Luis Losada

No se pudo. El desencuentro de las izquierdas por el reparto del poder llevo al fracaso la investidura. No fue teatro como pretenden algunos. Cuando la izquierda juega al cainismo lo hace con particular entusiasmo. Se juegan el poder, el proyecto ideológico, el presupuesto, la capacidad de colocación, el ‘sorpasso’ y el relato. ¡Casi nada!

Tras el rechazo ‘morado’, ERC y JxCat también dan un paso atrás. Así que si no hay sorpresas no abra investidura en julio. ¿Y en septiembre? Los españoles no sabemos votar o nuestros representantes no saben pactar.

Todas las encuestas señalan al PSOE como el gran vencedor en caso de repetirse las elecciones. Pero también es verdad que las encuestas las carga el diablo. La política es el arte de lo posible. Y tan importante es ganar elecciones como ganar el relato de las negociaciones.

Vox plantea en Murcia lo mismo que en Madrid: un documento sencillo y discutible a debatir a tres y sellar a tres. La realidad es más sencilla: el escollo no fueron ninguno de los 10 puntos. El frenazo se llama Rivera, hable francés o no.

Desde El País se alaba la capacidad del PSOE de tejer unos acuerdos que le darán 9 de las 17 comunidades autónomas. En realidad, más que capacidad es falta de escrúpulos. La pregunta es obligada: ¿cuál será el precio a pagar por estos apoyos?, ¿cuál será la ‘tajada’?

Ante este escenario de acuerdo PSOE-secesionistas sólo cabe que Ciudadanos salga al rescate. Difícil después de haber demonizado a Sánchez. Los nacionalistas guiñan a Sánchez mientras que los socialistas guiñan a Ciudadanos

Este ajedrez está trufado por una ley electoral que se parece al algoritmo de Google: premia al exitoso y castiga al débil. Aunque nadie habla de ello tampoco se descarta el apoyo de Ciudadanos a Sánchez a nivel nacional. El PSOE lo busca. Y el Ibex también.

¿La clave? La veleta de Ciudadanos, que puede negociar a un lado u otro en función del viento. El juego de las siete y media se ha convertido en la clave de unos pactos que se juegan a tres bandas: local, autonómico y nacional. Casi nada.

Parte de la estrategia de aglutinar votos ha tenido una clara víctima: Vox. Pasa de 2,7 millones de votos a 1,4 en estas europeas. Puigdemont arrasa a ERC en las europeas y los secesionistas suman el 50% del electorado. Si alguien pensaba que el dolor de muelas estaba remitiendo, se equivocó.