ayuden con lo que puedan”.
¿Volverá pronto España?. “De momento, no. Mi misión está en todas partes”, responde segura y concluye: “Lo único que deseo es que haya paz en Sudán del Sur y que todos puedan tener la vida digna que todo ser humano merece”.