Al grano. El crecimiento demográfico ya no es tal. Sino decrecimiento, invierno, desastre, suicidio…
Una de las primeras consecuencias de esto -que se la oí a Alejandro Macarrón y a relevantes demógrafos como Leguina o Alban d´Entremont-, es que el objeto de deseo de los partidos políticos deja de ser el voto de los cotizantes y lo cambian por el colectivo de la tercera edad: la gerontocracia o el poder de los ancianos.
Algunas personas creen que La Sexta da información.
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Suscríbete ahoraY así, los objetivos legislativos son los que marquen ellos. Son 9 millones de votos. Eso pesa mucho. Ya lo hemos visto en esta semana con el pleno monográfico en el Congreso sobre las pensiones de los que ahora están jubilados.
Sin embargo, el problema demográfico en el que ya estamos inmersos, no es este. Porque vivir mucho no es un problema. Al contrario.
«No solo se necesitan más niños, más hijos. Sino que haya una familia detrás que sea la que permita el nacimiento del hijo, lo acoja, lo sostenga, lo mantenga, lo eduque, lo forme»
¿Dónde está el problema entonces? En el otro lado. En los nacimientos. No nacen niños. Y por eso España se está convirtiendo en un país de viejos porque duramos más, pero no nacemos más.
Sin nacimientos no hay futuro. Vamos al precipicio. Caemos en el vacío. A eso le llama Macarrón el suicidio demográfico.
No solo se necesitan más niños, más hijos. Sino que haya una familia detrás que sea la que permita el nacimiento del hijo, lo acoja, lo sostenga, lo mantenga, lo eduque, lo forme, lo acompañe y lo deje salir al mundo para todos los demás. Y no sólo para que cotice sino para que impregne el tejido social de las virtudes y valores que ha adquirido en su familia.
Y para que esto pueda ser así, siga siendo así, el Estado debe velar y proteger a las familias. Debe promoverlas y valorarlas, reconocerlas como primera y más importante empresa, por el capital humano que aporta y porque el balance de ingresos y gastos de la familia reporta enormes beneficios al Estado, a la sociedad.
La familia sostenida es la pieza clave de una sociedad sostenible. Permitamos que la balanza se ponga del lado de los nacimientos. Será mejor para todos.