La producción de embriones es el nuevo frente abierto en la defensa de la vida.

Investigadores chinos logran crear espermátides humanas (células precursoras inmediatas a los espermatozoides, capaces de fecundar un óvulo) a partir de células madre (troncales) extraídas de los testículos. El hallazgo se ha difundido en la publicación Cell Death & Differentiation.

El descubrimiento de los investigadores chinos permite crear células espermátidas, o sea, células germinales, que son aquellas que al desarrollarse se convertirían en espermatozoides. Esta investigación demuestra que las células espermátidas son capaces de fecundar por sí mismas ya que tienen la misma carga genética que los espermatozoides y son células haploides.

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Para analizar las implicaciones científicas y bioéticas del hallazgo, Actuall ha recabado la opinión de algunos de losmás importantes especialistas de genética y bioética de España.

El Dr. Justo Aznar, director del Instituto de Ciencias de la Universidad Católica de Valencia (UCV) y catedrático de Bioética en la Real Academia de Medicina de la Comunidad Valenciana, señala, en referencia a los experimientos que ha conllevado esta investigación, que el generar embriones híbridos es “una técnica habitual en este tipo de experiencias, que indudablemente tiene grandes dificultades bioéticas”.

Incongruencia entre el descubrimiento y el problema médico

El hallazgo se ha publicitado como un logro para tratar la obstrucción de los conductos deferentes del hombre (azoospermia obstructiva). Pese a que dicha obstrucción nada tiene que ver con la salud y viabilidad de sus espermatozoides. Justo Aznar indica que “esta técnica no soluciona el problema de la obstrucción del conducto deferente del varón por lo que una vez producidos los espermatozoides correspondientes, habría que utilizar la fecundación in vitro para poder conseguir el niño. La técnica no soluciona la azoospermia obstructiva solamente abre un camino colateral para la posible consecución del hijo”.

Aznar también señala que “las células espermáticas se han generado a partir de espermatogonias humanas. Esto, en principio, no presenta ninguna dificultad bioética, pues las espermatogonias son células adultas, que pueden ser obtenidas por punción testicular”. En este sentido no se produce la destrucción de embriones humanos para obtener dichas células troncales, también conocidas como células madre. Pero “para utilizar las células producidas con la finalidad de conseguir un embarazo habría que utilizar la reproducción asistida, con las dificultades bioéticas que ésta presenta”.

Peligros al obtener espermatozoides en el laboratorio

Nicolás Jouve, catedrático de Genética y doctor en Ciencias Biológicas, autor de varios libros, valora el descubrimiento así: “Es cierto que es un logro de importancia biomédica para solucionar problemas de esterilidad masculina aunque lógicamente unido a toda la tecnología de la Reproducción Humana Asistida (RDH). Es decir, aplicable a inseminación artificial y fecundación in vitro”.

“Hay un motivo de preocupación en los efectos de la manipulación de las células de la línea germinal en el futuro de los embriones y bebés que en su caso surgieran de estos espermatozoides manipulados. Ese motivo son las posibles ‘modificaciones epigenéticas’, que pudieran alterar el programa de expresiones genéticas durante el desarrollo embrionario y fetal de los embriones producidos. Estas modificaciones ya se presentan en sí en un grado apreciable como consecuencia de los efectos de la fecundación in vitro”, subraya Jouve.

«Hay un motivo de preocupación por los efectos de la manipulación, en el futuro de los embriones y bebés»

“Cada vez se conoce más y mejor sobre el delicado equilibrio fisiológico interno y externo necesario para el desarrollo embrionario y la influencia negativa que pueden ejercer los factores ambientales como inductores de modificaciones epigenéticas”. “Hay una posible influencia ambiental incontrolada dada la artificialidad con la que se realiza la fecundación in vitro, y en este caso la artificialidad en la obtención de unos espermatozoides en el laboratorio”.

Espermatozoides

Jouve advierte que “las modificaciones epigenéticas pueden alterar la capacidad de expresión de algún gen durante el desarrollo embrionario con consecuencias más o menos graves. Es importante señalar el riesgo de la aplicación de las diferentes tecnologías de reproducción asistida en la incidencia de este tipo de modificaciones en los embriones producidos in vitro”.

“En resumen lo que estos y otros trabajos vienen a querer decir es que, aunque la mayoría de los niños procedentes de la reproducción asistida tienen un desarrollo normal, se aprecia un aumento de casos de neonatos con bajo peso en el nacimiento y un aumento del orden de 3 a 6 veces de ocurrencia de los síndromes de Beckwith-Wiedemann, Angelman, retinoblastoma y otros tipos de patologías entre los nacidos a partir de estas tecnologías”.

Experimentación con embriones, contraria a la dignidad

En cuanto a la experimentación con embriones híbridos que se ha llevado a cabo en este descubrimiento, Jouve señala y denuncia que “está prohibido todo lo que atente a la dignidad de la vida humana incluyendo el estado embrionario”.

El catedrático de genética recuerda lo que dice el Artículo 18 del Convenio sobre Derechos Humanos y Biomedicina, (también llamado Convenio de Oviedo) de abril de 1997:

  1. Cuando la experimentación con embriones ‘in vitro’ esté admitida por la ley, ésta deberá garantizar una protección adecuada del embrión”.
  2. Se prohíbe la constitución de embriones humanos con fines de experimentación”.

La investigación de los científicos chinos pone una vez más de manifiesto “el vacío legal que existe” en China y en otros muchos países. Incluso en Europa las normativas que defienden a los embriones “no se cumplen” o “se dan rodeos para interpretarlas”.

El negocio de los bancos de semen podría desaparecer

Desde otra perspectiva, el descubrimiento también podría poner fin a los cuantiosos ingresos que obtienen los donantes de semen. En declaraciones realizadas en exclusiva a Actuall, el doctor José Jara, especialista en urología destinado en la Unidad de Andrología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid cree que, de ponerse en marcha esta técnica, supondría “el principio del fin del negocio de los bancos de semen, es decir, las donaciones económicas que actualmente se proporcionan a los donantes de semen”.

Y añade: “Para utilizar esos espermatozoides habría que recurrir a fertilizaciones ‘in vitro’, es decir a técnicas de reproducción asistida que tienen connotaciones éticas negativas. Pero tendría la ventaja de evitar nacimientos a partir del semen de donantes anónimos”.

Jara explica que “las donaciones de semen en España no tienen nada de altruistas porque los donantes reciben una compensación económica. A ello hay que añadir que, en nuestro país, los niños nacidos mediante este procedimiento no pueden saber nunca quienes son sus padres porque se garantiza el anonimato de los donantes. Éste [el anonimato de los donantes], en otros países de Europa, como Suecia, no está permitido”, concluye.

* Con la colaboración de Teresa García Noblejas.

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