El poeta y ensayista Enrique García Máiquez es uno de esos columnistas que no salen en las tertulias televisiva, pero a los que es preciso seguir si se quiere adivinar lo que están pensando los jugadores del ajedrez político antes de que muevan ficha.
Con su mezcla de perspicacia e ironía, Máiquez apunta en su última columna que está muy bien la sobreactuación de Ciudadanos ante el órdago golpista –sobre todo porque deja en evidencia a un PP estólido e inoperante-, pero que no se pase, no vaya a ser peor el remedio que la enfermedad.
Pedir elecciones autonómicas anticipadas, como hace Cs, es “un error de marketing político, un error estratégico y un error, sobre todo, filosófico”.
Primero, porque “transmite una oprobiosa sensación de oportunismo”. Segundo porque el tiro electoral le podría salir por la culata, “con un PSC pactando con ERC y Ada Colau, haciendo inútil el crecimiento de C’s”.
De modo y manera, que la solución para Cataluña quizá no pase por “echársela a cara o cruz en unas elecciones con los ánimos volátiles. “
Y en tercer lugar, porque lo normal sería no ir corriendo a las urnas, como primera medida, sino aplicar el art. 155 a fin de “»constitucionalizar» sin pausa y sin prisa la educación, las fuerzas de seguridad, la trama mediática y las servidumbres políticas”.
Y “sólo después podrían encararse unas elecciones con las suficientes garantías de normalidad”. El orden de los factores altera el producto.
“Para las enfermedades de la democracia el tratamiento urgente e indiscriminado, homeopático, de las urnas no es el más oportuno”
Y concluye Máiquez: “de tanto loar la democracia y sólo la democracia y nada más que la democracia, nuestros políticos de todo signo han olvidado que el Estado de Derecho es mucho más, sin ser nunca menos”.
Oportuna distinción. “A veces, para las enfermedades de la democracia el tratamiento urgente e indiscriminado, homeopático, de las urnas no es el más oportuno, ni desde luego el único posible. Antes y durante, tiene que estar la ley y la razón”.
En medio del vértigo de los acontecimientos, es muy saludable pararse un momento y reflexionar. Como hace Máiquez.
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