Lola Velarde, vicepresidenta Internacional del Instituto de Política Familiar, presenta el informe sobre la Familia en Europa en el Parlamento Europeo.
Lola Velarde, vicepresidenta Internacional del Instituto de Política Familiar, presenta el informe sobre la Familia en Europa en el Parlamento Europeo.

El Instituto de Política Familiar (IPF) ha presentado el 15 de mayo su informe Evolución de la Familia en Europa 2018, coincidiendo con el Día Internacional de la Familia. Lola Velarde, vicepresidenta Internacional de IPF, ha sido la encargada de presentar el documento en el Parlamento Europeo.

Una de las consecuencias más devastadores del informe habla de cómo Europa está padeciendo un suicidio demográfico, ya que la natalidad ha caído a niveles dramáticos, lo que está convirtiendo a Europa en un «continente sin futuro».

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El informe se ha dividido en cinco apartados que hablan de la evolución demográfica, de la evolución de la nupcialidad, de la familia y la conciliación laboral y la evolución de las políticas familiares. El quinto y último punto ha presentado las propuestas de IPF para las políticas familiares así como para resolver las necesidades familiares.

Según el IPF «Europa se está convirtiendo en una sociedad desestructurada, de individuos sin ningún tipo de interrelación, en una sociedad deshilachada, donde la ruptura familiar está creciendo espectacularmente, siendo uno de los principales problemas de la
sociedad europea». A esto se une que «la natalidad ha caído a niveles dramáticos», provocando que Europa sea «en la actualidad una sociedad envejecida, sin niños, con hogares solitarios, con cada vez menos familias y cada vez más rotas e insatisfechas», afirma el informe.

Europa será en 2050 un club de ancianos en la que casi el 30% de la población será mayor de 65 años (150 millones de habitantes) y los menores de 15 serán el 15%

Con las tendencias actuales, Europa será en 2050 un club de ancianos en la que casi el 30% de la población será mayor de 65 años (150 millones de habitantes) y los menores de 15 serán el 15%. El envejecimiento de Europa no tiene precedentes y el crecimiento natural es negativo (nacen menos personas de las que mueren) y sólo la llegada de la inmigración está manteniendo el crecimiento poblacional en el continente -de 2007 a 2017 la población europea ha aumentado en 13,5 millones de personas-. Toda esta situación va a provocar grandes consecuencias económicas como el incremento de gastos sanitarios o el incremento del número de pensionistas.

Sobre la natalidad, en Europa cada vez nacen menos niños. El índice de fecundidad -1,60 hijos por mujer-, está muy alejado del nivel de reemplazo generacional que se encuentra en 2,10. Todos los países de la Unión Europea europeos se encuentran por debajo del nivel de reemplazo generacional, siendo España e Italia los que presentan menor tasa de natalidad (1,34). Además la edad media de maternidad están en los 30,6 años. A todo esto se le suma que cada 30 segundo se produce un aborto en Europa, lo que supone más de 1 millón de bebés abortados cada año. En total, el 16,7% de los embarazos acaban en aborto y desde 1980 más de 52 millones de personas han sido abortadas. Todo esto está provocando una drástica reducción de la población, disminución del número de trabajadores, con el consecuente riesgo de que se produzca una quiebra en las prestaciones sociales y el Estado del Bienestar.

Curiosamente, el número de hogares ha crecido pero es debido al vaciamiento que se está produciendo en los mismos. En 40 años se ha pasado de casi tres personas por hogar a 2,3 miembros en la actualidad. Esto implica que Europa se convierta en una sociedad de solitarios ya que el número de hogares unipersonales ya suponen el 33% de los hogares.

El 42,5% de los hijos nacen actualmente fuera del matrimonio y en algunos países los porcentajes llegan a casi el 60%

Esta misma tendencia en la natalidad se percibe en la evolución de los matrimonios ya que se produce un 37% menos de matrimonios en comparación con los que se producían en 1975. Todo esto ha generado que el 42,5% de los hijos nazcan actualmente fuera del matrimonio y en algunos países son casi el 60%. A esto se le añade que cada año en Europa se producen más de un millón de divorcios, lo que equivale a una ruptura cada 30 segundos y siendo la primera causa de inestabilidad de las familias europeas. Actualmente, por cada 2,3 matrimonios se produce una ruptura.

La situación laboral también afecta considerablemente a esas cifras, ya que 1 de cada 13 trabajadores europeos está sin trabajo, o 21 millones de personas. Entre las personas que trabajan, el 20% cuenta con trabajos a tiempo parcial y el 12% tienen contratos temporales, por lo que se puede deducir que el trabajo es bastante precario.

A la hora de hablar de la conciliación laboral el informe muestra cómo pese a encontrarse en la agenda de muchas empresas, administraciones y partidos políticos, hay mucho que realizar. Sólo el 30% de los trabajadores tiene algún tipo de flexibilidad laboral. Además, la mayoría de quienes trabajan de manera parcial tiene hijos, siendo más el número de mujeres -el 31% de las mujeres trabaja a tiempo parcial por un 8% de hombres-.

Los permisos de maternidad son otro aspecto que han resaltado en el informe del IPF. Dos de cada tres países no alcanza las 24,7 semanas de media.

En conclusión, la conciliación de la vida familiar y familiar es hoy en día deficitaria.

Una familia de Letonia necesitaría tener 26 hijos para tener las mismas ayudas que una familia con un hijo en Luxemburgo

En cuanto a políticas familiares, la mayoría de los gastos sociales se destinan a pensiones, mientras que para el concepto Familia, los países de la UE28 sólo dedican el 2,4% del PIB. Las ayudas pueden ser de tipo monetarias o no monetarias. España es el paíse que menos ayudas de tipo monetario concede, apenas el 0,5% del PIB. Entre países las diferencias son brutales: una familia de Letonia necesitaría tener 26 hijos para tener las mismas ayudas que una familia con un hijo en Luxemburgo.  Además, los niveles de renta son otro factor que restringe el tipo de ayuda en algunos países, mientras que en otros la ayuda por hijo es para todo el mundo, sin importar la renta.

Ante este panorama IPF ha lanzado una serie de propuestas como impulsar los derechos de la familia entre los que se incluyen a tener hijos o a disponer de conciliación laboral y familiar; además, incorporar la perspectiva de familia en las políticas públicas y convertir a la familia en prioridad política. Todo esto conllevaría que la familia fuera el espacio primero de la humanización del hombre y el fundamento y termómetro de la sociedad. Para lograrlo habría que solucionar o ayudar a solucionar algunos de los principales de la familia como el problema de la vivienda, las ayudas directas y fiscales para el cuidado y manutención de los hijos. De esta manera, según el informe de IPF, se reconocería la dimensión privada y pública de la familia con un marco social, legal y jurídico que protegería, estimularía y fortalecería su desarrollo.

Y algunas de las medidas serían destinar el 2,5% del PIB a gasto familiar, la prestación por hijo a cargo de 125 euros al mes, la universalización de las ayudas, así como su actualización anual. En cuanto a la maternidad, impulsar el permiso de maternidad hasta las 20 semanas y el de paternidad a las 4 semanas, promover la implantación de horarios racionales que permitan la conciliación, reducción del 50% del IVA a productos básicos infantiles o la reducción del 50% del IVA en las viviendas nuevas para familias.

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