Es una regla que le propongo que ponga a prueba, amigo lector. En una conversación en cualquier grupo de españoles en cuanto sale el nombre de Amancio Ortega, fundador y accionista principal de Inditex, y se le elogia por haber fundado él solo (con su primera esposa, ya difunta) una empresa que se ha convertido en multinacional y la mayor sociedad cotizada en la bolsa española, el progre de turno arrojará una bola de estiercol. “Explota a niños para confeccionar su ropa”, “no paga impuestos en España”, “destruye el pequeño comercio”…
La misma reacción se produce con el nombre de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid y de la constructora ACS. Pronúncielo usted en una reunión y habrá desatado a los expertos en conspiraciones. Gracias al palco del Santigo Bernabéu, le explicarán, Pérez se forra y controla España.
Con estos antecedentes, sorprende que los vigilantes y sensibles progres callen ante la implicación (no digo culpabilidad, ni responsabilidad, que eso corresponde a la Administración y la judicatura italianas) de una de las familias más poderosas de Italia en la catástrofe del hundimiento del puente de Génova, en la que los muertos rebasan ya los cuarenta.
La prensa española, incluso la más izquierdista, calla sobre las vinculaciones de la plutocrática familia Benetton con el accidente de Génova
Sólo se ha criticado a la familia Benetton en Italia, claro, donde el Gobierno ‘populista’ prepara sanciones descomunales, y en Argentina, porque allí se han comprado docenas de miles de hectáreas en la Patagonia, para crear un santuario de la naturaleza del que les acusan de haber expulsado a familias mapuches por las buenas o las malas. Terratenientes, sí, pero sostenibles y oenegeros.
En España, ni los digitales que nos cuentan con todo detalle los veraneos de los Franco o los bostezos de un concejal de derechas en un pueblecito cuando habla la alcaldesa, se han interesado por los Benetton. La única excepción en la prensa ha sido un reportaje en ElIndependiente.com.
Y eso que para aumentar el interés de los editores y los periodistas la empresa Atlantia, titular de la concesión del puente de Génova, se ha repartido la española Abertis, con ACS, después de una OPA pactada entre las dos. ¿Las autopistas españolas van a ser gestionadas por una empresa que deja que se le caiga un puente? Pues los periodistas españoles creen que aquí no hay noticia. Por esto se desploman los periódicos.
Una sociedad instrumental de los Benetton es la principal accionista de Atlantia, que a su vez es propietaria de la antigua empresa pública que gestionaba las autopistas y otras infraestructuras italianas.
Esta empresa, Autostrade, se privatizó en 1999, y el Gobierno de izquierdas, presidido por el progre Massimo D’Alema, se las arregló para dársela a los Benetton. ¡Un Gobierno de izquierdas haciendo más ricos a los ricos! Ya conocemos la película: la progresía, la mejor aliada del capital.
Aunque los Benetton meten mucho dinero en los medios como anunciantes y accionistas, su inmunidad proviene de su condición de voceros del multiculturalismo
Si el puente de Génova se hundió por falta de mantenimiento, es decir, por avaricia de la empresa que lo explotaba, se debería reprochar, al menos, a los solidarios Benetton que no hayan aceptado reducir en unos pocos los cientos de millones de euros que ganan todos los años para destinarlos a la conservación de las infraestructuras de las que dependen muchas vidas.
Y luego algunos tertulianos se asombran de que en Italia los dos partidos más votados sean el Movimiento 5 Estrellas y la Liga Norte. Su desconcierto es tal que empiezan a echar de menos a Berlusconi.
¿Por qué los Benetton son inmunes? Es un factor no desdeñable que parte de su inmensa fortuna esté invertida en diversos medios de comunicación. Varios plutócratas como Carlos Slim y Jeff Bezos se compran periódicos para protegerse de cualquier crítica, presionar a los políticos en benificio de sus otros negocios y, también, para difundir su ideología y comprar fama.
A George Soros le han presentado varios veces en El País como “filántropo”. ¡Filántropo el hombre que arrojó a la pobreza a millones de personas con la especulación que hizo contra las monedas de Indonesia y Tailandia!
En otra prueba de la alianza entre la progresía y el capital, un Gobierno de izquierdas entregó Autostrade a los Benetton
Pero para mí es más decisivo que los Benetton comparten la ideología mundialista del Poder y la predican, aunque tambien la aprovechen para enriquecerse con ella. Por eso son ricos, que no bobos. Su marca de ropa se llama United Colors y su publicidad, desde hace décadas, recurre a los tópicos del ‘Imagine’.
Seres andróginos, hipersexualidad, burlas a la Iglesia, promoción de lo LGTB. Hasta han hecho publicidad, o sea dinero, con los inmigrantes del Aquarius. Mientras haya memos que les compren… ¿No hay pasajeros que siguen usando Ryanair a pesar de que saben cómo trata esa aerolínea a sus clientes?
Madonna, otra multimillonaria (encima soez) que goza de los aplausos unánimes de la ‘Prensa de Kalidá,, explicó muy bien el papel de Benetton en la guerra cultural que se está librando en el mundo en una entrevista en Rolling Stone en 2009.
“Cuanto más diverso es el mundo en el que vives más abierta eres. Mi casa es como una publicidad de Benetton. Mis dos hijos más chicos son de África, tengo niñeras francesas, mi guardia de seguridad es israelí, tengo asistentes de Argentina y Puerto Rico y otro asistente y un chef de Japón. Es maravilloso, me encanta. No lo haría de otra manera. Mi vida es una cacofonía de lenguajes y músicas distintas.”
Madonna y Benetton promueven un mundo que solo pueden disfrutar los muy ricos, pero con sus canciones y su ropa crean la ilusión de que todos podemos acceder a él
Es maravilloso vivir así, dice. Dejemos aparte el asunto de si tiene o no razón, ya que a algunos puede que no les guste que su casa parezca el vestíbulo de un hotel de lujo de Hong Kong. Lo destacable es que para disponer de tal cantidad de personal, o de felicidad, necesitas tener mucho, pero mucho dinero.
Es decir, Madonna y la familia Benetton nos proponen como ideal un mundo al alcance solo de unos pocos ricos como ellos. Como la mayoría de los humanos no puede tenerlo, los privilegiados les dan canciones y camisetas que les proporcionan esa ilusión.
Para mí esta es la clave de la inmunidad de los Benetton. Son un puntal del Sistema; no sólo difunden el mundialismo, sino que además, gracias a millones de tontos útiles, se enriquecen todavía más con él.
Por ello, para la prensa los Benetton, como dijo Marco Antonio de Bruto, según Shakespeare, son “hombres honrados”. Y por ello no hay manifestaciones del ‘comando de indignados’ frente a las tiendas de Benetton como las hay ante la Torre Trump.
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