El nuevo presidente del Parlamento de Baleares, el podemita Balti Picornell, parece un personaje sacado de una de esas cuentas ‘fake’ que pululan en Twitter con decenas de miles de seguidores. Con un estilo provocador y a veces hasta ofensivo, no hay charco en el que no se meta: anticlerical, antimonárquico, independentista, a favor de una federación de repúblicas catalanas…
Nadie diría al echar un vistazo a su cuenta oficial que detrás de la misma está la segunda autoridad del Estado en las Islas Baleares. Una lectura reposada a sus mensajes supone una verdadera inmersión en el submundo de la extrema izquierda independentista.
Todo cuanto escribe o expresa este carpintero metálico de profesión no es más que el rechazo a la unidad de España, la monarquía o la Iglesia. Por el contrario, es un gran defensor del comunismo y de tiranos como Fidel Castro.
Comunista, celebra el 100 aniversario de la revolución bolchevique. A estas alturas no es ninguna sorpresa descubrir que hay comunistas en Podemos. La noticia, si acaso, es que al contrario que Pablo Iglesias y tantos otros, Balti Picornell no lo esconde lo más mínimo. Este año se celebra el centenario de la revolución bolchevique que dio paso a la Unión Soviética, y al podemita balear no se le ha pasado por alto tal efeméride. El pasado 1 de enero escribió: «Evolución, revolución, 100 años después».
Así despidió a Castro: «Hasta siempre comandante». La muerte del dictador comunista el pasado mes de noviembre suscitó la reacción en las redes sociales de muchos de sus seguidores. Uno de ellos, claro, fue Picornell, que se despedía así de Castro. «¡Hasta siempre comandante! ¡Socialismo o muerte! ¡Patria o muerte! ¡Venceremos!».
Antiespañol, promovió una petición reclamando que se obligue a los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil a hablar a los ciudadanos baleares en catalán
El castellano, fuera de las islas. Para Balti Picornell el castellano sólo merece la persecución en tanto que supone el idioma de la unidad: la de todos los españoles. Y esto no le parece nada bien al nuevo presidente del parlament balear. Su hoja de servicios no da lugar a la duda: promovió una petición en change.org reclamando que se obligue a los agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil a hablar a los ciudadanos baleares en catalán. Por si fuera poco, apoya la creación de una Federación de Repúblicas catalanoparlantes.
Animalista y antitaurino. Es un destacado activista político en la lucha contra la tauromaquia, tradición española que pide desterrar para siempre. «El maltrato al toro no tiene cabida en las Islas Baleares. Seguimos trabajando para erradicar el maltrato del toro en la isla», sostiene.
Furibundo anticlerical. No hay dogma de la izquierda que Balti no abrace con entusiasmo. Una de ellas es el odio a la Iglesia católica. Una de sus obsesiones es denunciar lo que denomina «expolio de la Iglesia», e incluso lanzar a sus seguidores tuiteros preguntas tan ofensivas como: «¿Y si Jesús hubiera muerto empalado? ¿Pasearíamos un hombre pinchado en un palo?».
Antimonárquico. Cuando habla de la monarquía o de la figura del Rey siempre lo hace recordando el franquismo. Para él, Felipe VI es «el sucesor de una dictadura». De las palabras pasa a la acción, como cuando se presentó ante el Palacio de Marivent en Palma de Mallorca con una bandera republicana para decirle al monarca que es el sucesor de una dictadura. Además en Twitter le recuerda al monarca que «no es bienvenido en la isla». «Señor Borbón, algún dictador te dejó demasiado arraigada su semilla».
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