Bruselas, capital del yihadismo en Europa

    Un analista experto en yihadismo califica a Bruselas como “la capital del Islam político en la Europa continental”.

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    Bruselas se paraliza ante posibles atentados/Fuente:EFE

    Tras los últimos atentados de París (recordemos que lo de Charlie Hebdo fue este mismo año), todas las miradas han apuntado a Bélgica. Su capital, Bruselas, capital también de la serenísima república de Europa, es asimismo, como le ha calificado un analista experto en yihadismo, “la capital del Islam político en la Europa continental”.

    ¿Cómo es posible que la ciudad medieval convertida en parque de atracciones de los burócratas, centro de decisión de los lobbys, y epítome de los valores europeos todavía por definir, haya llegado a eso? Para responder a esa pregunta nos tenemos que referir a dos corrientes, ambas con orígenes en los años 60′.

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    Por un lado está el multiculturalismo que, aunque puede tener antecedentes en esa década de cambios cuando toma forma en algunas universidades. Su momento no llega hasta la década de los 80′, cuando ante el espectáculo del derrumbe histórico del comunismo, los enemigos de las sociedades abiertas buscan cobijo en otras ideologías, como el ecologismo o el multiculturalismo.

    Esta corriente señala la cultura occidental como histórica y esencialmente violenta, machista y racista, y su sistema económico una forma de explotación de otros pueblos. Por eso, su pretendido universalismo es una máscara, pues la igualdad ante la ley, el Estado de Derecho, el individualismo y la universalidad de los valores sirven a los intereses de las mayorías en los países occidentales, frente a las minorías.

    Otro de los pilares del multiculturalismo es el anti individualismo. La persona forma parte de una sociedad (lo cual es evidente), y de ella adquiere su cultura y sus valores. Y de ahí da el salto a afirmar que el individuo no tiene entidad por sí mismo y que sólo esa cultura tiene vida propia y es protagonista de la historia.

    Así las cosas, la igualdad ante la ley es en realidad un instrumento de control de las minorías, y no es neutral. La neutralidad, vestida de tolerancia y convivencia, es la aceptación de la réplica de las sociedades extranjeras en el suelo del país, más el recurso a la discriminación positiva para paliar las desventajas de partida y pagar la penitencia por pertenecer a una cultura intrínsecamente inhumana, la occidental.

    Hermanos Musulmanes es la comunidad que ha inspirado al yihadismo moderno

    La otra corriente de la que hablamos es la de la comunidad musulmana en Bélgica. En los años 60′ y, sobre todo, en los 70′, llegaron al país musulmanes procedentes de Arabia Saudita, de la rama salafista, muy ortodoxa. En los 80′ y 90′, los musulmanes procedían de denominaciones asociadas a los Hermanos Musulmanes, que es la comunidad que ha inspirado al yihadismo moderno.

    La combinación de estas dos corrientes ha resultado ser demoledora. Se han creado auténticos guetos en los que el Estado de Derecho, con su entramado legal y el apoyo de las fuerzas del orden, no llega. El ejemplo más claro es el del municipio de Molenbeek-Saint-Jean, que pertenece a la región de Bruselas. El ensimismamiento de la comunidad musulmana allí (hay barrios con más de un 80 por ciento de la poblacion musulmana) y la ineficacia de las instituciones conducen a que hay una poblacion joven poco formada, que no comparte las aspiraciones de otros jovenes y las inquietudes que valora el mercado.

    Un joven insatisfecho es el candidato perfecto para un líder espiritual fabricante de mártires

    Según los últimos datos, la tasa de paro en el municipio ronda el 30 por ciento. Los jovenes recalan en la pequeña delincuencia, que es la puerta de entrada, por un lado, a la delincuencia de mayor grado y, por otro, al adoctrinamiento. Un joven insatisfecho y que se ha fogueado con la ruptura de las leyes es un candidato perfecto para un líder espiritual fabricante de mártires.

    El ministro del Interior de Bélgica, Jan Jambon, ha reconocido recientemente: “No tenemos el control de la situación de Molenbeek”. Brice De Ruyver, asesor en materia de seguridad del primer ministro, dice: “Oficialmente, no tenemos zonas de exclusión en Bruselas, pero en realidad las hay, y las hay en Molenbeek”. Edwin Bakker, director del Centro sobre el Terrorismo y Contraterrorismo de la Universidad de Leiden, declaraba recientemente al diario británico The Guardian que “en ciertas partes de Bruselas, hay áreas en las que la Policía tiene poca mano; áreas muy segregadas que no parecen ser parte del Estado belga”.

    Esos municipios y barrios de Bruselas de mayoría musulmana se han convertido en tres cosas de máxima importancia para el yihadismo, según Bilal Benyaich, el analista que señalaba a Bruselas como capital del Islam político en Europa: base de operaciones, centro de adoctrinamiento ideológico, y centro logístico para la provisión de armas.

    Es paradójico que sea fácil adquirir un arma en el mercado negro y que por contra resulte muy difícil que la Policía belga controle ese tráfico

    De hecho se da la paradoja de que es muy fácil adquirir un arma en el mercado negro, y sin embargo resulta muy difícil, por algún motivo, que la Policía belga controle ese tráfico de armas. Comercio que, como cabe esperar, está asociado también al tráfico de estupefacientes.

    Esta situación es el resultado de no uno, sino varios fracasos. Ha fracasado el multiculturalismo, si en algún momento su objetivo fue la convivencia. Han fracasado las sociedades europeas que lo han abrazado, y que aún lo mantienen sin ser capaces de todas las implicaciones, ideológicas y prácticas, del mismo. Y, puesto que no hay que a los musulmanes o al Islam con el terrorismo, han fracasado las comunidades musulmanas incrustadas en Bélgica, que han sido incapaces, moral o ideológicamente, de poner coto al crimen en nombre de su religión.

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    José Carlos Rodríguez es periodista. Forma parte del equipo de ProducciONE, pero en otra vida ha sido redactor jefe de Internacional de La Gaceta, y ha trabajado en la prensa digital en medios como Factual.es, elimparcial.es y libertaddigital.com. También ha colaborado con el semanario Alba, Expresión Económica, La Ilustración Liberal, La Gaceta de los Negocios o la agencia APIE, entre otros.