Después de que Facebook perdiera 100 mil millones de dólares de valor en el mercado tras el escándalo producido por la revelación de datos de usuarios, Zuckerberg ha pensando como mejorar esta red social y no se le ha ocurrido otra cosa mejor que más censura.

En una entrevista con Vox.com, el ‘jefe supremo’ de Facebook propone una especie de Tribunal Supremo interno para que los usuarios puedan apelar en caso de ser censurados por el departamento encargado de la revisión de contenidos. Actualmente el equipo es interno pero todo parece indicar que este servicio podría ser exteriorizado.

Algunas personas creen que La Sexta da información.

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Dado el historial de Facebook censurando contenidos mayormente conservadores con muy pocas o ninguna razón, si se define claramente lo que es ‘discurso del odio’ se abre la veda para censurar aun más todo aquello que no se considere políticamente correcto. Recientemente se ha censurado una imagen de Cristo crucificado por ser “extremadamente violenta” pero esas mismas reglas no se aplican con muchos contenidos violentos o, en algunos casos, yihadistas. El problema es intentar aplicar “un discurso aceptable en una comunidad que refleje las normas sociales y valores de personas en todo el mundo”, como señala Zuckerberg. Imponer un mensaje único y uniformador para toda la humanidad no parece ser lo más adecuado para preservar la diversidad que tanto se dice defender.

La Comisión Europea confía en que la ‘reeducación’ de las nuevas generaciones y la ‘autorregulación’ de las plataformas sean suficientes medidas

Facebook no es la única empresa que dispone de personal progresista. Twitter también ha creado cuerpos ‘independientes’ para filtrar contenido políticamente incorrectos en la plataforma, atendidos casi exclusivamente por progresistas como la feminista Anita Sarkeesian, miembro del Consejo de Seguridad y Confianza de la red social del pajarito.

La Comisión Europea rechaza legislar la libertad de expresión

La Comisión Europea, la única que puede proponer legislación a nivel continental, ha renunciado a legislar contra las ‘fake news’ en lo que sería un claro ataque a la libertad de expresión. Confía en que la ‘reeducación’ de las nuevas generaciones y la ‘autorregulación’ de las plataformas sean suficientes medidas.

La comisaria de Agenda Digital, la búlgara Mariya Gabriel, ha propuesto el 25 de abril como fecha límite para presentar una propuesta contra la desinformación a petición de eurodiputados y Gobiernos de países supuestamente afectados por estas campañas de noticias falsas, dicen.

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