Acoso, insultos, amenazas, pedradas… Así es como la ultraizquierda impidió ayer el libre debate de ideas, una vez más, en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.
‘Odio’, la excusa de la progresía para censurar
Irónicamente, esta vez los nostálgicos del Muro de Berlín impidieron una mesa redonda sobre la libertad de expresión. En las redes sociales muchos extremistas de izquierda justificaban sin rodeos esta agresión contra un derecho fundamental usando argumentos como que el odio no es libertad de expresión. ¿Y qué entienden por “odio”? Pues lo que a ellos les da la gana, así que pueden censurar y prohibir lo que les salga de las narices. Pero sería injusto atribuir exclusivamente esa trampa ideológica a la izquierda más fanática: los cuatro grandes partidos -PP, PSOE, Ciudadanos y Podemos- han contribuido a crear ese discurso liberticida. Lo más curioso es que en su creación se olvidaron de manifestaciones evidentes de odio que, por lo visto, sí les parecen aceptables a las distintas franquicias políticas del progrerío español. Veamos algunos ejemplos:
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Suscríbete ahora1. La cristianofobia: el odio a los cristianos
Es uno de los discursos de odio que más muertes ha provocado en España, pues no debemos olvidar que durante la Guerra Civil provocó una de las peores persecuciones religiosas de Europa en la Edad Contemporánea, una persecución perpetrada por partidos de izquierda que aún existen y que nunca han pedido perdón por ello. Al contrario: la izquierda intenta ahora borrar el recuerdo de los asesinados. Con mucha frecuencia los católicos somos insultados, amenazados y atacados por fanáticos cristianófobos, se incendian iglesias sin que los políticos lo condenen, se incita a quemar iglesias en una exposición pagada por todos los contriubuyentes sin que los políticos digan nada, se hace escarnio de nuestros sentimientos religiosos con la felicitacion de partidos como el PP, y en el colmo del desprecio hacia los cristianos, incluso queda impune el asalto a una capilla entre amenazas incendiarias de “quemar la Conferencia Episcopal”. Cualquier queja contra estos ataques es señalada por la izquierda cristianófoba como un ataque a la libertad de expresión. No sólo consideran legítimo ese odio enfermizo, sino que lo justifican y lo promueven. En contraste con esta justificación de todo tipo de ataques, ofensas e insultos contra los católicos, para esa izquierda la mera crítica al Islam te convierte en “islamófobo”.
2. Hispanofobia: odio a España y a lo español
Este odio es el tuétano ideológico de los distintos movimientos separatistas que hay en España, con los que no ha tenido reparos en aliarse tanto la izquierda como la derecha parlamentaria. Partidos como el PSOE, Izquierda Unida y el BNG no han visto inconveniente alguno en ir de la mano con el separatismo más radical, incluso con violentos que acosan y agreden a los demócratas por el mero hecho de hablar en español o de defender la libertad de idioma. Hay que recordar que este mismo odio a España alimentaba a los terroristas de ETA, autores de los asesinatos de más de 800 españoles, ninos incluidos. A pesar de esa carrera criminal, hoy en día partidos de ultraizquierda como Podemos no dudan en aliarse con quienes no condenan esos crímenes e incluso han rendido homenaje a uno de los fundadores del brazo político de ETA.
3. El antisemitismo: el odio a los judíos
La izquierda española ha promovido acciones motivadas por un odio tan evidente como vetar a un músico estadounidense en un festival por ser judío, un veto que apoyó Podemos, lanzar mofas contra las víctimas del Holocausto, publicar libelos antisemitas propios de la Alemania nazi e incluso considerar “humano” el degollamiento de israelíes a manos de terroristas palestinos. Esta judeofobia descarada se disfraza siempre con el término “antisionismo”, pero al final es lo mismo que el antisemitismo de toda la vida, pero añadiendo la negación del derecho del Estado de Israel a existir, por el mero hecho de ser un Estado judío (algo que la izquierda no plantea contra los numerosos estados confesionalmente islámicos que hay en el mundo).
4. El odio de clase
Es lo que alimenta el concepto de la “lucha de clases” del marxismo. En los últimos 100 años este odio ha servido para incitar y justificar todo tipo de actos violentos. Aún hoy la ultraizquierda sigue promoviéndolo con fines sangrientos. Sirva como ejemplo el vídeo en el que Pablo Iglesias sugería aplicar la guillotina a los capitalistas, en enero de 2013, un año antes de fundar Podemos. La ultraizquierda no duda en promover el odio de clase, y concretamente a “los ricos”, de las formas más descaradas, como cuando en agosto de 2012 Pablo Iglesias insinuó que Amancio Ortega era un terrorista por ser millonario, algo que curiosamente nunca ha dicho del millonario Jaume Roures, propietario de Público TV, canal en el que se emite su programa “La Tuerka”. Hay que decir que Podemos sigue usando este discurso demagógico y cargado de odio a pesar de que, por ejemplo, hoy en día Pablo Iglesias figura entre los españoles más ricos. Así mismo, estos discursos se dirigen también contra los creadores de puestos de trabajo: Podemos llegó a presentar a autónomos y empresarios como si fuesen todos vendedores de diamantes.
5. El odio a los hombres y a los heterosexuales
La creadora de la ideología de género, la feminista y marxista Shulamith Firestone, aplicó el odio de clases formulado por Marx a los sexos, presentando a los hombres como opresores. Este mismo concepto ha sido utilizado por colectivos LGTB para promover el odio a la heterosexualidad. La expresidenta de la Federación Estatal de Gais y Lesbianas (FELGTB) y hoy diputada autonómica de Podemos, Beatriz Gimeno, llegó a afirmar en su blog que la heterosexualidad es “una herramienta política y social con una función muy concreta que las feministas denunciaron hace décadas: subordinar las mujeres a los hombres“. Algunos colectivos LGTB han llevado este discurso aún más allá, como ocurrió en diciembre en la Universidad Complutense de Madrid: esta institución, con un rector afiliado al PSOE, justificó una pancarta que decía “Hetero muerto abono pa mi huerto”. El mismo lenguaje violento está invadiendo a un movimiento feminista cada vez más inclinado hacia el lesbianismo militante y excluyente: consignas como “mata a tu marido”, “machete al machote” o “ante la duda tú la viuda” son habituales entre las hembristas.
Esta noticia fue publicada originalmente en el blog Contando Estrelas de elentir.